Un puzle por resolver en Heliópolis
El Betis acelera para tener inscritos a Claudio Bravo y Willian José. Busca alguna salida para conseguir el alta del ariete en LaLiga y parte del plantel reestructura sus contratos.
EI Betis sigue tratando de solventar de la mejor manera el imprevisible puzle que tiene sobre la mesa. Claudio Bravo y Willian José siguen sin ser inscritos en LaLiga y en Heliópolis agilizan las fórmulas para contentar a Manuel Pellegrini a las puertas del cierre del mercado. No hay complicación a la vista para el guardameta: desde el club inciden en que su inscripción está ya solventada con LaLiga y sólo quedan por resolver algunos detalles menores. Pero el escenario es diferente con el delantero brasileño, que se quedó este verano tras acordarse su traspaso definitivo procedente de la Real Sociedad a cambio de diez millones de euros.
El Betis mira el reloj a sabiendas que no lo tiene a su favor. Pero sí tiene a un plantel que afianzó su compromiso a la hora de ser partícipes en la intención de que todos los jugadores tengan su sitio: Durante el día de ayer, numerosos agentes pasaron por la ciudad deportiva para reestructurar contratos de jugadores verdiblancos con el fin de aliviar ese límite salarial y posibilitar la entrada de Willian José en LaLiga a tiempo. Junto a ello, se calcula que harán falta algunas salidas y el club trata de acelerar esa vía. Loren tiene varios ofrecimientos sobre la mesa y no cuenta con la confianza de Pellegrini. Hay otros futbolistas con opciones de salir de Heliópolis como Rober o Paul, aunque sí tienen un papel de cierto peso en la política de rotaciones del técnico chileno, sobre el todo el mediocentro, que es la única baza de reemplazo natural para Guido Rodríguez en la plantilla. Hay cierto optimismo para que finalmente no haya problemas de inscripción.
Pellegrini quería y quiere más de este mercado, pero es consciente de las prioridades y se las trasladó al club. Su deseo es tener a Bravo y a Willian José de inmediato. La vía de Bellerín para el carril diestro se convierte casi en utopía pese a que las carencias siguen presentes en ese carril derecho que encontró en Aitor Ruibal a un comodín de buenas prestaciones.