Promes, el Fugitivo
Condenado en Países Bajos a seis años de cárcel, el extremo fue detenido en Dubai por darse a la fuga tras un accidente de coche. Pero Rusia evitará su extradición.
Días después de que el Spartak de Moscú concluyera su concentración invernal en Emiratos Árabes, Quincy Promes continuaba en este país del Golfo Pérsico. Oficialmente, el club ruso argumentó “motivos personales”. El periodista Ivan Karpov daba otra razón más concreta y bastante grave, pero que extraña poco conociendo los numerosos antecedentes del exfutbolista del Sevilla: Promes había sido detenido en el aeropuerto de Dubai, antes de embarcar hacia Rusia, por haberse dado a la fuga tras sufrir un accidente de coche mientras conducía por las calles de esta ciudad emiratí.
Según las leyes de los Emiratos Árabes Unidos, Promes se enfrentaba a una pena de prisión de entre un mes y cuatro años, así como a una multa de cinco mil euros. Aunque las consecuencias pudieron ser peores, pues la fiscalía neerlandesa tenía la posibilidad de enviar una solicitud al país árabe para su extradición. En los Países Bajos, Quincy se enfrenta a dos condenas de cárcel: una de año y medio por apuñalar a un familiar y otra de seis años por contrabando de cocaína, nada menos que 1.350 kilos. El futbolista estuvo unas horas en una comisaría de Dubai y luego se marchó a un hotel en régimen de arresto domicilario. Y todo quedará en una simple sanción económica.
Porque Promes se escapará otra vez, comienza ya a recordar a Harrison Ford en El Fugitivo. Según anunció Sport Express, las autoridades de Rusia han intercedido para que regrese a Moscú este mismo martes 5 de marzo y el futbolista podrá incluso participar en el partido de liga rusa contra el Voronezh Fakel, el próximo domingo.
El caso es que este nuevo incidente con la Justicia, en este caso de Emiratos, provoca que el Spartak vuelva a replantearse la renovación de Quincy, que en principio termina su contrato el próximo 30 de junio. De no seguir en el equipo moscovita (u otro de Rusia), el extremo deberá buscarse un trabajo nuevo o emigrar a otro país que no tenga Tratado de Extradición con los Países Bajos, si no quiere acabar finalmente en una cárcel de su país.