Julio Baptista: “Veo a Xabi Alonso entrenando al Madrid a corto plazo”
‘La Bestia’ mantiene la fe en Modric y avisa a Bellingham: “Debe estar preparado para cuando las cosas no vayan tan bien”. Sobre Ramos: “Nivel para volver a la Selección, tiene”.
Le apodaban ‘La Bestia’ por su poderío físico y agresividad. Julio Baptista (São Paulo, 1981) llegó al Sevilla con 21 años desde Brasil, aquel verano de 2003. Su impacto en la Liga española fue colosal desde el inicio. Fichado por Monchi como centrocampista, Caparrós observó en él cualidades innatas para el gol y lo acercó lo máximo posible al área rival. En los dos años que vistió de sevillista marcó 49 goles. Su asombroso rendimiento le permitió fichar por el Real Madrid. Y en las dos temporadas que pasó en el Bernabéu, con un paréntesis de un año cedido en el Arsenal, no lució como se esperaba, pero aun así marcó goles decisivos, como el de la victoria en el Camp Nou que ayudó a conquistar el título 2007-08. La irrupción de Bellingham nada más aterrizar en España recuerda a aquella aparición fulgurante del hoy entrenador del Valladolid Promesas, que charla con AS.
Entrevista
―¿El impacto inmediato de Bellingham se asemeja al suyo?
―Sí. Hay un paralelismo y, en ambos casos, la figura del entrenador es clave. Cuando un técnico sabe reconocer las piezas que tiene y cómo encajarlas, todo funciona mejor. Bellingham está demostrando ser el jugador más determinante del Madrid y de la Liga. El sistema de Ancelotti le beneficia y ha encontrado un hueco para que explote al máximo sus cualidades, porque su capacidad goleadora es muy alta.
―Caparrós hizo lo mismo con usted cuando le puso como segundo delantero…
―Así fue. No son dos casos idénticos, porque Bellingham es más creativo y yo... tal vez un poco más agresivo atacando los espacios, algo que él también hace muy bien. Los movimientos que tiene y las maniobras que hace en la zona de tres cuartos de campo son realmente buenos. Sí se parece en que yo también atacaba mucho desde segunda línea, lo que yo llamo la “zona muerta”. Es muy imprevisible y difícil de detectar, porque coge la espalda de los centrocampistas y entra con mucha potencia.
―¿Su marcaje es difícil para los rivales por esas cualidades?
―Mucho. Aparte de ser muy listo y saber posicionarse tácticamente, tiene un físico poderoso y una técnica muy depurada. Es muy completo.
―Tiene sólo 20 años, uno menos que usted cuando llegó a Sevilla. ¿Qué futuro le augura?
―Jugar en el Real Madrid te da una repercusión enorme y si alguien hace lo que él está consiguiendo, se multiplica más a nivel mundial. Me parece un chico con la cabeza bien amueblada y que sabe manejar el éxito y la presión. De todas formas, conviene tener calma con él, porque ya sabemos cómo es la pasión en el fútbol. Cuando alguien está muy bien lo ensalzamos mucho y si baja su rendimiento, ya no le reconocemos de la misma forma. Ahora mismo es un gran jugador que vive un momento dulce, pero tiene que estar preparado para cuando las cosas no vayan tan bien.
―¿A quién le recuerda como futbolista?
―Tiene virtudes de varias estrellas del pasado. En algunos detalles recuerda a Zidane. Creo que no llega a su excelencia técnica, pero tiene más capacidad goleadora. También me recuerda a Lampard. Su posición ideal es la de mediapunta llegador, con libertad para moverse y estar cerca del gol. Es de esos futbolistas a los que no hay que encorsetar.
―Un ‘daño colateral’ es la pérdida de protagonismo de Modric. Como entrenador, ¿es difícil gestionar una situación así?
―Jugar mucho o poco, en el fútbol actual, no tiene tanta relevancia. Modric está jugando menos, pero estoy convencido que lo que juegue será más selectivo y estará en los partidos importantes. Sigue siendo uno de los mejores medios del mundo. El Madrid está jugando en rombo y Ancelotti busca el equilibrio con jugadores que cubran más los espacios, pero Modric es un jugadorazo y la edad no existe. Sólo hay jugadores buenos y malos... y él es de los muy buenos.
