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ATHLETIC | ENTREVISTA

“San Mamés es una referencia a nivel mundial”

César Azcárate, el arquitecto que diseñó la Catedral, habla con orgullo de esta década transcurrida. También ha realizado la reforma del Camp Nou.

Azcárate, frente a San Mamés con un boceto
AIOL

César Azcárate (Bilbao, 57 años) es uno de los arquitectos más prestigiosos en el mundo de las infraestructuras deportivas. Pertenece a la firma IDOM, empresa internacional de servicios profesionales de consultoría, ingeniería y arquitectura radicada en Bilbao que diseñó hace diez años el nuevo San Mamés. De sus caballetes han salido las reformas del Monumental de River y la del Camp Nou, así que han llevado la batuta en los estadios más grandes de América y Europa. También están con La Romareda, apadrinaron el cambio de cara de La Cerámica y propusieron al Athletic que toda la publicidad de la grada se impregnara en rojo y blanco, los colores identificativos del campo y del club. Esa idea la hizo suya LaLiga para que en sus competiciones los campos no fueran un batiburrillo de tonalidades. Azcárate celebra esta década pletórica de La Catedral. Asistirá al cumpleaños en su localidad hoy ante el Cádiz.

Estamos en el corazón de San Mamés. Han pasado diez años desde que salió de su imaginación. ¿Qué sentimiento le invade?

¡El tiempo pasa volando! Siento satisfacción y orgullo. Como vengo cada 15 días a los partidos del Athletic, es diferente a un edificio que lo ves en la distancia cada cinco o diez años. El estadio se sigue manteniendo en plena forma, es una referencia a nivel mundial, porque muchas veces me toca venir con visitas de representantes de clubes de diferentes países. Continúa siendo un estadio bueno para el club, que era el objetivo principal. Todo el equipo de IDOM estamos muy contentos y satisfechos con esta obra.

¿Sigue pensando que es un estadio solo para el Athletic? ¿No valdría, por poner un ejemplo, para el Atlético de Madrid?

Lo hicimos pensando en el Athletic. Teníamos la antigua Catedral que estaba aquí al lado e hicimos el proyecto conviviendo el estadio antiguo y el nuevo...

...un reto mayúsculo.

Sí, un reto técnico, perpetuar una esencia, que también hace el proyecto único. La atmósfera de San Mamés es exclusiva.

Todo como antes en espíritu.

Así es. Pese a ser un estadio nuevo, lo primero que teníamos en la cabeza además de cuestiones técnicas era mantener el ADN de antes. Y se conserva, pese a una configuración diferente. Cuando lo vimos así, realmente respiramos tranquilos. La sonoridad incluso se ha mejorado. Y cuando vosotros los medios empezasteis a retransmitir partidos y hablabais de la ‘Catedral’, me hizo pensar: hemos acertado.

Aquel 16 de septiembre de 2013 sintió alivio, por tanto.

Estaba en una nube. Tengo un recuerdo muy agridulce. Unos días antes falleció mi padre. Él me trajo por primera vez a San Mamés, con él he sentido lo que es el Athletic y estaba muy feliz con que pudiera participar en el diseño del estadio. Me dio mucha pena no poder venir con él aquel día. Estaba ofuscado y, por otro lado, tenía la alegría de un sueño cumplido. Aquel año estaban tres cuartas partes del campo y al siguiente ya construimos el estadio entero, pero ya podíamos vislumbrar que iba a ser un éxito.

Por todas esas circunstancias, ¿sintió más presión en la gestación?

Sí la sentía. Yo y todo el equipo. Esto es una labor de equipo, no sólo mía. Toda la empresa se involucró. Había mucha gente que pedía dejar el viejo San Mamés en pie. ¡Ahí ya empiezas a sentir la presión! Otros pedían colocar el arco encima del campo nuevo. Y había quienes aludían al sonido... Era una acumulación de presión. Viviendo en Bilbao y siendo socio del Athletic... no puedes acabar la obra y escapar, vivir en otro país. Ese día fue una liberación y cuando el estadio estaba completo, porque hay que entenderlo como un conjunto cerrado, es de los que más presión ejercen sobre el rival en el mundo. Es unitario, muy pendiente, echado sobre el terreno de juego...

