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Una personalidad muy Real

Nada detiene a esta Real Sociedad. Ni el morrocotudo golpe que ha supuesto la salida inesperada de Alexander Isak. Porque por mucho que te deje en las arcas 70 millones de euros, el agujero deportivo que le ha hecho es de dimensiones siderales. El club trabaja para frenar el golpe lo mejor posible para no comprometer el proyecto deportivo. Que la economía está muy bien, y todos estamos de acuerdo en que no se podía rechazar semejante ofertón; pero convendrán conmigo en que al final lo que hace viable un proyecto futbolístico es que la pelota entre en la portería contraria, y para eso el dinero debe estar sobre el césped. En la Real llevan tiempo trabajando muy bien, uniendo ambas cosas, sin que una cosa tape a la otra. Y pretenden que siga así... con 70 millones que gastar y que no se van a gastar. Al menos no todo, ya me entienden.

Y mientras llegan los jugadores que llenarán el enorme vacío que deja Isak en el césped, buenas son las victorias que hacen que no se vea ese agujero con tanta urgencia, que no es buena consejera. Como la victoria en Elche. Con gol de Brais Mendez, uno de los fichajes del verano que se estrena como goleador con la Real. El gallego hizo olvidar a Isak por un momento, después de rematar como si fuera un ariete de los de toda la vida un pase maravilloso de Zubimendi. Digo momentáneamente, porque los siguientes minutos al gol de Brais evidenciaron que a la Real le sigue faltan colmillo arriba. El sueco ponía gran parte del que tenía, y eso hay que corregirlo. Porque sino será difícil que brille ese juego de posesión con el llega a abrumar a sus rivales, como hizo en Elche, y como había hecho en Cádiz en la primera jornada. Es un aval para ganar dos partidos fuera de casa en dos salidas. Pero no se puede perdonar tanto, porque por mucho que seas superior, juegas con fuego, y al final te acabas quemando. Es por eso que la Real necesita gol, al menos un delantero que lo acredite. Más o menos. Y Sorloth está muy bien, pero no parece suficiente. Así que el segundo refuerzo se antoja clave.

Pero no hay nada que frene a esta Real. Ni que le haga cambiar su guión. ¿Para qué modificar algo que le lleva funcionando desde hace tres años? Los nombres son importantes, pero más lo es el estilo, la idea, el proyecto. Así que sin Isak, Imanol no cambió su guión, y como era de esperar, le salió bien. Porque es un entrenador valiente, que más allá de quejarse o lamentarse por un jugador que se marcha, por muy bueno que sea; lo que hace es poner en valor lo que tiene y sacarle el máximo rendimiento. Eso hizo en Elche. Porque aún sin Isak, la Real sigue teniendo un buen equipo. Un equipo que demostró su personalidad. No era fácil reponerse del golpe recibido. Y lo hizo sin variar su manera de jugar, sin dudar de su calidad, de su idea y sobre todo, de su entrenador. Y eso es lo que no debe cambiar nunca. Pase lo que pase. Y los que vengan deberán entender que deben sumarse a esa forma de hacer las cosas y poner su calidad siempre al servicio del equipo. El trabajo solidario de todos, en defensa desde ese Remiro que volvió a coleccionar otra portería a cero, hasta el ataque, juegue quien juegue. Hombres por encima de nombres. Aunque esos hombres también son muy buenos. Ese ha sido el secreto de esta Real. Y lo seguirá siendo.