Francia atrapa a la fiera Doncic
Un tapón de Batum a Prepelic en la última acción clasifica a los franceses para la final. Doncic, mal en el tiro (5 de 18), triple-doble histórico: 16 puntos, 10 rebotes y 18 asistencias.
Estar alertado no significa estar listo. Y si vamos más allá, llegar avisado y preparado quizá no baste para abrazar el éxito. Francia venía muy prevenida y trabajada y, además, pudo tumbar a Eslovenia, in extremis, pero lo consiguió, siempre, como en todas las grandes conquistas, con un guiño de la fortuna. El mejor equipo de estos Juegos (Estados Unidos al margen) jugará la final tras alcanzar lo que nadie antes había logrado: atrapar a la fiera Luka Doncic, que pierde su primer partido con Eslovenia (90-89) desde su debut oficial en el Eurobasket 2017. Fin a una racha de 17 victorias seguidas. Le queda como consolación pelear con Australia por el bronce.
Doncic firmó la hazaña de acabar con un triple-doble histórico (el tercero de siempre en el baloncesto olímpico tras el de Alexander Belov, en Montreal 76, y el de LeBron James, en Londres 2012) al apilar 16 puntos, 10 rebotes y 18 asistencias. Renunció, sin embargo, a jugarse el último balón, el del campeonato, después de haber fallado 13 de sus 18 lanzamientos a canasta. Se lo dio a su compañero Klemen Prepelic, que penetró con determinación hasta que Nicolas Batum le taponó salvajemente por detrás en el último instante. El final del sueño más profundo de un país de apenas dos millones de habitantes.
La clase infinita de De Colo
Triunfaba Batum y su defensa (también sobre Doncic, como la de Luwawu-Cabarrot), y triunfaba un genial Nando De Colo, absolutamente decisivo (25 tantos, 7 rebotes y 5 asistencias), bien respaldado por los 23 puntos de Evan Fournier y los 16 rebotes de Rudy Gobert. Atrás quedaba la exhibición estéril de Mike Tobey (23+8), nacionalizado esloveno a la carrera para paliar la falta de pívots autóctonos en esta generación, que no es de las más potentes en los 30 años de independencia del país, pero que con Doncic y la fe hormigonada por el talento de su estrella se veía capaz de todo en el verano de su vida. Un baloncesto de ritmo endemoniado.
El pulso arrancó así a toda mecha, con Doncic mandando en cada acción (su mejor cuarto), conectando con Tobey y lanzando a los suyos a una proyección de más de cien puntos: 17-25, minuto 7. Luwawu-Cabarrot ejerció de rescatador (29-29 tras la primera acción del segundo acto) y la cadencia encestadora se paraba: 42-44 al descanso. A la vuelta de vestuarios, Francia cargó con todo (notorio desgaste esloveno) y De Colo se ponía el duelo por montera, al timón, qué clase: sumaba y hacía sumar. La presencia imponente de Gobert ayudaba a desdibujar todavía más a un enemigo fatigado, con Doncic errando más de la cuenta y Tobey ahorrando esfuerzos atrás que penalizaban: 69-59, minuto 28.
Superviviente
Y, pese a todo, Eslovenia sobrevivió. Triple de Gregor Hrovat, un secundario, y aparición fantástica de Jaka Blazic sin Luka en cancha. A tres minutos de la bocina, 85-85 en un tramo estelar del guerrero Tobey. De Colo y Luwawu-Cabarrot parecían sentenciar: 90-85 ya en los últimos 60 segundos y en pleno carrusel de errores eslovenos desde la personal (pobrísimo 55% final, 11 de 20). Y justo a continuación, Fournier cometía en ataque su quinta personal, Prepelic clavaba un triple (90-89), De Colo erraba desde la media distancia y Doncic atrapaba el rebote a falta de 18 segundos, el que rubricaba su triple-doble.
Se la iba a jugar él, el gran Luka, Batum lo defendía y Gobert andaba presto a la ayuda tras el bloqueo de Tobey, quizá le faltaba seguridad en su tiro y pasó a la derecha, a Prepelic, que buscó la entrada directa… Una acción ganadora, de puro héroe, una bandeja cantada hasta que emergió por detrás Batum en la recuperación con su larguísimo brazo derecho que taponó la bola cuando restaban dos segundos. El milagro esloveno se desvanecía, ganaba Francia, enorme potencia. A por el oro frente a EE UU: confirmación de la victoria en la primera fase o revancha americana. Pedazo de final.