Aprobados y suspensos del Real Madrid contra el Almería: más milagros que defensa
Dos errores de Nacho y un primer tiempo para olvidar casi cuestan dos puntos al equipo blanco... hasta que apareció Carvajal sobre la bocina. Kepa no pone pesas en su propia balanza en el debate.
Eran 42 puntos los que separaban a Real Madrid y Almería y no lo pareció sobre el campo. Un error de Nacho en la salida puso el partido cuesta arriba y otro despeje defectuoso del capitán lo convirtió en el Angliru. Maximiano fue un espectador más en un primer tiempo para olvidar de los de Ancelotti. La ‘carlettina’ surtió efecto, porque Bellingham, desde el punto de penalti, Vinicius, con el hombro, y Carvajal, con el traje de los milagros, voltearon un encuentro que parecía un imposible. Sobre la bocina, en un duelo con altas dosis de VAR y polémica, el leganense mató al Almería. Novena remontada de la temporada de un Real Madrid al que le sobra ADN, aunque hoy su retaguardia no tuvo defensa.
Kepa: el debate eterno, avivado a los 38 segundos. Fue Nacho el que permitió la ocasión con una pérdida y Ramazani se plantó sin escolta frente al vasco, pero la reacción de Kepa no fue la mejor. En el segundo gol, golazo, sólo pudo volar para ver cómo el voleón de Edgar atravesaba su escuadra. Tampoco tuvo culpa en el mano a mano con Arribas, anulado a instancias del VAR. No obstante, todos los tiros a puerta del Almería acabaron en la red. Una hoja estadística que no despeja dudas.
Carvajal: en la serie de catastróficas desdichas derivada en el tanto indálico, Carvajal no reaccionó a tiempo. El leganense, rumbo al ataque, no llegó a tiempo y dejó el carril libre para que Ramazani definiera cómodamente. El belga, rapidísimo, fue un dolor de cabeza para el lateral blanco cuando le encaró a campo abierto. No tuvo la incidencia en ataque que acostumbra esta temporada... hasta que obró el milagro sobre la mismísima bocina con 3-2.
Rüdiger: no fue el muro de Berlín, aunque sí el más atinado de la zaga. En el segundo gol cortó en primera instancia la jugada y en el primero poco pudo hacer. En los duelos contra Milovanovic ganó casi siempre la partida y trató de aportar algo de control a la desconexión inicial de un Madrid que firmó un primer tiempo para olvidar. Solo ante el peligro en el contragolpe de Ramazani, el VAR evitó que hubiera que buscar culpables en la jugada.
Nacho (46′): comenzó Nacho brindando la Supercopa de España, la primera ocasión en la que podía hacerlo como capitán blanco. Instantes después, salió en otro tipo de foto... Un fallo grosero en la salida de balón brotó en un contragolpe exprés del Almería. Arribas para Robertone, este en profundidad para Ramazani y bofetada del colista antes de cumplirse un minuto de partido. Y al abrigo del descanso, otro revés. Aunque el golpeo de Edgar fue de matrícula de honor, Nacho despejó de manera defectuosa, buscando mayor continuidad que contundencia. Significativo el cambio en el descanso. En esta ocasión, Nacho no cumplió.
Mendy (46′): el lateral titular, titularísimo, de Carlo Ancelotti. No hay dudas. Pero en partidos como el del Almería se echa en falta mayor presencia en ataque aunque no sea su fuerte. Por algo en el descanso fue sustituido por Fran García. En los cara a cara tampoco estuvo tan expeditivo como acostumbra, ganando solamente uno de los cuatros duelos que afrontó. Encuentro mejorable de Ferland.
Valverde (70′): más adelantado al aparecer Tchouameni como cinco, fue creciendo con el paso de los minutos. Con el Real Madrid dormitando, Valverde activó a los suyos con un par de conducciones rompelíneas y un chut lejano que se estrelló con el muro índálico. La reestructuración del descanso le devolvió a ese doble pivote junto a Kroos que tanto rédito está dando a Ancelotti, aunque Ceballos le sustituyó cuando más loco estaba el duelo y más podía favorecer la zancada del Halcón.
