Sin Ontiveros no hay paraíso
El marbellí ha bajado su nivel en las últimas jornadas. Siendo este el mejor jugador del cuadro cadista, su rendimiento se nota en un equipo que, sin él, no carbura.
La noche de domingo terminó de la peor manera para el Cádiz. Una nueva derrota fuera de casa se sumó al casillero de Garitano. Esta, complica la vida a un equipo que comienza a tener dificultades a nivel de juego desde hace varias semanas. A estas dudas, se le suma un rendimiento ofensivo casi inoperante. En Riazor, de nuevo, se vio las dificultades del cuadro amarillo para generar ocasiones de gol. Además, se añade otro problema que desencadena toda preocupación. Dicho problema es el pequeño bajón de Javier Ontiveros.
Un solo futbolista no puede ganar partidos. Sin embargo, el marbellí ha sido decisivo durante gran parte de la temporada. Siendo luz en la oscuridad, el extremo tapó muchas de las carencias de un equipo que, a nivel ofensivo, es muy pobre. Sumando diez goles y cinco asistencias, Ontiveros ha agitado la productividad en ataque del cuadro cadista siempre que la pelota ha pasado por sus botas. Sin embargo, desde hace varias jornadas, su rendimiento ha ido bajando paulatinamente y ayer en Riazor se notó más que nunca.
No es que su nivel sea decepcionante, sino que el rendimiento que ha dado tan positivo hace que ahora las miradas se centren en él. Sin embargo, el ex del Villarreal, al 50%, es más que muchos futbolistas del Cádiz actualmente. Y es que, sin estar bien, siempre deja algún detalle que puede decantar un partido. Por ejemplo, en el minuto 5 de partido dejó solo a Chris Ramos con Leite tras un pase magistral.
Sus números en las últimas jornadas invitan a la preocupación. Sin anotar desde la victoria frente al Racing de Santander en El Sardinero el pasado 15 de febrero, suma siete jornadas sin ver puerta o sin asistir. Además, a este dato se le puede añadir a que en la noche de ayer no estuvo fino en el pase, algo que no es habitual en él. Repasando los últimos partidos, en estos dos últimos encuentros ha sido sustituido entre el minuto 60 y el 70, señal de que no está del todo bien. Todo esto, por otro lado, saca a relucir las carencias ofensivas de un equipo que no produce en ataque si la pelota no pasa por Ontiveros.
Desde la llegada de Garitano, el marbellí tapó muchas carencias de un equipo que, a nivel individual, muestra en el verde un nivel muy bajo. Y, en definitiva, este no engaña. Lo peor para el vasco, es que su mejor baza —diferencial en la categoría— ha bajado el nivel en un tramo definitivo. Con la derrota de ayer, el mes de abril que le depara al Cádiz, puede revertir en dramatismo.
Sin atraer malos augurios, el drama puede hacer acto de presencia si el Elche, de los mejores conjuntos de Segunda, consigue derrotar el próximo Sábado Santo a un equipo que se comienza a complicar la vida. Deseando la recuperación de Ontiveros, Garitano tiene una semana complicada para reactivar a un equipo que, sin el marbellí, parece no ver la luz.
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