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RACING

¿Será sólo cosa de puntería?

Los registros comparativos entre Romo y José Alberto son muy similares, con la excepción de la tasa de conversión de sus disparos, los goles y los puntos

Jordi Mboula, del Racing, frente al Mirandés en El Sardinero.
Nacho Cubero

El Racing no es el Oakland Athletics, ni el fútbol se parece en nada al béisbol, por supuesto. Especialmente en la capacidad de destripar un partido, o una carrera deportiva, simplemente a base de analizar convenientemente los números. Esto viene a cuento de Moneyball, la película de Brad Pitt y un actor gordito, Jonah Hill, que hace de genio de las matemáticas en la que cuentan la historia de cómo convirtieron en ganador a un equipo perdedor fichando desechos de tienta, pero con unos datos estadísticos prometedores. Y viene a cuento también por la poca diferencia que los números demuestran en la mayoría de los parámetros entre el Racing de Guillermo Fernández Romo y el de José Alberto. No en los principales, claro, que en puntos, victorias y goles, el ovetense supera por aplastamiento al madrileño, pero... ¿Por qué?

Con los datos de OPTA que sacan la foto fija de los 30 partidos jugados por el Racing, 20 con Romo y 10 con José Alberto, se ve que el equipo suma el doble de puntos (los mismos 18 en la mitad de partidos), marcando el triple de goles por partido y, sin embargo, los de Romo hacían más tiros, muchos al poste, provocaban más faltas y más saques de esquina a favor. La diferencia estriba en lo que la agencia estadística denomina ‘Tasa de conversión’, o sea, la puntería. Los de Romo solo marcaban 5 de cada 100 tiros a puerta, mientras que ahora triplican esa marca: anotan 15 de cada 100. Jordi Mboula es el caso paridigmatico: en los 18 partidos que disputó a las órdenes del anterior entrenador disparó en 17 ocasiones, con un balance de cero goles, ahora, solo en 10 partidos ha chutado las mismas 17 ocasiones, pero con seis goles en su haber. Pero no es solo puntería, con José Alberto remata más centrado y más cerca de la portería rival, lo cual obligaría al estadístico de Moneyball a escudriñar mucho en las tablas de Excel para señalar la diferencia.

ATAQUECon Romo (20 partidos)Con José Alberto (10 p.)
Puntos18 (0,9/partido)18 (1,8/p.)
Goles10 (0,5/p.)14 (1,4/p.)
Tiros a favor218 (10,9/p.)103 (10,3/p.)
Tiros entre palos a favor75 (3,75/p.)44 (4,4/p.)
Tasa de conversión en gol4,99%15,26%
Tiros al poste11 (0,55/p.)3 (0,3/p.)
Saques de esquina a favor104 (5,2/p.)40 (4/p.)
Faltas a favor319 (15,9/p.)148 (14,8/p.)

Tampoco en el apartado de la posesión del balón está la diferencia, antes y ahora el Racing disfruta de poco manejo del balón. Romo solo superó al contrario, por poco, en cuatro partidos, Burgos, Lugo, Mirandés y Tenerife (cuatro derrotas, por cierto), mientras que el asturiano lo ha hecho solo dos veces, en Málaga y en Ponferrada (victoria y empate), para un balance general muy parecido, 40,5% y 41,6%. El objetivo, ya lo dijo el viernes José Alberto, que es menos de edulcorar la realidad del juego de su equipo que Romo, no es ganar la posesión sino el resultado del partido y el ejemplo más claro es su estruendosa victoria en Cartagena, en donde logró un fantástico 0-3, que lo cambió casi todo, con sólo un 33% de posesión. Únicamente en los pases en largo, jugar con los últimos para Romo, patadones en muchos casos para la mayoría de aficionados, se nota una pequeña diferencia: con José Alberto se abusa menos de esa suerte futbolística.

POSESIÓNCon Romo (20 partidos)Con José Alberto (10 p.)
Porcentaje de posesión40,56%41,67%
Pases5933 (296/p.)3307 (330/p.)
Pases largos1192 (59/p.)547 (54/p.)

En la faceta defensiva sí que es indiscutible que los números eran mejores de los que son. No exageradamente, pero con Romo se encajaba menos, había más porterías propias a cero, se permitían menos tiros, menos saques de esquina en contra y Parera debía detener menos balones. El único parámetro ligeramente mejor cuando el rival tiene el balón es que los de José Alberto cometen alguna falta menos de las que les señalaban los árbitros cuando el que estaba en la banda era Guillermo Fernández Romo.

DEFENSACon Romo (20 partidos)Con José Alberto (10 partidos)
Goles en contra17 (0,85/p.)10 (1/p.)
Portería imbatida8 (0,4/p.)3 (0,3/p.)
Tiros en contra213 (10,6/p.)160 (16/p.)
Tiros entre palos en contra73 (3,65/p.)44 (4,4/p.)
Saques de esquina en contra76 (3,8/p.)51 (5,1/p.)
Faltas en contra266 (13,3/p.)128 (12,8/p.)
Paradas del portero56 (2,8/p.)30 (3/p.)

Debatir de si las cosas ruedan mejor ahora de lo que lo hacían con el míster que empezó la temporada es absurdo. El Racing está ahora 14º, la mejor posición a la que llegó Romo tras la racha de ocho partidos sin perder, pero sacando siete puntos a los puestos de descenso, mientras que la noche en la que fue destituido el madrileño su equipo estaba cuarto por la cola, en descenso virtual, a tres puntos de la salvación, tras cinco derrotas consecutivas, tres en casa y las tres últimas frente a rivales directos por la supervivencia, Lugo, Ibiza y Mirandés. Ahora, además, aunque los números no lo dejen en evidencia, las sensaciones del Racing, especialmente en casa, son de un equipo más dominador de los partidos y más cerca de marcar de lo que eran. Eso lo detecta el ojo humano, no las tablas de Excel. Si fuera por eso, por los números, nunca nadie hubiera contratado a Miquel Parera, que venía de no jugar casi nunca. O a Roko Baturina, de liga en liga (a cual más modesta) sin triunfar en ninguna: El gordito de Moneyball no le hubiera fichado pero el ojo de Mikel Martija, después de verle 12 partidos en cuatro días, sí que vio algo. Y le fichó. Y fue el mejor en La Rosaleda.

Víctor Diego y Mikel Martija, del Racing, en la presentación del croata Roko Baturina.
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Con los números como única variable, Martija nunca hubiera fichado a Roko Baturina.Nacho Cubero