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BARCELONA

Plaga de lesiones

El técnico rotó para evitar lesiones pero en una semana han caído siete jugadores. Ante el Celta, Xavi confía en el regreso de De Jong y reza para que Koundé llegue para el Clásico.

Barcelona's Spanish coach Xavi Hernandez looks on prior to the UEFA Champions League Group C football match between Inter Milan and FC Barcelona on October 4, 2022 at the Giuseppe-Meazza (San Siro) stadium in Milan. (Photo by Marco BERTORELLO / AFP) (Photo by MARCO BERTORELLO/AFP via Getty Images)
Barcelona's Spanish coach Xavi Hernandez looks on prior to the UEFA Champions League Group C football match between Inter Milan and FC Barcelona on October 4, 2022 at the Giuseppe-Meazza (San Siro) stadium in Milan. (Photo by Marco BERTORELLO / AFP) (Photo by MARCO BERTORELLO/AFP via Getty Images)MARCO BERTORELLOGetty

Cuando hace casi un año Xavi se hizo cargo del banquillo de la primera plantilla del FC Barcelona, una de sus principales obsesiones fue la de atajar la hemorragia de lesiones que sufría el primer equipo del Barça. Tras cambiar por completo los servicios médicos del equipo, incluidos preparadores físicos, fisioterapeutas y recuperadores, la situación parecía bajo control, hasta que en una semana el técnico blaugrana ha visto como perdía hasta siete jugadores entre partidos de selecciones, entrenamientos o el último encuentro disputado. Así, hasta siete bajas en apenas una semana en un momento delicado de la temporada. El calendario apura y sin ir más lejos, la próxima semana el Barça se juega buena parte seguir vivo en la Champions League en el partido del miércoles contra el Inter para visitar a continuación al Real Madrid.

De las siete bajas que han sacudido el ecosistema del Barcelona, Xavi sólo tiene perspectiva recuperar a un jugador: Frenkie de Jong, que se lesionó en el primer partido de la selección de los Países Bajos y ayer ya se ejercitó junto al resto de sus compañeros y apunta a estar listo para enfrentarse al Celta de Vigo después de sufrir una elongación en el semitendinoso de la pierna izquierda.

Esa primera jornada de la Nations League de disputada a caballo entre la sema pasada y la anterior fue nefasta para el plan que había dibujado Xavi Hernández y dio al traste con el trabajo de prevención que desde su llegada, con excepción de la recaída de Pedri, tan bien había funcionado.

El mismo día que caía De Jong, también cayeron Koundé y Araújo. Al primero se le espera para el Clásico en el Bernabéu porque finalmente su lesión no fue tan grave como era de suponer y está trabajando a destajo con un recuperador para solventar un pequeña rotura fiblilar en el bíceps femoral del muslo izquierdo.

Peor suerte corrió Ronald Araújo, quien ha tenido que pasar por el quirofano del doctor Lasse Lampainen en Finlandia, todo un clásico ya de los últimos tiempos en el equipo barcelonista.

Un avulsión del tendón del aductor largo del muslo derecho deja al central uruguayo en peligro de perderse el Mundial y en todo caso no se le espera con el Barcelona hasta el próximo año.

Un caso similar, pero no tan grave, afectó a Memphis Depay, que si bien no parece que vaya a perderse el Mundial, sí que tiene muy complicado volver a jugar de blaugrana antes de la cita en Qatar. Tiene la misma lesión que Koundé (bíceps femoral del muslo izquierdo) pero más profunda, por lo que su parte de baja es para, como poco, un mes.

Todos ellos se lesionaron con sus selecciones, con lo que la teoría de que las cosas en el Barcelona habían cambiado y que la previsión de las lesiones era la correcta se mantenía, pero esa sensación se fue a tierra con la lesión de Bellerín, que notó molestias en un entrenamiento casi en familia en la Ciutat Esportiva y estará de tres a cuatro semanas de baja.

Finalmente, llegó el partido ante el Inter donde cayeron por diversos motivos Christensen y Kessie. El central danés tiene un esguince de grado dos en el tobillo izquierdo tras la entrada de un jugador rival, mientras que el centrocampista de Costa de Marfil acabó el partido con una elongación en el aductor del muslo derecho a pesar de que entró en juego en el minuto 80 del encuentro.

Puede ser mala fortuna o también que esa revolución que pretendía hacer Xavi en los servicios médicos no era tan sencilla como se pensaba.