El tiempo se le agota a João Félix
El portugués, inmerso en una imparable cuenta atrás que termina dentro de 12 días con su regreso al Atlético.
Tic-tac, tic-tac. La manija el reloj parece acelerarse cada vez que João Félix lo mira. Ya han pasado ocho días desde que Portugal fue eliminada en la Eurocopa de Alemania por Francia. Ocho días desde que esa pelota que salió de su bota en la tanda se estrelló contra el palo y comenzaron sus vacaciones. Y el come come de cabeza entre duras críticas en su país al mirar el calendario. Ese viernes comenzaba una cuenta atrás de 21 días con un final claro: su regreso al Atlético con la relación más rota y desgastada que nunca. El reloj ha seguido corriendo, los días han caído del calendario para acumularse a sus pies como hojas de otoño. El tiempo cada vez es menor. Doce días le quedan a João para resolver su futuro... antes de que, en efecto, no le quede otro remedio de volver al Cholo.
Y si hace un año su vuelta a Los Ángeles de San Rafael tras una fallida cesión en el Chelsea acaparó todos los focos del inicio de la pretemporada del Atlético, éste la Eurocopa le ha ahorrado al portugués ese trago. Segovia no lo tiene que pisar. Pero está llamado a incorporarse justo después, el 26 de julio, si no resuelve su futuro antes y ahí radica el problema. El futbolista no se ha revalorizado ni en el Barcelona, que le quiere pero el Atlético no contempla otra cesión y la economía azulgrana no puede acometer en estos momentos un fichaje, ni en la Eurocopa, sin apenas presencia para Roberto Martínez y con el peor final posible, el de ese penalti fallado, clave para la eliminación de Portugal.
“João tiene que regresar al Atleti”
“João tiene que regresar al Atleti”, insisten desde el club desde hace meses. Regresar porque tiene contrato hasta 2029 y no termina de cuajar en ningún lugar, aunque su cesión la temporada pasada en el Barcelona tuviera altos y no solo bajos como la del Chelsea el año anterior (jugó 2.702minutos, con 13 goles en 108 tiros y 204 regates, con los pases verticales como su lunar, solo un rating de 6 puntos de media). El jugador que en el verano de 2019 le costó 127 millones, el fichaje más caro de la historia rojiblanca, ahora tiene un valor de mercado de 30 millones para Transfermarkt y de 45,4 para BeSoccer. Medios ingleses han publicado en las últimas semanas un posible interés de Arteta y el Arsenal pero nada tangible o firme, como cuando durante el Mundial de Qatar, antes de su primera salida del Atlético, se decía que había clubes interesados en pagar más de cien millones por su fichaje pero cuando llegó el momento de llevar las ofertas al papel los interesados ya no lo eran tanto, al menos ya no ahí estaban, mucho menos por esa cantidad.
Tic-tac, tic-tac. El reloj sigue corriendo. Y cada vez la relación entre jugador y Atleti parece más difícil. Por la suma de sus gestos y declaraciones, como cuando en julio pasado le declaró al periodista Fabrizio Romano, especialista en mercado, en una entrevista. “Me encantaría jugar en el Barça, siempre ha sido mi sueño”, aseguró. Y todo se terminó de romper. Lo hacía después de dos semanas en las que Los Ángeles de San Rafael ejemplificaron que la relación entre Simeone y el futbolista estaba completamente rota, sin redención posible, llena de gestos esa semana de frialdad y aspereza entre ellos. En el último año en Barcelona sus gestos y declaraciones han seguido la misma línea por lo que si una vez el Metropolitano llegó a pitar a Simeone por quitar a João ante el Oporto en la Champions y se dividió entre los que apoyaban a uno y apoyaban al otro, ahora es unánime: la pitada que en el Atlético-Granada de la 1ª jornada de Liga de la temporada pasada la grada le dedicó fue altísima y sin fisuras. El tic-tac, tic-tac que corre le lleva a ese revival. Cada día más, uno menos. Quedan doce.
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