REAL MADRID - BETIS | BENJAMÍN ZARANDONA
“Ficharía a Rodrigo antes que a Mbappé o Haaland”
Del “vi como Hierro hizo callar a Capello” al “Anelka me impresionó más que Beckham”. Benjamín Zarandona cuenta y opina. Hoy, charla con AS.
De padre vasco y madre ecuatoguineana, Benjamín Zarandona (Valladolid, 1976) se crio en las calles del barrio castellano de Las Delicias. Debutó en el equipo de su tierra y en 1998 llegaron a su vida las trece barras verdiblancas. En el Betis vivió la pasión sevillana durante ocho temporadas, pero el sentimiento quedó con él para siempre. Hoy en día, su foto de perfil en WhatsApp aún recuerda aquella etapa con una imagen en la que aparece junto a Zidane en un duelo frente al Real Madrid. Comentarista de la SER, emprendedor y siempre solidario, con varios proyectos sociales en marcha, vive entre Madrid y Valladolid con frecuentes viajes a su querida Guinea, donde se vuelca en la ayuda a los más necesitados. Ahora, charla con AS.
Entrevista
―¿Aún ve la vida de color verde?
―Si pasas por el Villamarín y juegas con ese escudo y ante esa afición, te marca para el resto de tus días. Es gente que se entrega por su equipo con ardor... y es muy bonito jugar allí. Además, hay béticos por todas partes. Siempre ha sido el equipo simpático de la Liga y creo que sigue siendo así.
―Usted vivió muchos duelos contra el Real Madrid…
―¡Era el partido que todos queríamos jugar! Yo debuté en el Bernabéu con el Valladolid y perdí un balón ante Chendo que acabó en gol. Era joven e inexperto. Un compañero me echó una bronca enorme y Rubén Baraja lo calmó y le dijo que me dejase tranquilo. Fue un debut amargo. Luego volví muchas más veces con el Betis.
―¿Y qué recuerdos figuran en portada de su álbum?
―Son muchos. Me acuerdo sobre todo de jugadores. Hay uno del que ya no se habla, pero a mí me impresionó: Anelka. Cuando estaba en forma era casi imparable. Intenté seguirle en varias arrancadas y era imposible. Parecía un cohete. Tenía una potencia y un cambio de ritmo brutales. Me acuerdo que yo me decía a mí mismo: “Por algo este tío está en el Madrid y yo no”.
―¿Le impresionó más que Zidane, Ronaldo o Beckham?
―Más que Beckham, seguro. Mucho más. Zidane y Ronaldo eran caso aparte. Zidane era muy majo conmigo. Siempre hablábamos en los partidos y nos cambiamos la camiseta. ¡Y cómo jugaba! Era casi imposible quitarle el balón.
―¿Y Ronaldo?
―De los mejores delanteros que he visto en mi vida. Su forma de conducir, frenar, arrancar, driblar y definir eran impresionantes. Le llamaban ‘El Fenómeno’ con razón.
―¿El Madrid de ahora es mejor que el de los Galácticos?
―Los números lo dicen. El Madrid de los últimos años es uno de los mejores equipos de la historia. Lo que están haciendo en Champions es irrepetible.
―¿Es cierto que presenció una bronca de Fernando Hierro a Capello?
―Sí. Me quedé de piedra. Capello no paraba de gritar desde la banda y hubo un momento en el que Fernando se hartó y empezó a chillarle él. Le decía, con algún taco incluido, que se callase y que ya estaba bien de dar voces. Fue tan impactante que Capello se calló. Yo miré a Hierro y dije: “Este es un capitán de verdad, con un par”.
―El Bernabéu ha cambiado mucho…
―Es impresionante lo que ha hecho Florentino Pérez. ¡Qué maravilla! Debería venir gente de todos los países a verlo. Por algo el Real Madrid es el mejor club del mundo. Es un espectáculo.
―¿Empatiza mucho con Vinicius por el problema racista?
―Por todo. Me encanta cómo se ha superado a sí mismo. Se mofaban de él al llegar porque no definía bien y ahora es de los mejores jugadores del mundo. Esa capacidad de superación es muy elogiable.
―¿Es cierto que usted no fichó por el Athletic por el color de su piel?