¿Le gusta la Grada de Animación?

Le da mucho ambiente al estadio. Cuando lo construimos no había este tipo de tendencias. Los diferentes presidentes han tratado de impulsarla y me parece un éxito para el conjunto del estadio porque se anima mucho más.

La reubicación de los socios también fue un reto grande.

Son cosas que generan mucho rozamiento, ruido. Un reto, sí.

Ampliar

El viejo campo pedía la jubilación a gritos.

Los estadios antiguamente se hacían por trozos y esos trozos tienen desconexiones entre ellos. No funciona como unidad como pasa en este San Mamés. Todo el mundo entra y sale a la vez. Si te tocaba en una grada debías pasar por un puente o superar un callejón... Tremendo.

Hubo que ampliar la cubierta porque algunos socios se mojaban. ¿Eso le causó cierto disgusto?

Al principio nos descolocó. Teníamos claro desde el principio que debíamos hacer un estadio tradicional, con una techumbre que cubría las gradas, que era la tendencia en aquellos años. Al principio se habló de cubrirlo al cien por cien, como ahora pasa en el Bernabéu, pero finalmente se desestimó. Cuando nos dicen que hay que extender la cubierta, porque la gente lo demanda, lo tratamos como hacemos siempre con estos asuntos: como un reto técnico y arquitectónico, ya que había que mantener la esencia del estadio original. Cogemos el toro por los cuernos. Con los ingenieros, hicimos esa cubierta ligera porque no se podía meter mucho peso al estadio. Ahora lo miras y está hasta mejor con esa extensión. Nos salió bien.

¿Vieron muchos estadios antes de emprender las obras para copiar detalles?

Sí, con la directiva con la que estábamos trabajando el proyecto. Vimos varios de los últimos en Europa. Los más recientes eran los que se habían acabado para el Mundial de 2006 en Alemania. También fuimos a los ingleses, porque tenemos una conexión de larga tradición con el fútbol de Inglaterra. El San Mamés antiguo era un estadio muy inglés y este, también, en el sentido de estar muy cerca del terreno de juego, tener la primera fila en la banda del jugador. No es de corte internacional sino muy inglés. Vimos el Emirates y Wembley, que es diferente porque se trata de un campo nacional.

“Han venido a estudiarlo de todos los países. No te lo puedes imaginar. Estados Unidos, países latinoamericanos, Japón, China, de todas partes de Europa, de muchos sitios de España… Son incontables”.

Azcárate

A su vez han venido muchos a copiar ideas de este San Mamés.

De todos los países. No te lo puedes imaginar. Estados Unidos, países latinoamericanos, Japón, China, de todas partes de Europa, de muchos sitios de España… Son incontables.

Inicialmente se presupuestó en 120 millones, aunque luego hubo algo más de inversión. Ahora mismo es impensable pensar en esas cifras a la hora de hacer un campo nuevo.

Hoy es impensable. Es un poco por su concepción arquitectónica. Teníamos muy claras las ideas con el club. No hay nada de superlujo. Los acabados son austeros, de fácil mantenimiento. Está puesto el énfasis en la fachada, que fue muy celebrada con el tema de la iluminación dinámica. Ahora hay muchos estadios que la tienen, pero ahí fuimos un poco pioneros. Se puso el esfuerzo económico en ciertas partes, las importantes, no las accesorias. Hoy en día es impensable lo que puede llegar a costar un estadio como este.

Una década después, ¿qué cree que le falta a esta construcción? ¿qué le añadiría?

