Antonio Sivera se convertirá mañana en centenario

A Jesús Owono le está pasando lo mismo que a Antonio Sivera hace unos años. El primer guardameta del equipo lo está haciendo realmente bien y es complicado robarle minutos al margen de la Copa del Rey. O llega una lesión o una sanción o hay que ver los partidos desde el banquillo. Es el síndrome de los porteros. Siendo un jugador de campo, tarde o temprano tienes ocasiones de jugar.

Antonio Sivera debutó con el Deportivo Alavés en un partido de Copa contra el Getafe pero en liga estaba siempre a la sombra de Fernando Pacheco. El pacense, que se había formado en la cantera del Real Madrid, incluso llegó a sonar para la selección española absoluta. El Glorioso descendió a Segunda, encontró acomodo en el Espanyol, y Sivera ocupó su hueco a principios de la temporada pasada. Antes había sido internacional con las categorías inferiores coincidiendo con el alavés Unai Simón.

Existía incertidumbre sobre su rendimiento. Tenía defensores y detractores. Incluso se deslizó la posibilidad de que Owono le fuera ganando terreno pero la realidad es que se ha asentado, juega todos los partidos de liga y está realizando paradas prodigiosas que valen puntos. Estuvo un año cedido en el Almería pero tampoco cuajó y regresó a Vitoria para conseguir el ascenso y tratar este año de obtener la permanencia cuanto antes.

El alicantino está muy a gusto en Vitoria. Mañana, cuando salte al terreno de juego contra el Rayo Vallecano en Mendizorroza, cumplirá cien partidos con la elástica babazorra. Tiene buen juego de pies, se coloca de maravilla bajo palos y ha demostrado tener grandes reflejos. Detrás de Owono están Adrián, ahora lesionado, y Gaizka, que a veces va convocado con el primer equipo por si acaso.