Iker Bravo: “Cuando peor estaba, Arbeloa me dio la mano”
El delantero se sienta con AS y radiografía su etapa en el Madrid. Dos años para madurar y encontrar a su “padre futbolístico”. “No tengo ningún problema con Raúl, pero Arbeloa ha sabido llevarme muchísimo mejor”.
Llega puntual a su cita con AS en el Gran Hotel La Florida, al abrigo del Tibidabo barcelonés. Le acompañan Bibian Weggelaar, su agente, y Marc, su preparador físico, amigo y ahora también tortura. “Toca apretar, que si me llama la Selección hay que estar a tope”, saluda Iker Bravo. Es su gran obsesión en este momento, estar en la lista de José Lana para el Europeo Sub-19 de Irlanda del Norte (arranca el 15 de julio). Mientras posa para la cámara, Marc y Bibian ‘dan una colleja’ a Wikipedia: “Iker nació en el hospital de San Cugat del Vallés, pero es de Esplugues (de Llobregat)”. Tiene 19 años, pero la mochila ya pesa, cargada de experiencias (La Masia, el Leverkusen, el Madrid...). Hay mucho de lo que hablar. Además de alguna que otra sorpresa: “Si no hubiera sido futbolista, habría sido cantante de flamenco”.
En La Fábrica no hubo feeling con Raúl (”no tengo ningún problema con él”), pero en Arbeloa ha encontrado “un padre futbolístico”: “Cuando peor estaba y cuando me sentía incluso perdido, él me dio la mano”. El Juvenil A no fue trampolín de vuelta al Castilla, pero sí a la Selección. Durante la charla entona el mea culpa (”empecé en un mal estado de forma, es la verdad”), pero sonríe por haber “crecido personalmente”: “Ahora entiendo qué quiero y qué necesito para conseguir lo que quiero”. Un proceso de maduración que le ha servido para saber identificar dónde apoyarse: “Cuando me expulsaron en Valladolid, sólo me llamaron mi madre y mi agente; tras el doblete al Union Berlin, si te digo que tenía 2.000 mensajes en el móvil, no te miento”. Aunque la aventura en el Real Madrid se ha terminado, mira hacia delante: “Mi objetivo es jugar en un equipo de Primera”. La Liga, la Ligue 1 y la Serie A ya han tocado su puerta.
Entrevista
Directo del entreno. ¿Cansado?
Me encuentro bien, la verdad. Estoy trabajando mucho para llegar a tope al Europeo, si Dios quiere. Hay que tratar de alcanzar el mejor nivel posible para ayudar a la Selección.
Me decía Marc que está a tope. ¿El mejor nivel físico de su carrera?
Sí. Durante la temporada uno busca un físico óptimo para jugar y en pretemporada se intenta lograr el mejor nivel de masa muscular, de todo. Pero te diría que sí, que trabajando con mi preparador físico estoy en un buen estado de forma ahora mismo.
El cambio durante la temporada ha sido grande, ¿no?
Empecé en un mal estado de forma, es la verdad. Pero siguiendo los consejos que me dieron Arbeloa y su staff, la nutricionista del Madrid y, sobre todo, ponerse uno mismo a ello he logrado una muy buena condición física. Un buen porcentaje de grasa y demás. (Sonríe) Estoy muy contento.
Ya va recogiendo frutos. Ahí está su vuelta a la Selección. A ver el Europeo...
Buf, para mí es un placer. Mi madre siempre me lo dice: ‘La Selección, la Selección’. Para mí es lo más grande y gracias a Dios que volví en la pasada convocatoria. Si el seleccionador cuenta conmigo, lo daré todo. Todo.
¿Ve opciones de tocar metal?
Tenemos un buen grupo. Y algo muy importante, somos muy buena gente y gente comprometida con la Selección. Si cada uno hace bien lo que debe hacer, haremos algo muy bonito, estoy seguro.
“Ahora entiendo qué quiero y qué necesito para conseguir lo que quiero. (...)Trabajé con una psicóloga para gestionar la frustración, la ansiedad cuando quieres demostrar mucho...”
