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Ancelotti: el Tintoretto del liderazgo neomoderno

El liderazgo de Carlo Ancelotti no debe encorsetarse dentro del postulado de la épica heroica de los westerns de John Ford, en el sentido de aquel que aparenta ser un hombre tranquilo ante situaciones de vida o muerte.

El liderazgo de Carlo Ancelotti no debe encorsetarse dentro del postulado de la épica heroica de los westerns de John Ford, en el sentido de aquel que aparenta ser un hombre tranquilo ante situaciones de vida o muerte. Su reconocido quiet leadership va más allá. Su emblema (símbolo de su legado) tendría que acoger el espacio tridimensional que maneja un hermenéutico de las dinámicas del cambio frente al miedo. Sin lugar a duda, Ancelotti es un astuto gestor del miedo a perder y del irrefrenable deseo de ganar. Su modo de ser entrenador coincide con el proceso del pintor veneciano del Renacimiento al que más admiro, el maestro Jacopo Tintoretto (1518-1594). Ambos comparten la misma ambigüedad y precisión a la hora de conjugar el éxtasis con la angustia, los dos polos de la condición humana. El hilo que les une no es simple ni lineal, sino que es un ovillo de afinidades que se van entrecruzando, complementándose unas veces y anulándose otras, para crear una bella trama mítica que al final del cuento nos aproxima a lo que he calificado como liderazgo neomoderno.

Familiarizarse con la dificultad. Todo mérito es un esfuerzo

“La luz entra por las grietas” poetizaba Leonard Cohen para expresar como de los errores, las contradicciones y los miedos siempre van a desprenderse oportunidades de crecimiento con las que llegar a comprender mejor el funcionamiento de las cosas. Lo mismo sucede con el enigma de la vida, con la complejidad psicológica de las personas para que cooperen sin dobleces y, claro está, con discernir la esencia del fútbol.

Las diferencias existenciales vienen marcadas por la voluntad y el temperamento. Ambos son rasgos determinantes del liderazgo con el que cada cual se mueve por el mundo. De manera que podríamos generalizar entre una clase de individuos audaces e inconformistas, que se atreven a tomar como vía de aprendizaje los aludidos recovecos, tan grises y cortantes que brillan únicamente cuando sobrevienen las adversidades, y la de aquellos que se afanan tanto en salvar lo que tienen que terminan en la paralización absoluta, inhibiendo sus impulsos y aferrándose a lo primero que tienen a mano cuando la tormenta arrecia.

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Para reconocer a una u otra tipología en la realidad cotidiana nos bastaría con observar, por ejemplo, si, cuando a uno las cosas se le ponen mal, el pensamiento le dirige a que ceda al estímulo de que la depresión puede ser el final o la respuesta al problema, como si tras caer en ella, por el simple hecho de reconocer que se está bajo sus efectos, se fuera a abrir la jaula que le aprisiona. Pero nunca sucede porque tal cosa no es ni suficiente ni real. Por contra, cuando una persona adquiere como principio existencial que la negación de la depresión es lo que impulsa a cualquier sujeto a desviarse del catastrofismo para, acto seguido, habituarse a la condición que es propia del optimista, se estaría preparado para tomar conciencia de que a la mente humana no hay nada que le guste más que mantenerse llena de fantasías, sin importar que nublen el buen juicio y, por extensión, que lo usual consista en que la calma, como técnica para influir y tener impacto en el entorno, sea despreciada por decreto, asemejándola a un jarabe agrio y funcionalmente obsoleto a pesar de haber demostrado que siempre cura los efectos destructivos provocados por la precipitación y la arrogancia. En efecto, poseer la conciencia de quién es cada uno, de lo que te hace vulnerable y falible, es la mayor certeza a la que se puede aspirar.

