Raúl García se complica el récord

Restan 29 jornadas para acabar la presente Liga. Se ha consumido aproximadamente una cuarta parte y todos los equipos empiezan a situarse. Podía ser un año histórico, en el que Raúl García asaltara el famoso récord de Zubizarreta de partidos en Primera, pero de momento tendrá que esperar. En este 2023-24 como mucho igualará los 622 encuentros que disputó el meta alavés y que también logró alcanzar Joaquín el año pasado. Estaba en disposición de dejar atrás el extremo a Andoni, pero no fue alineado en todas las jornadas y no lo consiguió.

Ahora es el turno de Rulo, que lleva 593 compromisos en la máxima categoría. Muy por encima del exmadridista Raúl González (550). De los que están en activo solo se le acerca Sergio Ramos, en la novena posición, con 510. Se hace difícil pensar que Raúl García va a jugar todo lo que queda de Liga, cuando este año ha jugado solo en 4 de las nueve jornadas disputadas. Pero su lo lograse elevaría a tres los habitantes del cielo liguero. El navarro lleva 276 partidos ligueros como león. Empezó con 90 en Osasuna y el resto, 257, los desarrolló como colchonero. Atesora en el Calderón casi todos sus títulos, menos la Supercopa de 2021 en Bilbao: 1 Liga, 1 Copa del Rey, 2 Europa League, 2 Supercopas de Europa y 2 Supercopas de España.

Fiel a sus convicciones, recientemente destacó que le haría ilusión estar al frente de la tabla de jugadores con más partidos en la élite, pero no es algo que le quite el sueño. Lo que nadie le arrebata es que la presencia en su vigésima Liga de Primera, con lo que ha igualado a Joaquín y Miquel Soler como los que más ediciones han disputado. El andaluz los cubrió con Betis, Valencia y Málaga. El lateral, en el Espanyol, Barça, Atlético, Sevilla, Real Madrid, Zaragoza y Mallorca. Un brindis de un trío memorable.

Cuando le quedaban 33 citas para lograr el récord, lo dejó claro: “Si en vez de 33 me quedasen 5 y no hubiese tenido la opción de seguir en el Athletic, no hubiese buscado otro equipo para conseguirlo. Si lo consigo, mejor, es otro reto, pero no me mueven esas cosas. Todo el mundo me dice que lo consiga porque es algo bonito, pero no me mueve. Mi carrera no va a cambiar por conseguir 15 o 20 partidos más”, señaló ayer en Lezama.

El delantero no se quedó satisfecho con la temporada pasada, en la que jugó 35 citas ligueras, pero solo 6 de titular. “Con lo del año pasado no estoy contento, quiero mejorarlo. Tengo sensación de que hubo momentos en los que podía haber jugado más, pero no me queda otra que intentar darle argumentos a Ernesto para que confíe más en mí”. Iñaki se escoró a una banda hace unas jornadas, donde brilla más, pero Guruzeta y Villalibre le quitan espacio en los partidos.

En este tiempo, se ha hecho uno más en Bilbao. Al finalizar el presente contrato tendrá casi 38 años. Vive en la costa vizcaína y está muy a gusto, cerca de su querida Navarra. Lo normal es que se retire como rojiblanco. En San Mamés, a Rulo se le define, sobre todo, como un tipo “discreto” y “familiar”. Una de sus pasiones son los caballos, algo que comparte con su mujer, y que se ha convertido en su gran compañera de este viaje maravilloso. Ambos miman a Kalisto, el caballo que compraron después de un viaje a Holanda. Recientemente soltó eso de: “Estaría encantado de que me suban los impuestos si van a lo que deben”. No lo dice con aire demagógico sino con enorme espíritu solidario sobre el difícil momento económico y la necesidad de ayudar, sin esconder que el fútbol se ha alejado de la gente. No deja de repetir que le gustaría poder recuperar su intimidad, algo cada vez más cercano, como su retirada. Mientras, su hijo Álex empieza a darle a la pelota con mucha vocación. Ante Osasuna, el 19 de agosto, descorchó sus primeros minutos de la temporada, tenía que ser en El Sadar, ante Osasuna.

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