Echemos un poco la vista atrás. Mirando al Iker del verano pasado, ¿qué cambios percibe?
Bueno, sobre todo he crecido mucho personalmente. Mucho. Gracias a las personas que me han ayudado dentro como fuera del campo. He alcanzado una madurez personal para entender qué quiero y qué necesito para conseguir lo que quiero. Dentro del campo se ha visto que en la segunda vuelta he dado un cambio. En lo físico y en lo mental. Pero, sinceramente, me quedo con lo hecho fuera del campo. Valoro mucho el crecimiento personal que he tenido.
Pone mucho énfasis en la palabra madurez y crecimiento. ¿Mucho trabajo mental en estos 12 meses?
Sí. Mucho. Y me han ayudado una barbaridad las personas más cercanas. También he trabajado con una psicóloga para saber gestionar la frustración que a veces te da el fútbol, para saber gestionar temas como la ansiedad, cuando quieres demostrar mucho y necesitas estar más tranquilo. Te ayuda.
Imagino que cuando todo ha ido bien habrá tenido muchos ‘amigos’ pero, ¿tenía tantos en los momentos más duros?
Mire, le pongo un ejemplo. Cuando pasó todo lo de Valladolid: me expulsaron, el equipo perdió después de dejarle con uno menos... Las únicas dos llamadas que tuve fueron las de mi representante, Bibian, y la de mi madre. En cambio, cuando me hago un partidazo contra el Union Berlin en la Youth, donde marcó dos goles, si te digo que tenía más de 2.000 mensajes en el móvil, no te miento. Al fin y al cabo, es normal, ¿no? La gente sólo ve lo bueno. De lo malo se apartan un poco, entre comillas. Yo valoro mucho que mi familia, mi agente, mi preparador físico, mis amigos más cercanos, los que siempre han estado, están ahí. Eso es lo que importa.
“Cuando me expulsaron en Valladolid, sólo me llamaron mi madre y mi agente; tras el doblete al Union tenía 2.000 mensajes”
¿Se ha llegado a sentir incomprendido en algún momento?
Siempre está el tema de las etiquetas. A mí se me puso una, a otro se le pondrá otra... Realmente las personas que de verdad me conocen saben cómo soy. Al final, incomprendido o no, sí que había muchas ocasiones donde la gente sólo escuchaba lo que quería escuchar.
Mencionaba el día del Valladolid. ¿Ahí hizo clic?
Sí, sí. Básicamente porque tras ese partido nos dieron un día libre y al día siguiente teníamos entreno. Lo primero que hice fue ir a pedir perdón a los compañeros en el vestuario. Y luego tuve una conversación más personal con Arbeloa en su despacho. Esa conversación fue lo que me hizo decir ‘borrón y cuenta nueva’. Un volver a empezar, a cambiar hábitos y actitudes. Que no eran actitudes malas, pero quizá no ayudaban. Ese pequeño clic, ese cambio, fue lo que me hizo mejorar tanto en esa segunda vuelta
De Arbeloa habla con un cariño especial...
(Sonríe) Arbeloa para mí ha sido como un padre futbolístico. Cuando peor estaba y cuando me sentía incluso perdido, él me dio la mano. Cuando las personas te dan la mano en esos momentos te tienes que acordar de ellos. Y él, tras esta temporada... No estaría aquí sin su ayuda.
Recuerdo ese partido de Berlín del que hablaba, que fue a abrazarle.
Apenas hacían falta palabras. Es lo que se vio. Minuto 2, marcar ese gol... Y necesitábamos los tres puntos para ser primeros de grupo. Pues me fui corriendo a por Arbeloa. Encima había 20.000 personas, récord de la Youth, más especial aún. Fue increíble.
¿Y cómo ve su futuro, el de Arbeloa?
Acabará entrenando en Primera, seguro. Espero que llegue al Madrid. Es un entrenador increíble, sobre todo por cómo empatiza con los jugadores.