Carlo, el entrenador, no fue el hijo de un tintorero de telas de Venecia, como fue el caso de Jacopo, sino de un agricultor de Reggiolo, cerca de Parma, llamado Giuseppe. Sin embargo, el azar les emparenta por el núcleo de sus afinidades. El pintor de los puntos de vista contorsionados y de los ejes zigzagueantes, hubiera tenido una hoja de ruta clara y sencilla para su vida de no ser por su obsesión por dibujar como Miguel Ángel. De no tener esa inquietud vital, una de las que no se pueden fabricar en ningún tubo de ensayo ni delinear por los sistemas avanzados de inteligencia artificial, se hubiera circunscrito a heredar la destreza de micer Battista, su padre, a la hora de teñir con pericia todo tipo de tejidos con colores importados de Oriente por la flota de la República, pero su destino le deparaba una empresa colosal, la que él deseaba en sus sueños diurnos y por la que lucharía toda su vida con tanta fuerza como capacidad para alimentarse de los rechazos que suelen recibir aquellos valientes que empiezan en una profesión elitista sin tener ni padrinos ni la estela de un saga familiar que te abra las puertas. Por ello, Tintoretto tuvo que ganarse el pan clandestinamente, copiando y vendiendo falsificaciones de obras de Pordenone, Salviati, Veronese y Tiziano, el gigante de su época. Luego, lograría entrar como aprendiz en el taller de este último, pero no por mucho tiempo porque su deseo de superarle era algo insoportable para el Conde (como apodaron sus contempéranos a Tiziano), puesto que este jamás aceptó ni que una hoja le hiciera sombra. Así que Jacopo aprendió observando a cierta distancia de los grandes maestros, con la disciplina y el brío que aporta el deseo plebeyo del que necesita destacar y hacerse alabar, pero desde la humildad del que sabe que nada sería si los que le precedieron no hubieran estado ahí para inspirarle, amándolo y odiándolo a partes iguales.

