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40 ANIVERSARIO DE LA COPA DE LA LIGA DEL REAL VALLADOLID

Pepe Moré: “Miro la foto con la Copa y me alegra la vida”

Se cumplen 40 años de aquella mítica final de la Copa de la Liga y de la icónica imagen del capitán levantándola en Zorrilla.

Pepe Moré
José Luis Rojí

Esta historia nos devuelve 40 años atrás, al 30 de junio de 1984. Tras una trayectoria llena de remontadas ante equipos como el Zaragoza, Betis o Sevilla, el Real Valladolid se plantaba en la final de la Copa de la Liga, una competición que sólo han ganado el Real Madrid, el Barcelona y el Real Valladolid.

Esa noche Zorrilla estaba lleno hasta la bandera para ver si los de Fernando Redondo lograban el título en el partido de vuelta tras empatar en el Calderón 0-0 ante el Atlético y dejar todo para el partido a orillas del Pisuerga. El choque llegó 0-0 al minuto 90 y hubo que jugar la prorroga, y fue en el tiempo extra donde el conjunto local se desató y le endosó un 3-0 a los ‘colchoneros’ con tantos de Votava (propia puerta), Fortes y Minguela. Este es el único título nacional que tiene el conjunto castellano que también tiene tres Títulos de Liga en Segunda División, el último en 2007 de la mano de Mendilibar, algo que en los siguientes cuatro ascensos no ha sido posible.

Esa final tiene una imagen absolutamente reconocible por los aficionados y en ella Pepe Moré levanta la Copa con la grada de Zorrilla a sus espaldas. Moré charlaba con As con motivo de este aniversario que contempla desde sus 71 años.

¿Cómo se encuentra?

Bien, tranquilo, en la jubilación, sin los agobios que tenía cuando dirigía al equipo, porque de jugador no tienes esa presión; estoy contento y tranquilo.

¿No lo echa de menos?

Sí, sinceramente por mí no hubiera dejado el fútbol así como así, pero como entrenador es más difícil encontrar equipo y llega un momento que no me interesaba ir de un lado para otro, llega un momento que la familia también es importante.

Usted entrenó a Real Valladolid, Tenerife, Castellón...

Sí, en Castellón estuve dos años y medio y quedé muy contento de mi paso por allí. En Castellón lo pasé muy bien.

Entonces, habrá sido un buen año para usted ya que han subido dos de sus equipos, el Pucela y el Castellón...

Sí, sí, los he seguido de cerca. El Castellón tiene muy buen equipo y un entrenador Holandés, Dick Schreuder, que propone un fútbol muy ofensivo; han sido líderes prácticamente todo el torneo, jugando bien y con la afición que les ha respondido. Están en una zona que es complicada ya que en seis kilómetros tienen al Villarreal que absorbe mucho, aunque los del Castellón son muy de su equipo.

Y además subió el Real Valladolid...

Por supuesto. Este año hubo momentos al principio que me costaba, no lo veía bien, no veía claras algunas posiciones, pero al cabo de siete u ocho jornadas la plantilla se completó, se equilibró y empezaron a ganar. Ha sido inestable, pero el final de campeonato ha sido muy bueno. Es verdad que llegar bien colocado a los últimos 10 partidos en Segunda y hacerlo bien en ese tramo, te da muchas opciones de éxito y esta vez salió así. Recuerdo que en la 1979-80 en Liga durante el campeonato íbamos por la mitad de tabla, pero los 10 últimos partidos lo ganamos todo y a falta de dos jornadas, ascendimos. Por cierto, fue un ascenso tristón, que apenas se celebró, nos fuimos a casa como si no hubiera pasado nada y ¡estábamos en Primera! Nos enteramos en la ducha y ya no se organizó nada. Cada uno a su casa contento, pero nada más, nada que ver con las celebraciones de ahora que hay un ambiente festivo que me hubiera gustado entonces.

Han pasado 40 años de aquel título, ¡cómo pasa el tiempo!

Yo pienso, ¡40 años! si el que ahora tiene 50 años seguramente a mí no me vio jugar, pero tenemos que recordarles que nosotros conseguimos algo muy importante que, por cierto, ¡tampoco se festejó! Yo cuando veo las celebraciones del ascenso de hace unas semanas pienso ‘yo esto no lo he vivido’ y también nos hubiera gustado que nos dieran una palmadita en la espalda... así que en el momento no lo disfrutamos.

Pero el tiempo ha puesto las cosas en su sitio y ahora sí sienten el orgullo de lo que lograron, ¿no?