“Arbeloa acabará en Primera, seguro. Espero que llegue al Madrid”
Si piensa en su mejor momento de la temporada, ¿el del Union?
(Piensa) Sí, sí, ese. El día del Union. Es superespecial. En un estadio de primera división lleno hasta la bandera, hago un muy buen partido... Diría que ese.
Arbeloa también le ha reubicado, como una especie de extremo izquierdo. ¿Es donde se siente más cómodo?
Sinceramente, donde más cómodo me siento es de mediapunta con un delantero por delante. Pero en el sistema de Arbeloa, tal y como lo tenía en su cabeza, yo le encajaba más como extremo izquierdo. Aunque metiéndome para dentro en el cuadrado, como mediapunta. Realmente no he sido extremo como tal, sino más bien como Andrés Iniesta en su día. Y ahí la verdad que encontré mi posición en el equipo y me sentí muy cómodo.
¿Con qué compañeros se entendía mejor?
Varios, varios. Siempre me he entendido muy bien con Yusi, que he jugado muchos años con él. Con Hugo de Llanos... (Sonríe) ¡Ha sido mi compañero de gol! Ha quedado por delante.
Apretó, pero se le escapó Hugo (26 goles, por los 20 de Iker).
Se escapó, sí (ríe). Me alegro mucho por él. Con Hugo y Yusi te diría. También con Cristian David, aunque él juega más atrás.
Hablábamos de Arbeloa, pero con Raúl ha sido diferente...
Con Raúl bien, bien. Yo no tengo ningún problema. Pero sí que es verdad que Arbeloa ha sabido llevarme muchísimo mejor. Me ha sabido entender emocionalmente, se ha parado a hablar conmigo, a preguntarme qué pasaba... Pero con Raúl bien.
“Con Raúl, bien. Yo no tengo ningún problema, pero Arbeloa ha sabido llevarme muchísimo mejor. Me ha sabido entender emocionalmente, se ha parado a hablar conmigo...”
¿Y qué me dice del momento de bajar al Juvenil?
Fue decisión mía. Yo quería jugar. Un jugador de fútbol, lo que quiere es jugar a fútbol (sonríe). Entonces, si no entro en los planes del técnico del Castilla tendré que buscar otra opción. Y la única opción que me quedaba era bajar con el Juvenil.
¿Habla antes de decidirlo con Arbeloa?
Sí. Yo antes de bajar hablo con él. No quiero bajar si él tampoco cuenta conmigo... Lo hice y él encantado. Desde el primer día, además. Fue un placer.
Después empieza a reencontrarse... ¿Siente que merecía otra oportunidad de Raúl en el Castilla?
Tengo una cosa muy clara, en las decisiones de los entrenadores nunca me voy a meter. Porque cada entrenador tiene su idea. ¿Si pienso que me la merecía? No lo sé. ¿Si me hubiera encantado? Eso seguro. Cuando acaba la liga juvenil, que lo hizo un poco antes, yo le dije al analista y a los preparadores físicos del Castilla, que me llevo genial con ellos, ‘oye, si queréis, podéis contar conmigo’. Pero al final, pues ya tenían su idea hecha. Lo importante era que se salvaran y lo consiguieron.
En lo global, la temporada del Juvenil fue un ‘casi’ continuo. ¿Qué sabor de boca deja?
Sinceramente, no empezamos bien. No nos conocíamos. Era complicado, éramos tres generaciones: 2005, 2006 y 2007. Son muchas caras nuevas, diferentes edades... En cuanto nos conocimos e hicimos grupo, todo empezó a arrancar. ¿Qué cuerpo se queda? Que hemos merecido más. En Liga quedamos segundos, pero queríamos ir a la Copa de Campeones. En Copa del Rey (frente al Espanyol)... El gol que nos marcan es porque Dios no quería que jugásemos las semis. Y en Youth no pude jugar... Pero es que los penaltis son una lotería (derrota en cuartos ante el Milan). Es lo que tocó.
