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Ración de afecto para Villalibre

El ‘Búfalo’ es aclamado en San Mamés y Mendizorroza, pero sus minutos siguen siendo muy contados. Al menos ya es el primer relevo en el ‘nueve’.

Villalibre, en Mendizorroza
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Ya se sabía que la del viernes no iba a ser una jornada más en la oficina para Villalibre. Al contrario, la emotividad estaría presente desde que el momento que pusiera un pie en el campo que tanto le idolatra tras convertirse tres meses atrás en el héroe del ascenso al convertir un penalti ante el Levante. “Villalibre nos hizo muy felices. Habrá que recibirle como se merece. Luego ya le diré que no se pase mucho”, solicitó García Plaza, el entrenador albiazul.

El Búfalo ya pidió incluso en Bilbao regresar a Vitoria. Porque el delantero ya intuía que iba a tener pocos minutos. Guruzeta está por delante y al menos ve cómo Iñaki Williams, en un gran estado de forma, ha abandonado la posición de ‘nueve’ para escorarse a la banda. Raúl García ha quedado relegado en un segundo plano y Martón partió hacia el Mirandés, así que al menos se le abre un horizonte de ser el relevo del delantero centro titular. De momento ha disputado tres partidos de los seis disputados, en los que ha acumulado sólo 56 minutos y ha hecho un gol, al Cádiz en el primer balón que tocó.

En Vitoria las muestras de cariño fueron continuas. En cuanto llegó fue saludando a antiguos compañeros. Mientras calentaba con los suplentes, el delantero recibió mucho más afecto de un Mendizorroza aún medio vacío. Él correspondió con aplausos a la grada. Tras calentar durante el descanso y desde el arranque de la segunda parte, le llamó Valverde superado el minuto 70. Fue el momento álgido. Se pitó la salida de Paredes y Guruzeta y se cayó el campo con su entrada, acompañado por Yeray. Saludó a Abqar tras colocarse en punta.

La victoria del Athletic no impidió que la grada y el jugador volvieran a encontrarse con el pitido final. El delantero de Gernika, ya con los protagonistas en vestuarios y todo mucho más relajado, pudo agradecer el apoyo a la grada de Mendizorroza. Incluso se dirigió al fondo de animación y lanzó su camiseta a la tribuna en señal de respeto. La ovación atronadora no se le va a olvidar jamás. “Personalmente es una emoción increíble volver con otro escudo, otra camiseta y que te reciban así no se puede pagar. Lo voy a recordar siempre”, señaló.

Le costó situarse ante tanto protagonismo. “Obviamente intento estar concentrado, te hace tener todavía más ganas. Es un chute de energía, un momento muy especial”, reitera el Búfalo de Gernika. Lo curioso es que un campo se venga abajo con cariño cuando su equipo está perdiendo. “Efectivamente ir perdiendo y que toda la afición me reciba con ese cariño, emociona”, zanja. Desvela Villalibre que si llega a marcar al Alavés se hubiera contenido: “No me saldría celebrar, meter goles en un partido así... no te saldría celebrarlo”, reconoció el ariete.