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JUEGOS OLÍMPICOS | GIMNASIA

La resistencia de Roxana Popa le lleva a una final muy prestigiosa

A los 24 años, la de Alcorcón debutaba en unos Juegos Olímpicos. Entró en la final de ejercicio completo que se disputará el jueves.

TokioActualizado a
Spain's Roxana Popa competes in the uneven bars event of the  artistic gymnastics women's qualification during the Tokyo 2020 Olympic Games at the Ariake Gymnastics Centre in Tokyo on July 25, 2021. (Photo by Loic VENANCE / AFP)
LOIC VENANCEAFP

Roxana Popa ama la gimnasia. También tuvo muchos motivos para no quererla. El deporte al que dedicó toda su vida le había traído buenos momentos, sí, pero bastantes fueron los ratos amargos con lesiones interminables. Algo cambió este domingo en el Ariake Gymnastics. A los 24 años había debutado en unos Juegos y estará en la prestigiosa final olímpica de ejercicio completo (all around), el caviar del macroevento. Firmó 54,099 en total. 21ª en la clasificación, la 16ª quitando las que son más de dos por país.

Popa tuvo el premio de la regularidad de gimnasta contrastada, porque es lo que es, pese al cartel de debutante. “Soy la mayorcita, y me tengo que autoanimar”, bromeaba junto al resto de compañeras de equipo (Marina González, Laura Bechdeju y Alba Petisco). Un equipo joven, con futuro, con el que Popa tiene un fuerte compromiso. Quedaron en el puesto 12 en el regreso colectivo de las gimnastas a unos Juegos.

La madrileña era una especie de líder, capaz de sobreponerse al golpe de fallar en suelo (12,533).Roxana siguió con el grupo, fuerte, dando ánimos a las más jóvenes y con buenas actuaciones. 14,300 hizo en salto y 14,400 en asimétricas. Dos ejercicios muy buenos. Ahí fraguó el pase a la final, y terminó con 12,866 en barra fija.

La rodilla de Roxana aguanta

Nacida en Constanza (Rumanía) y afincada en Alcorcón desde pequeña (6 años) Popa conoció lo duro de la gimnasia bien pronto. A los 11 ya sufrió una primera operación, que se convirtió en doble por un problema. Luego un rosario de problemas físicos, algunos de pasar por quirófano y otros se salvaban. A los 19, una operación de rodilla. Se la había roto. Entre esas dificultades, cuando estaba sana brotaba su talento. Sacaba resultados atronadores (sexta del mundo en 2019 en suelo).

Injusto era con su carrera que no hubiera ido a unos Juegos Olímpicos. Y en Tokio se ha hecho justicia pese a su rodilla. “La rodilla está aguantando como una leona, más que yo, la tengo momificada. Si he tenido fallos no es por eso”, dice Popa. Cero excusas, cuando podría tener miles. Su carrera es un ejercicio de resistencia. Estará en la final de más prestigio, junto a Simone Biles.