―Eso deduje por una conversación que tuve con Luis Fernández cuando entrenó al Betis. Él estuvo en el Athletic cuando surgió el interés y me dijo que el fichaje no se concretó porque no encajaba dentro de la política del club. Lo entendí perfectamente y no pregunté más.
―Se retira Kroos. ¿Todos en pie?
―Absolutamente todos. No solo en el Bernabéu sino en España y en el mundo. Su forma de interpretar el fútbol es inigualable. Sabe lo que hay que hacer en cada momento. Es pura elegancia y sabiduría. Por eso dijo Ancelotti que Kroos habla poco pero, cuando lo hace, hay que escucharle.
―En el Betis no estará el lesionado Isco... ¿Le ha sorprendido su rendimiento?
―Sí, porque ha sido deslumbrante. Pellegrini le ha dado una confianza enorme y él ha sabido plasmarla en el campo. Pudo hacer una buena pretemporada y eso ha sido esencial. El Betis juega diferente cuando no está Isco porque si está en el campo es el líder y todo pasa por sus botas.
―¿Habría sido una injusticia que no hubiera ido a la Eurocopa?
―Una gran injusticia. Merecía estar. El fútbol es caprichoso y una patada que no parecía muy alevosa de Saúl Coco en el partido contra Las Palmas le ha dejado sin ella gran oportunidad que se había ganado a pulso. Es una gran tristeza.
―De los compañeros que tuvo en el Betis. ¿Quién fue el más talentoso?
―Jugué con muchos muy buenos como Denilson y Finidi, pero me quedo con Joaquín, un extremo puro, muy fino jugando y un artista regateando y desbordando. Tampoco me puedo olvidar de Alfonso Pérez Muñoz. Lo veía entrenar y alucinaba con él. Remontó algunos partidos él solo. Era un futbolista de los de verdad. Sus movimientos eran poesía.
―Si fuese director deportivo... ¿A quién ficharía hoy?
―Si tuviese un presupuesto ilimitado no ficharía ni a Haaland ni a Mbappé, sino a Rodrigo. Tal vez no sea tan espectacular como otros, pero es un escándalo cómo mueve al City y la importancia que tiene en el juego.
―¿Guarda un buen recuerdo de Lopera?
―Muy bueno. Ha sido una gran pena su pérdida. Tenía sus cosas buenas y malas, como todo el mundo, pero llevó al equipo a Champions, ganó una Copa del Rey y nos reímos mucho con él. Era muy especial. A mí me pagó un año sin jugar nada. En mi última temporada no me hicieron ficha, tuve una lesión y no pude irme a otro club. Él se portó de lujo y me pagó.
―¿Les cobraba por meter el coche en el parking del estadio?
―Él decía que teníamos que pagar porque eso era para los socios, pero al final negociamos con él, se ablandó y nos dejó un hueco.
―Tuvo entrenadores como Clemente o Luis Fernández ¿quién tenía más carácter?
―Como carácter y persona seria ninguno como Serra Ferrer. De los mejores que he tenido han sido Juande Ramos y Víctor Fernández, amantes del buen fútbol y muy justos con todos.
―Háblenos de su lado solidario…
―Cada año organizo una cena benéfica cuyos fondos van destinados a un orfanato de Malabo. Esta vez he vendido 200 entradas a 100 euros cada una y tengo 57 patrocinadores. Además, muchos jugadores de Primera y Segunda me mandan camisetas para hacer una subasta. Este año hemos conseguido 17.000 euros, que irán destinados a hacer la vida más fácil a los niños de ese orfanato. También colaboro con la Fundación del Betis en Guinea Ecuatorial y he formado un equipito allí. Hace poco he enviado 350 pares de botas. Ayudo en todo lo que puedo.
―¿Su peor momento en un campo fue en un Guinea-Ruanda?
―Lo pasé tan mal que casi no lo cuento. Hacía un calor insoportable, tuve muchos actos los días previos, salía de una lesión y tuve que hacer de utillero para repartir la ropa a los compañeros antes del partido. Apenas pude dormir la siesta. En el partido, con 36 °C de temperatura, se juntó todo y caí desplomado. Perdí en conocimiento y me venían a la cabeza imágenes de mi infancia. Me llevaron a las duchas y no me entraba aire por ningún lado. Ardía de calor y en algún momento pensé que aquello era el final.