Un viernes entre Matagigantes
El Leganés, especialista en el último mes en aguarle la fiesta a los grandes, recibe al Rayo, creador del concepto en los 70 y esta temporada más próximo a la cima que al pozo.
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Matagigantes, uno. Matagigantes, el otro. Al primero, el que juega en casa (sigue el partido en directo en As.com), el término le ha llovido del cielo por esa manía tan periodística de encasillarlo todo en los típicos tópicos. También por méritos propios. Tumbar a dos líderes en menos de un mes, (el Barça, en Montjuïc; el Atleti, en Butarque), más si eres un bregador de la permanencia, es suficiente virtud para merecer un calificativo tan viejo como resplandeciente.
Porque ser matagigantes mola. Al Leganés de Borja Jiménez le brillan los ojitos con el piropo. Se siente cómodo en ese rol de equipo retador de lógicas. Buscador de utopías. Lo acompaña, además, de realidades que lo reafirman. Como ascender cuando buscas la permanencia en Segunda. Como ser uno de los once equipos de las cinco grandes ligas que aún no ha perdido en 2025. Coincide con la esencia de ciudad humilde que lo impulsa. El Lega es y será siempre (que no lo olviden en el palco) un orgulloso equipo del pueblo.
Resistencia obrera del que es catedrático el Rayo Vallecano desde el principio de los tiempos. Claro que los de Íñigo Pérez han reformulado el concepto de matagigantes. Esta temporada aún no han tumbado a ningún coloso, pero sí le han puesto palos en las ruedas. Madrid y Atlético se tropezaron en la Franja con sendos empates. Y el Barça rozó la tragedia de no ser por Dani Olmo.
A cambio, ahora el gigante es el Rayo, que, a un punto de Europa, se atreve a soñar en grande sin perder su esencia. La conserva un Íñigo Pérez que dice que firmaría con sangre la clasificación actual. Pero como no puede rubricar nada, a cambio sus futbolistas se dejan la suya, su sangre, para mantener alto el sueño, especialmente reluciente allende la Calle del Payaso Fofó. El Rayo (como el Lega) es mejor visitante que local, aunque a los pepineros el último triunfo frente al Atlético les hace ser optimistas en el cambio de tendencia.
Por ahí pasa una permanencia que, en la segunda vuelta, albergará en La Avenida de los Once Leones a la mayoría de sus rivales directos. Para tumbar al primero, al Rayo, los blanquiazules no tienen bajas. Bendición en esta plantilla reducida por la lesión de Franquesa y las salidas de Haller y Porozo. Estos dos no contaban, pero hacían bulto. Por eso el Lega parece más mermado, aunque en la realidad de los minutos no lo esté.
Vuelve Tapia a una zaga que apunta a los tres centrales con Juan Cruz, de nuevo, de carrilero. Por ahí podrían encontrarse a Embarba o Álvaro García. Sus dos asistencias a Nteka (otro meritorio al once) en la remontada ante el Girona le hacen opositar al puesto. Por cierto, pita Quintero González, árbitro del 0-1 pepinero ante el Barça. Con él, el Lega no ha perdido este curso. Con el Rayo, se estrena. Un viernes entre matagigantes.
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