Tchouameni: venía Aurélien con cal y con arena en los bolsillos. De uno de sus mejores partidos de blanco (final de la Supercopa ante el Barça) a uno donde afloró un rendimiento errático (octavos de Copa frente al Atleti). Y contra el Almería mostró de inicio su versión timorata. Tras el fallo de Nacho tuvo la ocasión de poner la venda antes de que apareciera la herida, pero encimó a Robertone en lugar de buscar el cortocircuito en el pase. En el resto del encuentro se mostró solvente en el juego aéreo, aunque sin real incidencia en fútbol ofensivo. Ancelotti le colocó como central tras el descanso y, con el Madrid volcado en busca del empate, no consiguió cortar la contra almeriense que terminó en el tanto anulado de Arribas. Más sólido en la retaguardia que en la sala de máquinas.
Kroos (82′): Mucho más cómodo en la segunda parte que en la primera, acompañado de Valverde que ligeramente por delante de Tchouameni. Sea como fuere, el Real Madrid no entiende sin el alemán sobre el terreno de juego. En el desplazamiento en largo no tuvo el tino habitual en los primeros 45 minutos, pero superó ampliamente el 90% de acierto en el pase y se arremangó cuando tuvo que recuperar balones.
Bellingham: con Vinicius y Joselu en el campo, el que se colocó frente a la pena máxima fue Jude. El inglés no perdonó. Seguro y al centro. Seis partidos después, Bellingham veía puerta. Su gol número 18. No había realizado su mejor encuentro en el primer tiempo, algo que notó el equipo. Aunque no paró de ofrecerse y mostrarse. Líder en las duras y también las maduras. Marcó un golazo sensacional, pero fue anulado por fuera de juego de Fran. Mientras que se guardó el chispazo final con una asistencia de cabeza que terminó en el 3-2 de Carvajal. Una versión terrenal de Jude es mucho.
Rodrygo (46′): no se escondió, nunca lo hace. Rodrygo intentó desequilibrar y combinar, pero no encontró la receta del éxito en esta ocasión. Primera parte con más intención que eficacia del de Osasco, como de todo el frente de ataque blanco. Buscó el disparo, sin suerte, en los primeros 15 minutos y vio el segundo tiempo desde el banquillo ante la entrada de Brahim en su lugar.
Vinicius: llegaba al Bernabéu tras un derbi complicado en el Metropolitano y desde el pitido inicial buscó recuperar su mejor cara. Dejó atrás a Pubill en un par de ocasiones en la primera parte y sus centros no encontraron rematador. En la segunda parte fue él quien apareció en territorio hostil. Con el hombro, tras una eterna consulta en el VAR, su décimo tanto de la temporada, el del empate, subió al marcador. Un gol salvador de un Vinicius que tuvo más colmillo que desborde.
También jugaron
Fran García (46′): el resultado lo pedía, mayor vuelo en los laterales, y Ancelotti no dudó. Fran García completó un segundo tiempo donde apenas tuvo trabajo en campo propio y en el contrario mejoró de manera palpable las prestaciones de Mendy. Mucha presencia a la que le faltó mayor colmillo a la hora de percutir de manera definitiva.
Brahim (46′): mensaje importante desde el banquillo. Brahim saltó al verde tras el descanso, cuando retumbaban las alarmas en el vestuario blanco. El malagueño estuvo muy activo y regaló alguna conducción marca de la casa. No obstante, no logró resquebrajar a la zaga como ha hecho en otras ocasiones. Eso sí, su entusiasmo y energía fue irrebatible.
Joselu (46′): es un perfil único y Ancelotti lo sabe. El ingreso al campo se notó. Con una defensa superpoblada enfrente, tener a un ariete como Joselu facilita el fútbol de ataque. No mojó, a pesar de rozarlo en un par de testarazos demasiado centrados, pero sí generó mucho peligro con su poderío aéreo.
Ceballos (70′): el utrerano tuvo una buena oportunidad en los minutos finales con un chut que buscó el palo corto. Lo más positivo para Ceballos, que su técnico mirase en su dirección cuando en el banquillo también estaba Luka Modric.
Camavinga (82′): a ojos de Ancelotti está perdiendo la batalla con su compatriota y amigo Tchouameni. Sin apenas tiempo para marcar diferencias, su fútbol vibrante pedía haber aparecido antes.
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