Carlo Ancelotti nació en Reggiolo el 10 de junio de 1959. Se inició en las categorías juveniles del equipo de su ciudad natal antes de ingresar en el Parma. Sería en 1976, cuando con 17 años recién cumplidos hiciera su debut en el primer equipo parmesano. Allí, Cesare Maldini, observando sus cualidades, le ubicaría como mediapunta. Se convertiría en la estrella del Parma y en su pieza más codiciada. Marcaría un gol decisivo para que el equipo parmesano ascendiera de categoría...
Sería tres años más tarde, en 1979, cuando Ancelotti dio el segundo salto profesional de su carrera. Fichó por el Roma. Allí estaría hasta jugó junto a futbolistas como Falcao, Pruzzo, Conti o Di Bartolomei. Tuvo como entrenador a Nils Liedholm, que a la postre sería uno de sus grandes mentores junto a Arrigo Sacchi. Tras el entrenador sueco, llegó un compatriota de éste, un joven llamado Sven-Goran Eriksson, que por entonces era técnico innovador y moderno.
En 1987, y tras previa petición de Arrigo Sacchi a Silvio Berlusconi, presidente del club rossonero, Ancelotti recala en el AC Milan. Se convierte en la mano derecha del entrenador en el terreno de juego, así como su mejor intérprete y el perfecto intermediario entre entrenador y equipo. Formaría parte de uno de los mejores equipos de la historia del fútbol italiano y mundial, convirtiéndose en imprescindible en el centro del campo jugando junto a Donadoni, Gullit y Rijkaard, y alcanzando el mejor nivel futbolístico de su carrera.
De izquierda a derecha, Daniele Massaro, Franco Baresi, Carlo Ancelotti y Stefano Carobbi celebran la victoria con el trofeo después de ganar el partido de la Copa Intercontinental de 1989 entre el AC Milan y el Atletico Nacional en el Stadio Nazionale, el 17 de diciembre de 1989 en Tokio, Japón. Los italianos se impusieron en el último minuto de la prórroga gracias a un gol de Alberigo Evani.
Carlo Ancelotti se convirtió en bicampeón de Europa al ganar con el Milan la Copa de Europa ante el Steaua de Bucarest en el Nou Camp de Barcelona. La exhibición del conjunto italiano fue espectacular, desde el principio hasta el final, rematada por goles de Gullit (dos) y Van Basten (los otros dos). En la imagen, el actual entrenador italiano levanta 'La Orejona'.
Carlo Ancelotti también vistió la camiseta de la selección italiana. Con la Squadra Azzurra fue internacional 26 veces, entre 1981 y 1991. Debutó con gol ante Holanda, y participó en la Eurocopa de 1988 (en la imagen ante los alemanes Lothar Matthaus y Thomas Berthold) y el Mundial de Italia.
Tras retirarse en 1992 debido a las numerosas lesiones que sufría, se convirtió en ayudante de Arrigo Sacchi en la selección italiana, con la que iría en el cuerpo técnico al Mundial de EE UU-1994. Posteriormente debutaría como primer entrenador en el año 1995 con el AC Reggiana, logrando su ascenso a la Serie A.
En 1996 se convirtió en entrenador del Parma , el club que lo había lanzado como futbolista. Queriendo practicar solo el 4-4-2 de Sacchi montó una campaña de fichajes en base a su forma de juego: se deshizo de jugadores como Stoitchkov o Asprilla y fichó jugadores que se complementaban en sus labores.
En febrero de 1999, Ancelotti reemplazó a Marcello Lippi al frente de la Juventus. Allí estaría hasta 2001, pero su mala relación con la afición juventina debido a que había sido jugador de dos de los mayores rivales de los juventinos (Roma y Milan), hizo que en noviembre de 2001 fuese cesado de sus funciones.
Carlo Ancelotti fue nombrado entrenador del Milan en 2001. Allí estaría hasta 2009. Con el club rossonero, donde había jugado en las décadas de los 80 y 90 alcanzaría sus mejores registros al ganar la Copa de Europa en las ediciones de 2003 (precisamente a la Juventus en la tanda de penaltis) y en 2007 al Liverpool (2-1). Además de ganar un Scudetto, una Coppa y una Supercoppa.
Carlo Ancelotti, el vicepresidente del Milan Adriano Galliani, y el capitán Paolo Maldini muestran la Champions tras llegar al aeropuerto de Malpensa, en Milán, el 24 de mayo de 2007 después de ganar el título de la Liga de Campeones contra el Liverpool en una final disputada en Atenas. De esa manera, el equipo rossonero se sacaba la espina de 2005, cuando el equipo inglés le igualó un resultado de 3-0 para imponerse finalmente en los penaltis. Para Ancelotti era su cuatro trofeo, trs los dos ganados como jugador y otras dos como entrenador...
El 1 de junio de 2009 el Chelsea formalizó la contratación de Carlo Ancelotti como nuevo entrenador del equipo 'blue'. El nuevo técnico del Chelsea no sería presentado hasta el 6 de julio de 2009 (en la imagen posa con una camiseta del club durante la rueda de prensa en Stamford Bridge en Londres ese día). Apenas un mes después ganaría su primer título, la Community Shield ante el Manchester United en la tanda de penaltis...
El 9 de mayo de 2010, ganó su primera Premier League, gracias a una contundente victoria por 8-0 ante el Wigan en Stamford Bridge. Además, el Chelsea también estableció el récord de goles de la temporada en la Premier League (103) y el propio Ancelotti, tras convertirse en el primer entrenador italiano en ganar el campeonato inglés, es el segundo extranjero en ganar la primera temporada en Inglaterra, después del portugués José Mourinho... Pero en mayo de 2011 tras haber quedado eliminado en la Champions y segundo en la Premier fue despedido...
El 30 de diciembre de 2011, el Paris Saint-Germain comunica su fichaje como nuevo técnico parisino. Desde su cese como entrenador del Chelsea había sido comentarista de los partidos de Champions para Sky Italia. En París estuvo hasta 2013, ganando una Liga, pero perdiendo otra cuando marchaba líder a manos del Montpellier. Tampoco ganaría la Champions ni la Copa...
Pese a sus resultados, Carlo Ancelotti recibió el trofeo de mejor entrenador de L1 durante el programa de televisión "Canal Football Club" el 19 de mayo de 2013 en París, como parte de la 21ª edición de la ceremonia de entrega de trofeos de la UNFP...
El Real Madrid hizo oficial el 25 de junio de 2013, el fichaje de Ancelotti como nuevo técnico del primer equipo. Sustituía a José Mourinho, que había dirigido a los blancos las tres temporadas anteriores. Era el segundo entrenador italiano que se hacía cargo del banquillo blanco tras Fabio Capello, al que tuvo como entrenador en el Milan...
En su primer año (que acumula dos campañas: la 2013-14 y la 2014-15) logró cuatro títulos, siendo el mejor año de la historia del Club en números. Una Copa del Rey ante el Barcelona; la ansiada Décima Copa de Europa contra el Atlético de Madrid; la Supercopa de Europa frente al Sevilla y el Mundial de Club logrado en Marruecos...
La no conquista de la LIga y el caer eliminado en semifinales en la Champions a cargo de la Juventus, hizo que la directiva madridista no le renovase el contrato. Tras cinco meses sin trabajo, el 20 de diciembre de 2015, el Bayern de Múnich lo anunció como su nuevo entrenador para las futuras tres temporadas, sustituyendo a Pep Guardiola a partir de junio de 2016... Con el equipo bávaro ganaría una Liga y dos Supercopas.
El 23 de mayo de 2018 se hizo oficial como nuevo técnico del Napoli en sustitución de Maurizio Sarri. Regresaba así al Calcio, algo que no hacía desde su salida del Milan. Habían transcurrido nueve años. Pero en las filas del cuadro partenopeo las cosas no salieron tan bien cómo esperaba. Entre las tensiones del presidente Di Laurentiis, la afición, los jugadores... acabó saliendo en diciembre de 2019.
El 21 de diciembre de 2019, el Everton comunicó que había llegado a un acuerdo con Ancelotti para ocupar su banquillo durante los próximos cuatro años y medio. Con el cuadro 'toffee' llegó a ser líder de la Premier, incluso se impuso en el 'Derbi del Merseyside' en Anfield después de una espera de 20 años, pero...
Carlo Ancelotti se puso en contacto con el equipo blanco para solicitar refuerzos para el Everton. Durante la conversación se interesó por quién iba a ser el entrenador del Madrid, y se ofreció para volver. De esa manera, se desvinculó el 1 de junio de 2021 del Everton para fichar por segunda vez con el Real Madrid para las tres próximas temporadas, hasta 2024.
El 28 de mayo de 2022, se convierte en el primer técnico de la historia en ganar cuatro veces la Liga de Campeones de Europa: dos con el Milan y otras dos con el club blanco. Además, con la entidad de Chamartín suma una nueva Liga: la primera con el Madrid y se convierte también en el primer entrenador en ganar un campeonato de las cinco grandes Ligas: España, Inglaterra, Francia, Alemania e Italia. También suma una Supercopa de España.

