Una mala racha con demasiadas similitudes
La Real Sociedad cae en picado en una semana con tres derrotas seguidas que tienen preocupantes puntos de encuentro. Imanol Alguacil trata de recuperar la autoestima de un equipo que hace diez días parecía en un momento de forma pletórico.
Derrota contra el Valencia en Mestalla. Derrota contra el Lazio en el Olímpico de Roma. Y derrota contra el Getafe en el Reale Arena. Tres partidos perdidos en una semana que ha hecho aflorar todas las dudas en el actual proyecto de la Real Sociedad que parecía que se habían disipado. Porque hace diez días, cuando le ganó en los octavos de final de la Copa del Rey al Rayo Vallecano en San Sebastián de manera muy solvente, nada hacía presagiar todo el desastre posterior de esta última semana. El problema es que esta mala racha tiene demasiadas similitudes.
Quizá eso sea bueno para la Real Sociedad y para Imanol Alguacil, porque quiere decir que la solución la tiene a la vista y con corregir eso puede ser suficiente para levantarse de la lona, en un momento de extrema delicadeza para el proyecto de esta temporada. Contra el Valencia, el Lazio y el Getafe el equipo txuri-urdin ha perdido la solvencia defensiva sobre la que había cimentado su remontada y crecimiento tras su mala comienzo de temporada. Al principio de esta campaña a la Real Sociedad le costaba horrores defender con contundencia su área y lo pagó caro. Empezó la liga con muchas y muchos malos resultados. Y cuando Imanol Alguacil dio con la tecla, después de mucho trabajo, el equipo donostiarra empezó a defender, a no encajar goles y coleccionar porterías a cero. Y la mejoría fue evidente, en sensaciones, juego y sobre todo, en resultados.
La solvencia defensiva, la recuperación de la contundencia en su zaga y la capacidad para volver a ganar duelos fueron las claves de su mejoría y lo que le llevó a la Real a volver a ponerse en la tesitura de pelear por los puestos europeos. Pero en los tres últimos partidos la defensa de Imanol ha desaparecido. Y la Real ha encadenado tres derrotas seguidas. No es casualidad. El problema es que si este equipo defiende mal, está acabado. Porque en ataque tiene la pólvora mojada.
Lo demuestra que en los tres partidos de esta mala racha falló ocasiones ,muy claras con el resultado a su alcance. En Valencia Oskarsson marró una ocasión clarísima con 0-0 en el marcador. En Roma Sucic dejó temblando el palo de la portería del Lazio. Y contra el Getafe Zubeldia y Oyarzabal marraron do ocasiones muy claras con empate en el luminoso. No las marcaron, faltó la eficacia que lleva sufriendo toda la temporada, y acabó pasando lo que ocurrió finalmente.
Un desastre difícil de aguantar. Y que encima deja muy tocado a esta plantilla más joven que otras temporadas, pero a la que se le tiene que pedir lo mismo. Tiene trabajo Imanol para recuperar la autoestima de sus jugadores, que se marcharon cabizbajos, visiblemente tocados, el césped del Reale Arena. Pero por poner todo en su contexto, no es la única vez que la Real de Imanol sufre una mala racha. La pasada temporada estuvo cinco partidos seguidos sin ganar, y acabó quedando sexto. Y hace dos años, en la última clasificación para la Champions League, llegó a estar seis jornadas sin conocer la victoria.
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