Los estadios van cambiando mucho. Por ejemplo, la tecnología. Podrían incorporarse unos videomarcadores más grandes. O los anillos dinámicos de publicidad. Se puede implementar todavía, manteniendo la esencia. De hecho, se han hecho cosas. El anillo VIP se ha ido incorporando en este tiempo. Lo teníamos previsto que se podía meter. O el polideportivo, que es municipal. El estadio sigue admitiendo mejoras. La industria del fútbol cambia cada año, y los temas tecnológicos por las retransmisiones televisivas. Lo del anillo VIP, que me gusta llamarle ‘hospitality’, el término inglés, lo podíamos enfocar de una manera diferente, más visual, aunque está muy bien.

Han llovido los premios esta década de certámenes de arquitectura.

Es un orgullo, para el club, la ciudad, nosotros... mucha gente viene de fuera a ver el estadio. Los premios te dan el espaldarazo para pensar que las cosas han estado bien hechas.

“Los campos de Qatar eran un despropósito, Algunos puede parecer bonitos, pero solo para la foto”

Azcárate

¿Qué le parecieron los estadios del Mundial de Qatar?

A ver cómo lo digo....

¿Educadamente?

Sí. Me ha parecido un despropósito en muchos sentidos. No ha habido evolución en la tipología arquitectónica de los estadios de fútbol. Lo único que tienen de extraordinario es el acondicionamiento del aire. Primero se iba a jugar en verano y vieron que era imposible. Pasó al invierno y horas en las que no había sol. Se podían haber ahorrado todo lo del aire acondicionado. La FIFA movió las fechas, así que podían haberse explorado medidas sostenibles pasivas, sin tener que meter tantos kilovatios de aire acondicionado.

Vamos, que los campos no le apasionaron.

Un despropósito, Algunos puede parecer bonitos, pero solo para la foto. No se ha visto una evolución. Lo que más me preocupa, quitando el estadio de los contenedores desmontable, es qué va a pasar con los que quedaron. No es lo mismo que el Mundial que quieren traer a España en 2030. Mejoras lo que hay, como en los Juegos Olímpicos. Hacer todo nuevo como en Qatar, para un mes de Mundial... una oportunidad perdida.

¿Qué le parece el Bernabéu?

Veo dos vertientes. Tecnológicamente va a ser muy avanzado, sobre todo en el tema multiusos: esconde el césped y se pueden realizar eventos con techado y tener mucho rendimiento económico. Por eso está muy bien pensado. Pero echo en falta un estadio urbano como San Mamés o el Camp Nou, una relación más interesante con la ciudad, porque parece un cofre cerrado. Tiene su lado positivo y otro que no lo es tanto.

Hicieron La Cerámica, están con La Romareda y todo el mundo está pendiente del Camp Nou que han diseñado.

Hemos hecho el proyecto y no seguimos con el Barça porque hay una constructora que lo está desarrollando y haciendo la obra. Es una pena, pero es así. Es muy ambicioso desde el punto de vista de generar ciudad. El estadio lo puede hacer. Está el campus del Barça con todo lo de alrededor, con el Palau que también se va a hacer, los espacios verdes que se han podido ampliar, para el ciudadano. Hay mucho espacio público para el ciudadano. Es un proyecto mucho más integral desde el punto de vista urbano, por eso va a ser buenísimo. Es un estadio abierto, el espectador va allí a ver el fútbol, pero en cuanto gire la cabeza, va a relacionarse con la ciudad. Se decidió hacer el derribo de la tercera gradería que estaba en muy mal estado. Era asimétrica e impedía modernizar un estadio de tanta edad, de 1957. La decisión de tirarla y construir la nueva hace que se convierta en un estadio bueno al cien por cien, aunque se conserven las dos graderías bajas. La obligación de los estadios actuales es que hagan ciudad. Antes eran como agujeros negros y lo que deben hacer es crear vida, ciudad... y reactivar esa parte de la ciudad. Luego están los suburbanos...

Como el Metropolitano.

Si, es otro concepto.

¡Larga vida a San Mamés!

¡Eso!