Ancelotti, obra y milagros

El Parma, principio de todo

Carlo Ancelotti nació en Reggiolo el 10 de junio de 1959. Se inició en las categorías juveniles del equipo de su ciudad natal antes de ingresar en el Parma. Sería en 1976, cuando con 17 años recién cumplidos hiciera su debut en el primer equipo parmesano. Allí, Cesare Maldini, observando sus cualidades, le ubicaría como mediapunta. Se convertiría en la estrella del Parma y en su pieza más codiciada. Marcaría un gol decisivo para que el equipo parmesano ascendiera de categoría...

Con Liedholm, su primer mentor

Sería tres años más tarde, en 1979, cuando Ancelotti dio el segundo salto profesional de su carrera. Fichó por el Roma. Allí estaría hasta jugó junto a futbolistas como Falcao, Pruzzo, Conti o Di Bartolomei. Tuvo como entrenador a Nils Liedholm, que a la postre sería uno de sus grandes mentores junto a Arrigo Sacchi. Tras el entrenador sueco, llegó un compatriota de éste, un joven llamado Sven-Goran Eriksson, que por entonces era técnico innovador y moderno.

Foto:DIARIO ASDIARIO AS

Aterriza en el Milan

En 1987, y tras previa petición de Arrigo Sacchi a Silvio Berlusconi, presidente del club rossonero, Ancelotti recala en el AC Milan. Se convierte en la mano derecha del entrenador en el terreno de juego, así como su mejor intérprete y el perfecto intermediario entre entrenador y equipo. Formaría parte de uno de los mejores equipos de la historia del fútbol italiano y mundial, convirtiéndose en imprescindible en el centro del campo jugando junto a Donadoni, Gullit y Rijkaard, y alcanzando el mejor nivel futbolístico de su carrera.

Campeón intercontinental

De izquierda a derecha, Daniele Massaro, Franco Baresi, Carlo Ancelotti y Stefano Carobbi celebran la victoria con el trofeo después de ganar el partido de la Copa Intercontinental de 1989 entre el AC Milan y el Atletico Nacional en el Stadio Nazionale, el 17 de diciembre de 1989 en Tokio, Japón. Los italianos se impusieron en el último minuto de la prórroga gracias a un gol de Alberigo Evani.

Foto:Alessandro SabattiniGetty Images

Bicampeón europeo

Carlo Ancelotti se convirtió en bicampeón de Europa al ganar con el Milan la Copa de Europa ante el Steaua de Bucarest en el Nou Camp de Barcelona. La exhibición del conjunto italiano fue espectacular, desde el principio hasta el final, rematada por goles de Gullit (dos) y Van Basten (los otros dos). En la imagen, el actual entrenador italiano levanta 'La Orejona'.

Foto:Bob ThomasDiario AS

Con la Squadra Azzurra

Carlo Ancelotti también vistió la camiseta de la selección italiana. Con la Squadra Azzurra fue internacional 26 veces, entre 1981 y 1991. Debutó con gol ante Holanda, y participó en la Eurocopa de 1988 (en la imagen ante los alemanes Lothar Matthaus y Thomas Berthold) y el Mundial de Italia.

Foto:Peter RobinsonGetty Images

Debut como entrenador

Tras retirarse en 1992 debido a las numerosas lesiones que sufría, se convirtió en ayudante de Arrigo Sacchi en la selección italiana, con la que iría en el cuerpo técnico al Mundial de EE UU-1994. Posteriormente debutaría como primer entrenador en el año 1995 con el AC Reggiana, logrando su ascenso a la Serie A.

En el banquillo del Parma...

En 1996 se convirtió en entrenador del Parma , el club que lo había lanzado como futbolista. Queriendo practicar solo el 4-4-2 de Sacchi montó una campaña de fichajes en base a su forma de juego: se deshizo de jugadores como Stoitchkov o Asprilla y fichó jugadores que se complementaban en sus labores.

