Prohibido repetir la historia...
La última vez que el Sevilla ganó en el Bernabéu (diciembre de 2008), el Madrid acabó sustituyendo al entrenador: Juande reemplazó a Schuster


Once veces ha ganado el Sevilla al Madrid actuando los blancos como equipo local (entre todas las competiciones). Pero sin embargo, la que tuvo más enjundia fue la que aconteció el 7 de diciembre de 2008. Ese día, polémico en la historia del Real Madrid, el Sevilla dio un golpe de mano en el estadio Santiago Bernabéu: se impuso 3-4 en un encuentro plagado de errores arbitrales, la última vez que lo ha hecho desde entonces, y… que acabó con la salida de Bernd Schuster unos días antes de medirse al Barcelona en un Clásico.
La secuencia fue tremenda: ese mismo día hubo Asamblea de Socios que acabó como el Rosario de la Aurora: fue el comienzo del fin de la etapa de Ramón Calderón como presidente blanco, pero lo peor llegó horas más tarde. Con cerca de 70.000 espectadores llenando el Bernabéu, el Sevilla se impuso en un partido loco, en el que el gran protagonista fue el colegiado gallego Bernardino González Vázquez. Ya había tenido una polémica actuación en 2005 en un encuentro ante el Villarreal y desde entonces, la afición blanca siempre le miraba con lupa: señaló un penalti de Pavón sobre Forlán en el que parecía que el defensor blanco se llevaba con superioridad el balón, estiró el partido hasta el minuto 97 y expulsó a Zidane y a Quique Álvarez por un roce. Incluso se llegó a escuchar a gente de su entorno afirmar “que es del Barça desde niño y uno de los protegidos de Sánchez Arminio”, entonces máximo responsable del Comité Técnico de Árbitros. Ante el Sevilla fue el último partido que dirigió en el coliseo madridista…
Su primer error llegó pronto: a los dos minutos de partido. Un disparo de Adriano tocó, sin querer, en Kanouté, que estaba en posición de fuera de juego, entrando en la portería blanca, pese a las quejas de los jugadores blancos. Pero hubo más: en el segundo tanto del Sevilla, obra de Romaric, Cannavaro chocó con Kanouté, cayendo al suelo y no pudiendo defender la acción. A partir de entonces ya perdió los papeles: no vio una agresión de Squillaci a Gago (le pegó un puñetazo en la nuca al argentino: ninguno de los cuatro árbitros lo vio y sólo se pudo apreciar por televisión). Ya en la segunda parte no señaló dos clarísimos penaltis sobre Higuaín. El primero, de Escudé, que agarró y derribó al argentino. La sorpresa fue cuando tras no señalar la clara infracción, reprendió al madridista señalándole que se había dejado caer en el área. El segundo, con empate 3-3 en el marcador fue de la siguiente manera: Palop desestabilizó a Higuaín, que aún así remató al larguero. La acción era merecedora de penalti y expulsión del portero… De ahí se pasó a una segunda amarilla a Robben, siendo expulsado. Marcelo también vio una amarilla, por lo que también se perdería el Clásico de la semana siguiente.
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Tras esta actuación colegial, más surrealista fue la conferencia de prensa que ofreció Bernd Schuster tras el encuentro, dejando una frase que le condenaría al despido: “Me parece imposible que podamos ganar el sábado en el Camp Nou”. Pasadas unas 33 horas, Pedja Mijatovic, entonces director deportivo blanco, anunciaba la salida del técnico alemán del banquillo blanco y la llegada de Juande Ramos. Cierto es que el exfutbolista germano llevaba ya varias jornadas provocando su salida con declaraciones fuera de tono: los blancos cayeron con el Getafe y afirmó que no le dolía la derrota ante los medios. Pero esa frase, tirando la toalla antes de jugar ante el Barcelona fue su punto y final. De nuevo ante el Sevilla, el entrenador blanco se la vuelve a jugar… Esperemos que en su caso no se repita la historia…
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