Sangre mexicana en el Athletic
Padilla, portero que ha acompañado a Simón en la gira por el país azteca, tiene raíces en éste y vive una pretemporada muy especial.
A Álex Padilla (2003) le dio un vuelco el corazón cuando Valverde confirmó que era el elegido para escoltar a Simón como porteros en la minigira del Athletic por México. La baja de Agirrezabala, aún de vacaciones, le ha permitido disfrutar de tal honor. Tiene familia en el país azteca y ésta se emocionó al ver al chaval jugar los 45 últimos minutos ante el Chivas. También se puso bajo los palos en la tanda de penaltis para dilucidar el ganador del Trofeo Árbol de Gernika, pero, por desgracia, no pudo atajar ninguno de los cuatro que le lanzaron. Es hijo, sobrino y primo de familia mexicana y pasó los primeros siete años de su vida en norteamérica.
Álex nació en Zarautz y a los tres meses, sus padres, Iñaki y Armida, decidieron trasladarse a Camargo, municipio de Chihuahua, donde están enraizados los Pérez, a más de mil kilómetros de Guadalajara, a donde se desplazaron el fin de semana para estar con el guardameta. En abril de 2019, Padilla, que pertenecía al Zarautz KE, fichaba por el Athletic con un contrato largo largo, de cinco temporadas. Aún en edad cadete había ya jugado en el Juvenil Nacional rojiblanco, siendo convocado en varios envites del Juvenil de Honor. En Lezama consideran que por su altura, versatilidad y golpeo con ambas piernas puede ser un gran valor de cara al futuro. Otro portero que desea tomar el testigo a los cracks que han aflorado últimamente.
Al mantener familia en México, la federación de aquel país le sigue de cerca, como a otros futbolistas con doble nacionalidad, y espera reclutarlo para el combinado absoluto. Ha sido convocado habitualmente por Euskadi en categorías inferiores. Fue desestimado por la Real Sociedad, pese a pertenecer a uno de sus clubes convenidos, al considerar que contaba con porteros de sus mismas características en Zubieta. También el Villarreal le seguía de cerca.
Su aita, el bergarés Iñaki Padilla, viajó con la expedición rojiblanca a México, aunque no podrá asistir al duelo de Aguascalientes. La imagen del Akron le queda para siempre. La familia Pérez ya estaba esperando al chaval en el aeropuerto y ha disfrutado las horas previas como el partido de sus vidas. Les queda el de Necaxa el jueves. No fue el primer amistoso de Padilla con el Athletic, que ya tuvo la fortuna de estrenarse en el pasado verano, pero no revestía tanto sentimiento como el de Guadalajara. “Es un regalo, una experiencia inolvidable”, comenta emocionado el gran protagonista, que recoge un aire de alegría después del difícil año con el Bilbao Athletic. “Es difícil de explicar lo que estamos sintiendo”, comenta Iñaki, que conoció a su mujer Armida en un viaje al país azteca. “Mi hijo siempre quiso ser portero”, dice con satisfacción su ama.