Su mala etapa en la Juventus

En febrero de 1999, Ancelotti reemplazó a Marcello Lippi al frente de la Juventus. Allí estaría hasta 2001, pero su mala relación con la afición juventina debido a que había sido jugador de dos de los mayores rivales de los juventinos (Roma y Milan), hizo que en noviembre de 2001 fuese cesado de sus funciones.

Foto:CLAUDIO PAPIREUTERS

Milan, sus primeros éxitos

Carlo Ancelotti fue nombrado entrenador del Milan en 2001. Allí estaría hasta 2009. Con el club rossonero, donde había jugado en las décadas de los 80 y 90 alcanzaría sus mejores registros al ganar la Copa de Europa en las ediciones de 2003 (precisamente a la Juventus en la tanda de penaltis) y en 2007 al Liverpool (2-1). Además de ganar un Scudetto, una Coppa y una Supercoppa.

Foto:PATRICK HERTZOGAFP

Segunda Champions desde el banquillo

Carlo Ancelotti, el vicepresidente del Milan Adriano Galliani, y el capitán Paolo Maldini muestran la Champions tras llegar al aeropuerto de Malpensa, en Milán, el 24 de mayo de 2007 después de ganar el título de la Liga de Campeones contra el Liverpool en una final disputada en Atenas. De esa manera, el equipo rossonero se sacaba la espina de 2005, cuando el equipo inglés le igualó un resultado de 3-0 para imponerse finalmente en los penaltis. Para Ancelotti era su cuatro trofeo, trs los dos ganados como jugador y otras dos como entrenador...

Foto:ALESSANDRO GAROFALOREUTERS

Su etapa en el Chelsea

El 1 de junio de 2009 el Chelsea formalizó la contratación de Carlo Ancelotti como nuevo entrenador del equipo 'blue'. El nuevo técnico del Chelsea no sería presentado hasta el 6 de julio de 2009 (en la imagen posa con una camiseta del club durante la rueda de prensa en Stamford Bridge en Londres ese día). Apenas un mes después ganaría su primer título, la Community Shield ante el Manchester United en la tanda de penaltis...

Foto:STEFAN WERMUTHREUTERS

Una Premier en el palmarés

El 9 de mayo de 2010, ganó su primera Premier League, gracias a una contundente victoria por 8-0 ante el Wigan en Stamford Bridge. Además, el Chelsea también estableció el récord de goles de la temporada en la Premier League (103) y el propio Ancelotti, tras convertirse en el primer entrenador italiano en ganar el campeonato inglés, es el segundo extranjero en ganar la primera temporada en Inglaterra, después del portugués José Mourinho... Pero en mayo de 2011 tras haber quedado eliminado en la Champions y segundo en la Premier fue despedido...

Foto:EDDIE KEOGHREUTERS

Experiencia en el PSG

El 30 de diciembre de 2011, el Paris Saint-Germain comunica su fichaje como nuevo técnico parisino. Desde su cese como entrenador del Chelsea había sido comentarista de los partidos de Champions para Sky Italia. En París estuvo hasta 2013, ganando una Liga, pero perdiendo otra cuando marchaba líder a manos del Montpellier. Tampoco ganaría la Champions ni la Copa...

Foto:FADI AL-ASSAADREUTERS

Valorado en Francia

Pese a sus resultados, Carlo Ancelotti recibió el trofeo de mejor entrenador de L1 durante el programa de televisión "Canal Football Club" el 19 de mayo de 2013 en París, como parte de la 21ª edición de la ceremonia de entrega de trofeos de la UNFP...

Foto:FRANCK FIFEAFP

Llegada al Madrid

El Real Madrid hizo oficial el 25 de junio de 2013, el fichaje de Ancelotti como nuevo técnico del primer equipo. Sustituía a José Mourinho, que había dirigido a los blancos las tres temporadas anteriores. Era el segundo entrenador italiano que se hacía cargo del banquillo blanco tras Fabio Capello, al que tuvo como entrenador en el Milan...

Foto:JESUS AGUILERADIARIO AS

En su primer año (que acumula dos campañas: la 2013-14 y la 2014-15) logró cuatro títulos, siendo el mejor año de la historia del Club en números. Una Copa del Rey ante el Barcelona; la ansiada Décima Copa de Europa contra el Atlético de Madrid; la Supercopa de Europa frente al Sevilla y el Mundial de Club logrado en Marruecos...

Foto:JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

Viaje a Alemania

La no conquista de la LIga y el caer eliminado en semifinales en la Champions a cargo de la Juventus, hizo que la directiva madridista no le renovase el contrato. Tras cinco meses sin trabajo, el 20 de diciembre de 2015, el Bayern de Múnich lo anunció como su nuevo entrenador para las futuras tres temporadas, sustituyendo a Pep Guardiola a partir de junio de 2016... Con el equipo bávaro ganaría una Liga y dos Supercopas.

