Alberto Ginés encara la pared de Tokio: "He rebajado mi marca de velocidad en casi un segundo"

Alberto Ginés habla igual que escala. Rápido y directo. “El simple hecho de subir por la pared me gusta”, dispara en la entrevista con AS previa a los Juegos en un breve descanso entre entrenamiento y entrenamiento. Ya en Tokio, con el desfase horario superado, el escalador cacereño afronta ahora con la misma naturalidad sus primeros Juegos en una disciplina que también se estrena como olímpica.

GInés lo confiesa. Se siente en una burbuja. “Estar aquí ya es un sueño. El principal objetivo era venir y ya hemos cumplido. Todo lo que venga será un regalo. Una experiencia increíbe en la Villa... Algo me habían comentado, pero no te haces una idea de cómo es hasta que vienes. Con la selección de baloncesto me he puesto súper nervioso, sin ser capaz de hablar con ellos... Me ha hecho ilusión ver a los cracks del deporte por aquí", apuntaba.

La pandemia lo frenó todo, pero él lleva tiempo acelerando. Se presenta a su gran pared con la modalidad de la dificultad como gran virtud y una notable progresión en la velocidad, que puede terminar de perfilarse como su arma secreta. “Me siento bastante bien, mejor incluso que antes. Creo que hasta me ha venido bien, especialmente en la velocidad. En el Preolímpico estaba haciendo 7,14 segundos. Este año con los entrenamientos he bajado prácticamente un segundo la marca”, cuenta. Y aún le queda margen de progresión.

El año ha sido duro. Su madre, auxilar de enfermería en la UCI, le recordaba a diario la dureza del momento. Primero, entrenamiento en casa. Después, una preparación basada directamente en la competición. Y ahora esperan rivales muy duros en los Juegos. "Son todos muy buenos. El nivel es muy alto y todo muy complicado, pero bueno, no cierro las puertas a nada. Iré, haré mi competición y si suena la campana pues bienvenido sea", concede.

Alberto Ginés, que se inició en la escalada con apenas tres años junto a su padre y que menciona como primer referente a Ramón Julián Puigblanqué Ramonet, insiste en que necesita momentos puntuales de desconexión para volver a centrar el foco en la competición. En la mochila, siempre cartas o algún juego para desconectar junto a sus compañeros de entrenamiento.

Y de nuevo a escena la importancia de la preparación mental para competir. "Hay que saber convivir un poco con la presión y, si se necesita, pedir ayuda o retirarse. Como ha pasado con Simone Biles. Al final todos somos humanos y estamos en nuestro derecho de pasar por malos momentos", reflexiona.

Un desafío olímpico al que se presenta junto a su entrenador David Macià, presente también en Tokio. "Nos conocemos desde hace ocho años. Es como mi segundo mi padre y la relación es muy buena. Sabemos lo que pasa por nuestras cabezas en cada momento. Hay que cumplir con el trabajo, no tengo ningua queja", comenta entre risas el escalador.

Ahora la pared es Tokio. Y Alberto Ginés también va a por ella.

El debut de la escalada olímpica.

La escalada se estrena también como disciplina olímpica. El formato de competición incluirá tres modalidades diferenciadas: dificultad, búlder (escalada en bloque) y velocidad (lead). La puntuación más baja en la suma de las tres modalidades determinará el vencedor.

En Tokio competirán un total cuarenta escaladores (veinte en la categoría masculina y veinte en la femenina). El Parque Aomi (Aomi Urban Sports Park) será el escenario perfecto para la nueva disciplina olímpica.

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