Un año sin Monchi
Tal día como hoy de 2023 se hizo oficial la segunda despedida del director deportivo más exitoso de la historia del club y el terremoto aún se siente.
El 16 de junio de 2023 el Sevilla hacía oficial lo que se barruntaba pero nadie quería creerse. Otra vez. Monchi dejaba el Sevilla. Con la celebración de la séptima Europa League aún candente, el club emitía un comunicado en el que se detallaba que el director deportivo más exitoso de la historia de la entidad hacía las maletas por segunda vez, tras su marcha a Roma en 2017 y su regreso con Lopetegui en 2019.
Fueron días especialmente tensos, en los que sobre Monchi se deslizó la sombra de que se marchaba por dinero al Aston Villa de Unai Emery. Filtraciones interesadas que el director deportivo desmentiría en una rueda de prensa posterior. Si Monchi se iba a su casa, podía hacerlo gratis. Si se iba a otro club, tenía una cláusula. Finalmente hubo un acuerdo que no hizo más que romper una relación desgastada y que estaba herida de muerte desde meses antes.
Porque los dirigentes del club culparon a Monchi de no haber querido destituir a Lopetegui y haber tenido que tomar las riendas ellos. Claro que esa toma de riendas sirvió para destituir, justamente, al vasco pero también para que al club volviera el desastre de Sampaoli. Cuando al fantasma del descenso se le vieron las orejas y algo más, volvió la cordura, se firmó a Mendilibar y de manera inaudita, se ganó la Europa League.
Monchi sigue en boca de todo el mundo en Sevilla. Desde los que le culpan de todo lo malo de la actualidad, de la llamada herencia, de la que tiene gran parte de culpa por supuesto, hasta de los que le echan de menos por absolutamente todo. El término medio no existe en esta ciudad, y mucho menos en Nervión.
Realmente, la crisis del Sevilla se explica de manera mucho más sencilla. A Monchi y a todo el Sevilla se les llenó de pajaritos la cabeza con la posibilidad de ganar la Liga y así se invirtió. El título no llegó, los ingresos Champions no fueron los esperados por batacazos en la fase de grupos y un verano de inversiones más que erróneas desmontaron el castillo de naipes que ahora se trata de reconstruir. Una economía de guerra en la que todo sevillista se sentiría más seguro si Monchi estuviera en los despachos, pero el de San Fernando ahora se entretiene haciendo grande al Aston Villa.
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