Dolería esa tarjeta ante el Leipzig
(Sonríe con rabia) ¡Buah, en el momento...! Es que yo desplazo el balón, pero no lo hago para perder tiempo ni nada. Lo desplazo en plan: ‘¿En serio es falta?’. Y cuando veo la tarjeta se me cae el mundo encima. Además, recuerdo que Manuel Ángel me echó una bronca impresionante y en la siguiente jugada, amarilla a Manuel Ángel. Son anécdotas de las que aprendes. La próxima no lo haces y juegas.
“Arbeloa me cubría en los entrenamientos y me decía cosas para enfadarme. Mejoré mucho el autocontrol"
Hasta Valladolid, cinco amarillas y dos expulsiones por doble amonestación, desde entonces sólo la del Leipzig...
Arbeloa me ayudó un montón. En eso especialmente. Se ponía a cubrirme en los entrenos, en los partidillos, y me decía cosas para enfadarme. Ahí mejoré mucho mi autocontrol. También uno aprende y es más listo. Si viene un defensa a tratar de sacarte del partido, a jugar. Es fácil decirlo, pero a veces cuesta... Apliqué todo eso. También con las charlas con la psicóloga, hablar del tema de la frustración, de todo. Lo he ido mejorando, sí.
Y ahora, la pregunta. ¿Qué pasará con Iker Bravo? Tiene contrato con el Leverkusen.
Aún no lo sé. Hay que tomar una decisión. En Leverkusen no creo que esté mi futuro, porque llevo dos años fuera. Me llevo muy bien con todos, pero Xabi tiene ya su idea. Han ganado la Bundesliga, van a Champions... Tengo que decidir, pero seguro que la decisión que tome será buscando un proyecto deportivo y, sobre todo, jugar. En primera división si Dios quiere. Es mi prioridad. Y el Europeo con España.
¿Mandó mucha felicitación por ganar la Bundesliga a sus excompañeros?
Sí, sí. Sobre todo me llevo muy bien con los jóvenes: Tapsoba, Frimpong, Florian (Wirtz), Amine (Adli)... Desde el primer día me trataron genial. Les he felicitado y alguna llamada también. Me alegro mucho por todo lo bueno que le pase al club. Se merecen la Bundesliga.
“Mi futuro no está en Leverkusen... Mi prioridad es jugar en primera división y el Europeo con España”
¿Alguna felicitación en alemán?
¡Algo sé, eh! (risas).
Hablaba de Wirtz. Hay mucho rumor que le relaciona con el Madrid...
Buf, Florian y Kroos son los mejores futbolistas con los que he entrenado. Wirtz tiene una calidad increíble. Sabe en todo momento qué hacer con el balón. No sé dónde va a acabar. No soy su agente (sonríe), pero él tiene calidad de sobra para estar en el Real Madrid. Y es un competidor nato. No le gusta perder ni a las chapas.
Entiendo que, entonces, Kroos es quien más le sorprendió en el Madrid
Sí. Cuando ves a Kroos en un espacio como este (una terraza perfecta para un rondo de entrenamiento) y no perder ningún balón... Le tirabas una piedra y te la devolvía perfecta. ¡Pero también me sorprendió mucho Hazard! Tenía una calidad... uf. En espacios cortos era increíble. Después ya que estuviera en mejor o peor condición física no lo puedo juzgar yo. Pero el talento que tenía era tremendo. También me hablaban mucho de Isco otros compañeros que habían entrenado con él.
“A Kroos le tirabas una piedra y te la devolvía perfecta, pero también me sorprendió mucho Hazard. Tenía una calidad...”
Usted que ha paladeado La Masia y La Fábrica, ¿hay muchas diferencias?
A ver, diferencias no hay muchas. Dos de los mejores equipos del mundo, con las mejores comodidades. Aunque es cierto que viví 10 años en La Masia y dos en La Fábrica. Viví mucho más, muchas más experiencias, en La Masia. Es donde más recuerdos tengo. Pero todo el personal: tutores, gente de limpieza, utilleros... Todos, en ambas ciudades deportivas, son muy agradables y me sentí muy cómodo en ambas.