Foto:MICHAELA REHLEREUTERS

Escaso tiempo en el Nápoles

El 23 de mayo de 2018 se hizo oficial como nuevo técnico del Napoli en sustitución de Maurizio Sarri. Regresaba así al Calcio, algo que no hacía desde su salida del Milan. Habían transcurrido nueve años. Pero en las filas del cuadro partenopeo las cosas no salieron tan bien cómo esperaba. Entre las tensiones del presidente Di Laurentiis, la afición, los jugadores... acabó saliendo en diciembre de 2019.

Foto:CIRO DE LUCAREUTERS

Estancia en Liverpool

El 21 de diciembre de 2019, el Everton comunicó que había llegado a un acuerdo con Ancelotti para ocupar su banquillo durante los próximos cuatro años y medio. Con el cuadro 'toffee' llegó a ser líder de la Premier, incluso se impuso en el 'Derbi del Merseyside' en Anfield después de una espera de 20 años, pero...

Foto:MATTHEW CHILDSReuters

Una llamada clave

Carlo Ancelotti se puso en contacto con el equipo blanco para solicitar refuerzos para el Everton. Durante la conversación se interesó por quién iba a ser el entrenador del Madrid, y se ofreció para volver. De esa manera, se desvinculó el 1 de junio de 2021 del Everton para fichar por segunda vez con el Real Madrid para las tres próximas temporadas, hasta 2024.

Foto:HELIOS DE LA RUBIAREAL MADRID

Triplete con el Madrid

El 28 de mayo de 2022, se convierte en el primer técnico de la historia en ganar cuatro veces la Liga de Campeones de Europa: dos con el Milan y otras dos con el club blanco. Además, con la entidad de Chamartín suma una nueva Liga: la primera con el Madrid y se convierte también en el primer entrenador en ganar un campeonato de las cinco grandes Ligas: España, Inglaterra, Francia, Alemania e Italia. También suma una Supercopa de España.

Foto:LEE SMITHREUTERS
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Por su lado, el pragmático y elegante centrocampista en el que se convirtió Ancelotti jugando primero en el Parma y en el Milán después, logró que definitivamente quedase culminado el sueño de su estirpe, la del populusque: un chico del campo que llega a ser un campeón de Europa, primero como jugador y más tarde como líder de vestuarios, tomando como referentes a Arrigo Sacchi, Fabio Capello y Marcello Lippi, pero nunca para mimetizarse con ellos, sino que los vivió y estudió para superarlos a su manera. Así, la hoja de ruta de Carlo también se convirtió en un río desbocado que iba alcanzando cimas que aumentaban de altitud sin que nadie hubiera profetizado a lo que estaba predestinado. Sucedió con Tintoretto que no logró la dignitas que le corresponde a un creador universal hasta que cumplió los 57 años, cuando La Scuola Grande de San Rocco le contrató para que pintara cada palmo de pared y techo de sus majestuosas estancias. Más tarde, con 65, le vendría el encargo de Felipe II para dejar una versión de La Natividad en El Escorial, y al fin, con 70 años, le llegó el encargo definitivo con El Paraíso, que quedaría como testigo de la eternidad en la Sala Mayor del Consejo del Palacio Ducal de Venecia, una pintura colosal en dimensiones y energía libidinal. No ha sido muy distinto el devenir de Ancelotti, con 65 años, treinta de ellos como entrenador y cinco Champions ganadas, pues no ha sido hasta su trayectoria en esta última década y bajo la bandera del Real Madrid que se le está otorgando el reconocimiento que merece como uno de los mejores entrenadores de la historia.

Carlo también se refleja en Jacopo en lo que se refiere a que nunca ha perdido de vista sus raíces. Humildad deriva del latín humilitas, que a su vez deriva de humus, tierra. Como el teólogo Anselm Grün señala, la humildad no es otra cosa que mantenerse fiel a la condición terrenal de la que uno procede o, dicho con otras palabras, estar siempre con los pies en el suelo. De su origen campesino podemos elucidar que la familia Ancelotti creció al sol de la sabiduría popular del que trabaja la tierra y crea con precisión matemática los surcos para proteger las semillas y que estas den frutos a su debido tiempo. No es casualidad que el significado literal de quien vive dominado por delirios de grandeza sea el que camina “fuera del surco terrestre” (de-lirare: salir del surco al labrar la tierra).

