Granito en Palma: Muriqi y Aguirre
El delantero kosovar, ahora en sequía, marca más de la mitad de los goles del rocoso Mallorca. Militao y Benzema son bajas en el equipo de Ancelotti. Vinicius ante Raíllo, duelo explosivo.
Javier Aguirre lleva 27 años atendiendo casos en el fútbol mundial. La mitad de ellos en España. Los más recientes, graves. Aquí pasó de llevar a la Champions a Osasuna y Atlético a practicar maniobras de reanimación a Zaragoza o Espanyol. A ambos los tomó colistas y los puso a salvo, con proceso judicial por amaño que se saldó con absolución general en el primer caso. Estuvo a punto de repetir con el Leganés. Y lo consiguió de nuevo con el Mallorca la pasada temporada, en el más difícil todavía. A falta de tres jornadas el equipo cayó en Son Moix ante el Granada, rival directo, por 2-6. La peor derrota del mexicano como entrenador local. “A los jugadores les dije entonces: ‘Estamos en Segunda, pero la buena noticia es que quedan nueve puntos”. Lograron siete, suficientes para salvarse (sigue el partido de hoy en directo en As.com).
Ahora, con el enfermo en planta (décimo al comenzar la jornada, seis puntos por encima de la zona de descenso, en ningún momento del curso cerca de ella), el club pretende renovarle por dos temporadas, porque con él el Mallorca se ha convertido en un grupo resistente a la adversidad. No es un equipo bonito pero sí difícil. “Nadie pide que juguemos mejor. Lo que quiere la gente es estar en Primera, ver a Madrid, Barça o Atlético”, se justifica. Y es que el Mallorca está construido desde la autodefensa. Marca muy poco (15 goles) y encaja muy poco (18, solo dos más que el Madrid).
Ese blindaje atrás parte de una zaga de cinco, que para Aguirre no implica acuartelarse en su área: “Yo fui campeón en México con defensa cinco. Lo mismo se puede decir de Argentina. Nosotros jugamos un 3-5-2 y es tan ofensivo como quieran los extremos”. Así lo hará hoy ante el Madrid en un clima enrarecido por heridas del pasado entre Maffeo, Raíllo, Rodrygo y Vinicius que aún se han curado. La temporada pasada, Vinicius y Rodrygo sufrieron dos entradas brutales de Maffeo y Raíllo en Son Moix. Rodrygo, de hecho, tuvo que retirarse lesionado como consecuencia de un plantillazo del central. “Ha sido falta suya, yo toco el balón primero”, dijo en primera instancia Raíllo. Con la imagen dando la vuelta al mundo, rectificó: “Si ves la acción detenidamente, te das cuenta de que he ido un poco fuerte”. Rodrygo colgó una foto de su tobillo lastimado en las redes sociales el día siguiente.
La bronca
El enfrentamiento se repitió en el partido del Bernabéu de esta temporada. “Que Vinicius baile, pero que no falte. Cuando se le tilda de provocador usa el comodín del racismo”, dijo Raíllo tras el choque. Y esta misma semana, en DAZN, insistió: “Si mañana tengo que poner de ejemplo a mi hijo a un jugador, lo haría con Modric o Benzema, pero nunca con él”. La patada alevosa de Paulista al propio Vinicius el jueves reaviva el conflicto entre el brasileño y sus marcadores. El delantero blanco está a una tarjeta de la suspensión, pero no la forzó ante el Valencia. Sin Benzema, lesionado, es la mejor baza ofensiva de su equipo en un partido en el que volverá a estar bajo la lupa.
El Mallorca ha incorporado a tres jugadores cedidos en el mercado invernal (Augustinsson, del Sevilla; Morlanes, del Villarreal, y Hadzikadunic, del Rostov), pero ninguno será titular hoy. El equipo será similar al que cayó en Cádiz el pasado fin de semana, con Kang-in Lee y Muriqi en punta. La dependencia del delantero albanés es absoluta en el Mallorca. Ha metido más de la mitad de los goles del equipo en la Liga (8 de 15), aunque no lo hace desde hace cinco encuentros, ya marcó en el Bernabéu y la afición está enganchada a él por su carácter combativo. “Fuera del campo es amable, cariñoso, hace grupo. Dentro es un león que se bate y se pega con todo el mundo”, dice Aguirre de él. A pesar de su fama de gran dominador del juego aéreo, solo ha marcado el 21% de los goles de su carrera con la cabeza. En esta Liga ha subido ese porcentaje hasta el 37%. Su conexión con Kang-in Lee es casi perfecta. “Nada más llegar le dije que era el mejor jugador del equipo. Solo tenía que cambiar de mentalidad y lo ha hecho”, asegura Muriqi.
Tchouameni apunta al once
Contra la pareja opondrá el Madrid una defensa en precario. Caído Militao y cogido con alfileres Alaba, que regresa a una lista, Nacho volverá a ser central junto a Rüdiger, con Camavinga como lateral izquierdo y Carvajal en la derecha. La otra gran baja, la de Benzema, quedará cubierta con Rodrygo, lo más parecido que tiene Ancelotti al francés. El italiano pensó, a principio de campaña, en Hazard para ese papel (fue nueve ante el Mallorca en la ida), pero ya ha tirado la toalla. Rodrygo ha jugado diez veces ahí, con siete victorias blancas, un empate y dos derrotas.
En el centro del campo se espera el regreso de Tchouameni como titular después de casi un mes de baja. Ya tuvo minutos ante el Valencia y con Kroos tocado, parece claro que volverá a ser el pivote del equipo. Para los tres puestos restantes hay cuatro candidatos: Valverde, Modric, Ceballos y Asensio. El momento de los dos últimos hace indicar que repetirán en el once y que los otros dos se jugarán un puesto. Un equipo sin reservas, pues, en un campeonato que no admite margen de error y frente a un rival de granito: solo tres de sus adversarios le han ganado al Mallorca este curso por más de un gol.
