Un colchonero en Heliópolis más de diez años después

Rodrigo Riquelme será jugador del Betis en breve, puesto que la entidad verdiblanca se ha movido con celeridad para encontrar un sustituto a Jesús Rodríguez tras su gran venta al Como, aún por oficializar. Y el fichaje de Riquelme reabre el flujo de trasferencias entre los colchoneros y los verdiblancos, ya que las últimas operaciones en las que un jugador cambió la orilla atlética de la capital de España por la orilla bética de la capital de Andalucía datan de hace más de diez años.

Concretamente, desde el mercado invernal de la temporada 13/14, cuando desde el Atlético de Madrid llegó cedido un Leo Baptistao que no pudo evitar el descenso del Betis. Un año y medio antes, hizo el mismo camino, también cedido, Rubén Pérez, que consiguió clasificarse para Europa con el Betis pero que, al igual que Baptistao, hizo las maletas al final de temporada.

En los 90 sí hubo más ventas desde el Atlético al Betis. Algunas tan exitosas como la de Juan Sabas, que aún es recordado en el Villamarín, y otros fracasos estrepitosos, como la de Solozabal, que la tuvo de todos los colores con Lopera, o la de Andrei Frascarelli, de quien el recordado presidente del Betis decía que solo comía “bocatas de atún en escabeche”.

Más recientemente, desde el Villamarín han puesto rumbo al Atlético Antonio Adán y Juanito, éste último con la carta de libertad. Ahora, Rodrigo Riquelme reabre la veda.

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