Carlo Ancelotti acrecienta su leyenda en el Real Madrid.
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Ancelotti se convirtió en la pasada Supercopa de Europa en el segundo entrenador con más partidos dirigidos en el Real Madrid.Infografía AS

Los rasgos de la humilitas y de la calma (que procede de caumus: lo que está quemando; así surge el ascetismo del que mantiene la calma a pesar de la incomodidad, del riesgo y de tener que soportar una presión sofocante) representan las raíces que tiene Carlo para entender el trabajo en el mundo y la forma con la que hay que enfrentarse al miedo. Tintoretto no fue calmado. Al contrario, su temperamento impaciente lo utilizó como arma para intimidar a sus enemigos, quizá porque era de pequeña estatura incluso para su época. Por ello, tuvo que imitar un semblante duro y arisco, pero que mudaba en la intimidad familiar, donde fue tan generoso como desapegado de conductas avariciosas. Su anhelo no fue la fama ni el dinero, sino el de reducir la imperfección de su arte y templar su insatisfacción crónica por la que deseó la mejora continua de sus habilidades hasta sus últimos días.

La gestión del talento como espacio tridimensional de las pasiones

Por todos es sabido que Venecia surgió del miedo. El milagro de esta ciudad surgió de la desesperación, pero también del ingenio de un pueblo que no se resignó a ser aniquilado por las hordas de bárbaros que asolaban los valles de Italia y saqueaban Roma. El mar que entra en sus lagunas les protegió, y gracias a la adversidad se materializó una hazaña sin paragón de la civilitas europea que todavía hoy nos desconcierta y embelesa. La huella de la Venecia republicana nos teletransporta a una idea abstracta que solo puede cobrar vida a través de una gestión singular del espacio y de los ecosistemas para generar una ventaja social para los que viven dentro de ellos: la vigilancia y la libertad. Ser vigilante es mantenerse despierto para que nadie te embauque con cantos de sirena, es mantenerse fiel a uno mismo porque sabes quién eres, y es en ese instante cuando te sientes libre para recibir la alegría de vivir.

Para Ancelotti, su alegría sería la de estar donde verdaderamente quiere estar: mejorando su arte todo el tiempo que le sea posible. El talento, tal y como lo explica en sus libros, no es un factor “X”, sino un encadenamiento de actitudes y habilidades, de emociones irracionales y actos responsables que se equilibran entre sí. Cuando un jugador joven llega al vestuario de Carlo, su primera pregunta se centra en algo tan simple como “¿tú quién eres?”. El futbolista promedio casi siempre responde exponiendo sus características técnicas, sus estadísticas y su conocimiento táctico del juego. Entonces, con la curiosidad de un niño, Ancelotti le repregunta lo mismo, porque lo que le interesa descubrir es el “todo” del ser humano que tiene plantado ante él, es decir, la superficie y lo profundo. Como sucede en las organizaciones modernas, no es suficiente con gestionar las competencias técnicas. La clave es formar una cultura que sea la responsable de sincronizar lo pequeño con lo grande, la partícula del individuo atomizado con el comportamiento colectivo de todos los que forman los equipos. La meta es crear espacios coherentes de interacción para que cristalicen todos los impulsos y las pasiones en la dirección adecuada.

Ancelotti: el Tintoretto del liderazgo neomoderno

En la técnica de Tintoretto, su método para lograr el éxito y destacar entre los numerosos y talentosos competidores que se disputaban el aprecio de la aristocracia veneciana y de los reyes y emperadores, fue la de sintetizar un renovado decorum (hallar la manera de comunicar la tradición de un modo radicalmente diferente para así abandonar lo rancio, el exceso falsamente dramático, el aburrimiento de la repetición para, finalmente, conectarse con la realidad social y política del pueblo) y armonizarlo con la mediocritas (la moderación, para no caer en una revolución estilística inteligible para la mayoría). En esa zona gris, típicamente manierista, Jacopo fue el mayor genio de su época. Ancelotti es otro genio a la hora de ir transaccionando el legado con la innovación, avivando el sacrificio en aras del colectivo, pero sin despreciar las altas capacidades de los jugadores que están tocados por la varita mágica de los elegidos. Un juego de espacios vitales para hacer convivir lo compartido con lo singular de cada talento individual. Pintor y entrenador comparten la inteligencia estratégica del que sabe cómo negociar a múltiples bandas con un talante tan afable y diplomático como astuto, dotados ambos para fusionar la vanguardia aspiracional de las élites intelectuales y comerciales de sus campos de acción respectivos, con el gusto fresco y dinámico de las masas: un equilibrio entre la eficacia y la belleza.

