Uno ya no es suficiente en el Atlético
El equipo rojiblanco ha visto cómo le empatan en tres de los últimos cuatro partidos donde únicamente marcó un gol. Ya no sabe amarrar un 1-0.
Los cimientos del Atlético del Cholo se han reblandecido con los años. El unocerismo ha muerto, o cuanto menos se encuentra herido de gravedad. Si en los primeros años con Simeone en el banquillo poner el 1-0 en el marcador era prácticamente sinónimo de triunfo, ahora no implica nada. Por eso sorprende que no se produzca el cambio de chip en los automatismos del equipo. Ir a por el segundo parece obligatorio conscientes de las facilidades y errores que comete este Atlético cuando pretende que pase el tiempo y no ocurran cosas.
El derbi contra el Getafe fue un Déjà vu. Un retroceso al 18 de octubre cuando conseguir el 1-0 frente al Rayo se convertía en unos últimos minutos plácidos... hasta que una mano en el área de Giménez daba la oportunidad a Falcao de darle un punto a la franja. Ayer fue Saúl quien saltó con la mano donde no debía y proporcionó un penalti a Enes Ünal que conllevó más puntos volando del Cívitas Metropolitano. Esos penaltis que no tiran los locales, único equipo en toda LaLiga que no ha lanzado ninguno pese a algunos tan evidentes como el sufrido por Morata y que hubiese supuesto la expulsión de Djené en el minuto 15.
Ante el Getafe se certificó otra máxima olvidada, jugar en casa ya no supone partir con ventaja. Los rojiblancos quedan con un balance de cuatro victorias, tres empates y tres derrotas jugando como local, números catastróficos si se quiere pelear por cotas altas. En total, el Atlético se ha adelantado en los seis últimos partidos que ha jugado. En cuatro de ellos no consiguió un segundo tanto... y solo ganó en El Sadar. Almería, Real Madrid y Getafe acabaron empatando y en el caso de los blancos ganando en la prórroga de los cuartos de Copa del Rey. La falta de acierto supone una incapacidad máxima para matar los partidos. Y hay cambios que mandan un mensaje.
En Almería fue el Felipe por Correa. En el Bernabéu entró Witsel por Morata. Y contra el Getafe salía Saúl por el punta madrileño a los 75 minutos. Y acabaría en la foto del penalti. Antaño, ese tipo de sustituciones servían para fortalecer una línea defensiva y un centro del campo inexpugnable. Ni por arriba, ni centros laterales, ni balones interiores ni errores atrás ni debilidades en la portería. Ahora, refugiarse no parece tan buena idea. Como un queso gruyer, los agujeros aparecen por todas partes. La Real Sociedad en la cuarta jornada también empató el tanto inicial rojiblanco, aunque en aquella ocasión la labor arbitral fue enormemente protagonista para evitar el triunfo del Atlético. Poner el 1-0 ya no implica sumar de tres en el equipo rojiblanco.