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SEVILLA

Monchi-Sevilla, destinos opuestos

El club nervionense se despeña de nuevo, ya sin su gran referencia, que triunfa junto a Unai Emery en un Aston Villa metido de lleno en la lucha por la Premier.

Actualizado a
Monchi.
TONI RODRIGUEZDiarioAS

Pocas horas antes de que el Sevilla sufriera otra dolorosa derrota en San Sebastián para seguir anclado al fondo de la tabla, el Aston Villa de Unai Emery, Monchi y Damià Vidagany daba la campanada en Londres al derrotar al Tottenham y relevarle así en la cuarta plaza de la Premier League. Después de 13 jornadas, los villanos se meten de lleno en la lucha por el título, a dos puntos del líder Arsenal, uno del Manchester City y empatados con el Liverpool de Klopp. Cerca de 43 años después de su última liga, Birmingham sueña con volver a conseguir el campeonato.

En Nervión no han transcurrido aún ni cinco meses desde que se tocara de nuevo el cielo con la Séptima Europa League, tras otra temporada convulsa pero al final triunfante. Y ya añoran allí como nunca al director deportivo sobre el que se forjaron dos décadas de leyenda, con 8 títulos europeos, dos Copas del Rey y hasta 22 finales disputadas entre campeonatos españoles y continentales. Monchi se marchó de Nervión por segunda vez, tras su breve etapa en la Roma, y de momento parece que para siempre. O por mucho tiempo, sobre todo si la historia de amor que empieza a vivir en el Aston Villa sigue discurriendo de manera tan dulce como hasta ahora.

Centrado ya en la Premier, en clasificarse al menos para la Champions, el club que dirige Emery apenas ha sufrido algún revés esta campaña que le sirvió siempre para enderezar su rumbo. Cayó con el Everton en la Carabao Cup y sucumbió en Varsovia, contra el Legia, en la jornada inicial de su grupo de Conference League. Tres victorias en los siguientes tres duelos europeos convierten sin embargo a los ingleses en los máximos favoritos para llevarse una competición donde ningún otro equipo se acerca a sus prestaciones colectivas ni, sobre todo, a la calidad de una plantilla en la que Unai está terminando de acoplar las nuevas incorporaciones. El Villa no levanta un título desde 1996, cuando logró Copa de la Liga.

El Sevilla ha de ganar al PSV Eindhoven este miércoles para no despedirse de los octavos de Champions, y si pierde correrá un serio riesgo de no alcanzar siquiera el premio (no menor, en su caso) de clasificarse para las rondas eliminatorias de Europa League. Víctor Orta, ese sucedáneo de Monchi que creció a la vera del de San Fernando, parecía haber dado en el clavo con la mayoría de los fichajes, pero muchos de ellos comienzan a desinflarse: Lukebakio se pierde en regates estériles, Mariano sigue sin marcar, Sergio Ramos acaba expulsado y Sow ni siquiera juega ya.

Aunque llegó con la planificación avanzada, Monchi ha contribuido al fichaje de algún futbolista que despunta como el velocísimo extremo francés Moussa Diaby (que suma tres goles y tres asistencias) y otros que empiezan a carburar como el central español Pau Torres o el centrocampista belga Youri Tielemans. El primero anotó el 0-1 a los Spurs y el segundo asistió a Watkins, gran estrella del equipo, en ese 1-2 que certificaba la remontada este domingo en el Tottenham Stadium. Dos cesiones avaladas por el director deportivo gaditano como Clement Lenglet (de momento, solo ha jugado en Conference) o Nicola Zaniolo, enredado en un asunto de apuestas, deben todavía subir mucho su nivel. Por si acaso, Monchi prepara ya el mercado de invierno con el objetivo de añadirle algo más de profundidad a la plantilla, sobre todo en la punta de ataque.

“Soy sevillista antes que director deportivo”, repitió decenas de veces Monchi, en los buenos y los malos momentos, especialmente durante una última temporada repleta de sufrimiento tras la que decidió marcharse de Nervión a pesar del regusto maravilloso de haber ganado en Budapest a la Roma de Mourinho. Se quedó José Luis Mendilibar, al que él había traído como parche, pero acabó por convertirse en héroe y tampoco el técnico vasco pudo esquivar la trituradora de mitos en la que se ha convertido últimamente el Sevilla. Y llegó Diego Alonso, por el que ahora mismo las apuestas no dan demasiado para que tuerza el año sentado en el banquillo del Sánchez-Pizjuán.

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