Una renovación de cara a la galería
El Sevilla quiere mostras fuerza y confianza ampliando el contrato de García Pimienta y provoca que la afición acabe cabreada tras ganar al Valladolid.
A las 21:30 de la noche del martes, mientras el sevillismo desalojaba el Sánchez Pizjuán tras la agónica victoria ante el Valladolid, la Prensa esperaba en la sala José Antonio Sánchez Araújo, la del Maestro, la llegada de García Pimienta para su comparecencia. Lo hacía acompañado del jefe de prensa, que espetaba a los presentes: “Mirad el Twitter”. El Sevilla había decidido anunciar la renovación de García Pimienta hasta 2027 con unas imágenes del presidente Del Nido Carrasco en el vestuario anunciando la decisión a la plantilla. Las caras eran un poema. En la sala de prensa y en el vestuario, donde no se daba crédito a la noticia por las formas y por el momento.
“Quería comentaros que antes del partido del Getafe ofrecimos al míster y a su cuerpo técnico la renovación y la ha aceptado, por lo que estará con nosotros como mínimo hasta 2027. Esto es una prueba más de que el proyecto es sólido y de que la confianza en el cuerpo técnico y en ustedes es absoluta”. Así fue el discurso del discutido presidente Del Nido Carrasco antes de que el vestuario iniciará un aplauso.
La renovación hasta 2027 tiene su letra pequeña. Para empezar, García Pimienta firmó en verano 1+1. Es decir, que sobre el papel tenía contrato hasta 2026. Ahora, su renovación supone un 2+1, puesto que se asegura la temporada que viene pero firma una tercera condicionada, ya que cualquiera de las partes puede romper el contrato antes del inicio de ese tercer curso. La situación recuerda a la de hace un año en Las Palmas, cuando también renovó y fue reforzado por el club en plena polémica con Jonathan Viera. Una renovación condicionada, puesto que cualquiera de las partes podía romper el acuerdo con un plazo acordado, lo que sucedió en cuanto el Sevilla se interesó en García Pimienta.
Todo llega tras unos días en los que su puesto había sido discutido en el entorno del Sevilla tras la bochornosa derrota en Vitoria. Por tanto, si tanta confianza hay en el club y la posición de fuerza es tal y como se quiere mostrar al mundo, no se entiende que no se renovara y reforzara al entrenador en sus peores momentos y sí restar protagonismo a una victoria en casa de un equipo que ha perdido la costumbre de dar alegrías a los suyos. Además, la fecha de 2027 es muy significativa, puesto que es cuando se supone que concluye el pacto que impide a José María del Nido Benavente ostentar el poder del club pese a ser el máximo accionista.
En resumen, según el Sevilla, el entrenador estaba renovado antes de lograr su primera victoria liguera, ante el Getafe. Se hace público después del segundo triunfo del año. El siguiente partido en casa es el derbi, por lo que de ganarlo hay ya quien tira de humor para decir que a García Pimienta le ofrecerán ser capataz de alguna cofradía en Semana Santa. La conclusión es que el Sevilla está instalado en un estado de esquizofrenia constante en el que se considera una posición de fuerza llevar la contraria a todo lo que dicta la lógica. O lo que opinan los contrarios a la gestión del Consejo, que al fin y al cabo es lo mismo. Y quien menos culpa tiene es el entrenador.
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