―¿Cuál es su balance como jugador del Real Madrid?
―Estuve en dos etapas, con un año cedido al Arsenal de por medio. La primera aprendí a vivir rodeado de estrellas. Nos faltó estabilidad y tener un entrenador capaz de hacer que el equipo funcionara (estuvieron Luxemburgo y López Caro). Al volver de Londres, con Schuster, jugué más y tuve un año en el que me sentí más importante, pero aprendí mucho de ambas aventuras. Jugar en el Madrid te da una dimensión especial, el crecimiento de un jugador se acelera y aprendes una barbaridad, especialmente a lidiar con la presión y frustración.
―¿Su mejor recuerdo fue aquel gol en el Camp Nou en la 2007-08?
―Seguramente. El Barça estaba muy bien, llevaba muchísimo tiempo sin perder en el Camp Nou y aquel 0-1 nos dio mucha moral para el resto de la temporada y poder ganar la liga. Me hizo muy feliz.
―De todas las estrellas con las que compartió vestuario ¿Quién le impresionó más en el campo?
―Zidane y Ronaldo eran especiales. Elegir a uno solo me parece casi imposible, porque todos tenían algo diferente. La capacidad técnica y plasticidad de Zidane eran casi inigualables y Ronaldo, a pesar de sus lesiones, era un espectáculo, especialmente a la hora de definir. Aparte de ellos, no he visto a nadie golpear mejor al balón que Beckham; Roberto Carlos ha sido de los mejores laterales de la historia, Guti era un talento, Raúl un gran definidor… Eso era un equipazo y tuve la suerte de estar con ellos.
―El Sevilla fue su plataforma de despegue en Europa…
―Le tengo muchísimo cariño. Me abrió las puertas del fútbol español y siempre le he estado muy agradecido por darme la oportunidad. Fueron dos años muy bonitos y productivos, porque metí muchísimos goles y me sirvió para hacerme un nombre.
―¿Se siente más madridista o sevillista?
―Ahora miro las cosas como entrenador, no como aficionado. En el partido del Pizjuán miraré y analizaré como un profesional. En este momento observo el fútbol desde otro ángulo.
―¿Ve a su ex compañero, Sergio Ramos, con nivel para volver a la Selección?
―Nivel tiene, pero depende del entrenador. Si cumple las expectativas, no veo por qué no, pero todo está condicionado a la confianza que De La Fuente tenga en él y su encaje en el sistema de juego.
―Usted hizo el curso de entrenador junto a Xavi , Raúl, Xabi Alonso, Senna… ¿Quién le llamó más la atención?
―Algunos ex jugadores tienen mucha facilidad para ver el fútbol. Xavi venía de la ‘escuela Barça’ y tuvo grandes entrenadores. Eso y su posición en el campo, como líder y constructor, le facilitó mucho el trabajo. A Xabi Alonso también lo vi con mucho criterio y muy suelto en las ideas. Para mí fueron los más destacados, pero los demás también teníamos nuestras capacidades y trabajamos para tener una oportunidad. Demostrar nuestro conocimiento.
―¿Y a Xabi Alonso lo ve entrenando, a corto plazo, en el Real Madrid?
―Sí. Depende de los momentos y no se puede correr. Hay que esperar la oportunidad y aprovecharla. El tiempo determinará el destino de cada uno. En Alemania lo está haciendo muy bien en el Leverkusen y eso demuestra lo que vale. Capacidad para dirigir al Madrid le veo, desde luego.
―¿Cuál es su sueño como entrenador?
―No es diferente al resto. Llegar lo más lejos posible y demostrar todo lo que estoy aprendiendo en esta fase de preparación. Tengo claro mi modelo y quiero estar listo para cuando llegue el momento. No me marco objetivos a largo plazo. Ahora estoy contento en el Valladolid y quiero aprovechar para formarme y tener una opción en el fútbol profesional.
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