¿Cómo recuerda la llamada del Madrid?
Siempre he pensado que a un Madrid o a un Barça no se les puede decir que no. Yo estaba en Alemania cuando me entero de que el Madrid quiere contar conmigo. Recuerdo el llamar a mi madre: ‘¡Oye, que nos ha llamado el Madrid!’. Eufórico y con ilusión. Es que era el Real Madrid...
Ahora le toca otra decisión importante, pero la de salir del Barça sería dura...
Era un niño de 15 años y me costó mucho. No es que no me viera preparado, pero me daba miedo dar ese paso. Pero hablando con mi madre, me dijo que en la vida hay que ser valiente. No me arrepiento de nada.
“Si no hubiera sido futbolista hubiera sido cantante de flamenco”
Vamos ahora un pequeño cuestionario más personal...
Venga.
¿De dónde viene su amor por el fútbol?
Gracias a mi padre. De pequeño nos íbamos al parque de Hospitalet y nos poníamos a jugar. Siempre me lanzaba balones y me enseñaba a hacer controles orientados, a chutar... ¡También a hacer chilenas! Realmente por él. Y después, por el Esplugues. Jugaba con mis amigos y me lo pasaba genial.
¿Mantiene el contacto con sus amigos de infancia?
Sí, sí. De hecho, el Esplugues se estaba jugando en descenso en Segunda Catalana y estuve con ellos en el vestuario. Además, juegan amigos míos muy cercanos. Sigo muy vinculado, sí.
Si no hubiera sido futbolista...
(Sin dudar) Cantante.
¿En serio?
Sí, lo tengo clarísimo.
¿De qué estilo de música?
De flamenco.
Si pudiera elegir, ¿a qué concierto iría esta noche?
Hay muchísimos cantantes... (Piensa mucho) A un concierto de Jul. Mis dos estilos de música son: la francesa, que la escucho sobre todo antes de jugar y con mis amigos jugando a la play, y el flamenco. Viene un poco por la familia, por el barrio donde vivo. Escuchamos ahí en la calle, con el altavoz, y se te queda dentro.
¿Qué hace en su tiempo libre?
¡Ahora no tengo! (mira a Marc y ríe). En Madrid, sobre todo por la tardes, vivía con un amigo e íbamos al gimnasio y después simplemente a dar un paseo por el centro, o ver una serie. Y ya sobre las 22 o 22.15, cena y a dormir.
¿Le paraban mucho?
No creas. Si me paran me hago las fotos que quieran, yo encantado, pero son gente respetuosa.
¿Tiene algún ritual antes de entrar al campo?
Sí, el de Cristiano (ríe).
¿Es su ídolo?
Mi ídolo futbolístico es Cristiano, pero mi ídolo global desde pequeño es Zlatan (Ibrahimovic). Su carácter y su personalidad siempre me han hecho pensar que para ser un Zlatan, un Cristiano, debes tener ese tipo de personalidad.
¿Los ha conocido?
No. A ninguno.
¿Cuál es su serie favorita?
Peaky Blinders.
¿Su mejor recuerdo?
Mi mejor recuerdo... Mira, personalmente cuando nació mi hermano. Y futbolísticamente cuando debuté con el Bayer en Copa... No, no, me quedaría con el debut en Bundesliga ante el Hertha. Me sentí muy bien. Era un sueño desde pequeño y verte rodeado de hombres, conocidos y el estadio lleno... Un sueño cumplido.
Cuénteme alguna anécdota divertida.
En el fútbol. Tengo muchas, pero no sé si se pueden contar (ríe).
Alguna habrá.
Así divertida... Bueno, sí. En mi debut con la Sub-19, cuando yo era más joven. Estaba con la generación de 2003 y me hicieron cantar la de Tusha, la de Karol G. ¡Tenía la cara rojísima!
Cerremos con un deseo para el curso próximo.
Tener muchos éxitos, ser feliz, jugar al fútbol y hacerlo bien. Poco más necesito (sonríe).
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