El liderazgo neomoderno de Carlo como modelo ético

Ancelotti: el Tintoretto del liderazgo neomoderno

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#56 | La Liga de Benzema, Carletto y Vallejo

La competencia de Carlo y Jacopo para moverse con agilidad entre la angustia y el éxtasis no pasa desapercibida. En esta dinámica es donde su proceso de trabajo se demuestra como un hito inimitable. Estudios en neurología y psiquiatría han demostrado como el cerebro humano es capaz de pivotar desde el pánico al placer, o desde la maravilla al horror, en un instante, funcionando como un mecanismo de supervivencia con el que aminorar la tensión psíquica. La clave para desencadenarlo estaría localizada en el funcionamiento de las creencias. La angustia es una expectativa negativa que nos sugiere que lo perderemos todo, que seremos heridos, despreciados, abandonados, traicionados, despedidos u olvidados, o que nuestro corazón se detendrá, o que no podremos articular palabra en el momento culmen. Es una expectativa que el cerebro recrea en nuestra imaginación como si se tratara de una certeza, cuando en realidad no solo no ha sucedido, sino que no hay una ley infalible que dicte que tenga que ser de ese modo trágico. Pero creemos a ciegas en nuestros miedos como si fueran rocosas montañas que nos bloquean el paso. En el extremo contrario, el éxtasis se concibe como una sensación física que hace que una persona se sienta fuera de sí misma, transportada fuera del cuerpo, como flotando tras un orgasmo sublime. Se podría afirmar que es la verdadera radicalidad del amor porque su percepción colinda con la sensación de que te mueres pues sientes que el alma se te sale del pecho. Como vemos, son emociones extremas que responden a creencias pensadas como auténticas, claras e irrefutables, aunque cambien. Es sabido que Tintoretto se pasaba noches enteras pintando sus lienzos en la penumbra, con apenas unas pocas velas de acompañamiento, hasta que las apagaba, y en plena oscuridad o con los ojos cerrados, le daba igual, continuaba automáticamente, plasmando con lucidez lo que ardía en su mente. En esas ocasiones, su Yo se había salido del cuerpo. Carlo trabaja de otro modo, pero también juega con la fascinación de las emociones contrapuestas. La creencia en la gloria de la remontada, en las hazañas y la victoria extrema que calan en el recuerdo, son verdades dentro del ecosistema del Real Madrid. Su entrenador lo sabe bien y las hace valer. Conoce que la estructura psicológica de las creencias tiene una doble raíz. La primera proviene de admitir como verdad lo que no se puede ver ni comprender pero que puede transmutarse en algo tangible por la única razón de que se siente, tal y como ocurre con la fe. La segunda raíz tiene que ver con que las creencias son el motor del deseo, aunque el deseo sea proclive a la ambigüedad. Así, demasiado sufrimiento puede llevar al éxtasis, y en dirección contraria, una gran felicidad puede transformase en una pesada carga que agobia y colapsa el ánimo. La motivación de los equipos campeones tiene que combinarse alquímicamente para que la felicidad no sea triste (lo que sucede cuando sobreviene el cansancio de haberlo logrado todo) y para que el dolor no lleve al miedo, la huida o a la depresión en vez de conducir al hambre de superación.

Sostengo que el liderazgo que aplica Ancelotti es neomoderno porque no es un estilo complicado ni denso sino útil y flexible, no es dogmático ni autoritario, sino que siembra el apego con todos los que le rodean. No lidera una revolución cultural pero nunca se apoltrona en la zona de confort. Se trata de un estilo camaleónico que unas veces emerge a través de valores como la sobriedad, la funcionalidad y la efectividad, pero que en otras ocasiones abraza la multiculturalidad y su trazo se vuelve rebelde y nervioso, de modo que, tras su apariencia de inmutabilidad, su espíritu se abre al cambio, al debate y a la innovación. El estilo de Carlo es una búsqueda por una identidad que no sea dogmática por el poder que ostenta, sino que encuentre la justa medida. Por consiguiente, se configura como un líder que practica con el ejemplo la objetividad, la audacia y el sentido de la responsabilidad en el modo de gestionar personas y variados grupos de interés. Con este trio de virtudes acierta en el centro de la diana, pues son una garantía de mantenerse en la senda de la integridad: un compromiso existencial para dejar de empeñarse en ser lo que uno no es. Ancelotti sabría contestar a la pregunta de ¿qué es más ventajoso: ser o parecer? Tintoretto quizá le hubiera respondido que sentirse cómodo con las manos sucias cuando estás trabajando y soñar con lo que recuerdas son todo lo que un artista necesita para crear. ¿Qué más se puede pedir? Gracias al maestro y al entrenador.

Alberto González Pascual es profesor asociado de la URJC, ESADE y la Escuela de Organización Industrial. Es director de cultura, desarrollo y gestión del talento en PRISA MEDIA.

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