Con el tiempo nos hemos ido dando cuenta que ese logro no se ha vuelto a realizar y cada año, cuando llega el 30 de junio, te das cuenta y recuerdas las jugadas, los goles, lo que hicimos antes en la concentración en el Hotel Meliá Parque... estábamos relajados porque no es lo mismo jugar para evitar un descenso, que es dramático, que jugar para ganar un título por importante que sea, los nervios no son los mismos. No es lo mismo jugarse la vida deportiva que subir en el escalafón. Lo que conseguimos aquel día, no se ha vuelto a conseguir en el Valladolid, por tanto esa foto que tengo yo en casa y que sale siempre en estas fechas es icónica y cuando la veo... me alegra, si un día estoy un poco bajo miro la foto y digo ‘mira, ahí estaba con el trofeo que nos permitió jugar por primera vez en Europa’. Es un momento para revivir los goles, las imágenes...

Salió de la cantera del Barcelona pero destacó en el Real Valladolid donde ganó la Copa de la Liga.
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Salió de la cantera del Barcelona pero destacó en el Real Valladolid donde ganó la Copa de la Liga.

Es curioso que sólo se use esa fotografía con usted levantando la copa, ¿no le parece?

Yo sólo tengo esta, en blanco y negro y también en color. Recuerdo que me hicieron colocar de espaldas a la tribuna principal que estaba repleta, y en la foto se ve mucha gente cerca de mí... un ministro, Sáez de Santamaría, el presidente del Sporting, Fernando Redondo, Gonzalo Alonso y algunos conocidos más, pero el fondo, estaba todo lleno y eso es lo importante de esa foto.

Es evidente que año tras año nos acordamos de aquel día con nostalgia y hace poco en la Gala del Deporte de la Cadena SER logramos juntar a muchos de los componentes de aquel equipo, Moré, Gail, Jorge, Jesús Ángel López, Pedro Duque, Minguela, Fernando Redondo el entrenador, Ramón Martínez el director deportivo, Santiago Llorente, Aramayo, el hijo del presidente Gonzalo Alonso... ¿Cómo fue ese momento rodeado de tantos compañeros con los que compartió ese título?

Es muy difícil juntar a tantos. Algunos están en otras ciudades, tienen sus vidas e incluso los que vivimos en Valladolid sabemos que estamos aquí, pero no nos vemos tan a menudo como nos gustaría a todos. Estos aniversarios es la forma de reunirnos y ver como ha pasado el tiempo.

¿Se siente parte de la historia del Real Valladolid?

Yo estuve seis años en el viejo Zorrilla y seis en el nuevo, 12 años como blanquivioleta más los que estuve de entrenador. Era una época en la que existía el derecho de retención y los jugadores pasaban mucho tiempo en los equipos a no ser que viniera otro equipo pagando una buena cantidad. Era normal ver en los equipos jugadores que estaban siete, ocho o más años, ahora eso no pasa con la libre circulación. Yo vine del filial del Barcelona y firmé por un año pensando en hacer un buen año y terminé firmando por ‘vallisoletano’ y aquí sigo.

Aquella temporada 1983-84 coquetearon con el descenso...

Hubo un momento tenso, pero a falta de 10 jornadas García Traid fue sustituido por Fernando Redondo y aunque estábamos pasando un momento difícil, pero sin estar en descenso, lo resolvimos bien.

¡Menudo contraste pasar de esa situación en la que no sobraba nada para evitar el descenso a ganar un título tras unas eliminatorias en las que toco casi siempre remontar ante grandes equipos!

Tuvimos rivales muy buenos, el Zaragoza, Betis, Sevilla y Atlético de Madrid, todos de Primera División en eliminatorias de ida y vuelta. Nosotros íbamos embalados sin la presión que habíamos tenido en el campeonato de Liga de la que hablábamos antes. En aquel momento más que nuestra profesión era un ‘hobby’ jugar esta Copa de la Liga y estas eliminatorias. Íbamos pasando y nos íbamos alimentando de que podíamos llegar a la final. El partido de ida en el Calderón ante el Atlético empatamos 0-0. Tenían que venir a Zorrilla y recuerdo perfectamente que nosotros teníamos la sensación de que les íbamos a ganar en nuestro estadio con nuestro público que lo llenó hasta arriba, algo que no ocurría nunca ya que lo normal eran unos 12.000 espectadores. Estábamos eufóricos y quizás el Atlético pensó que nos iba a ganar fácil y se encontró con un equipo que estaba con una moral tremenda.

Un Atlético que con Luis Aragonés no era precisamente flojo, basta con recordar quienes jugaron aquella final en las filas colchoneras: Carlos Santiago Pereira, Miroslav Votava, Miguel Ángel Ruiz, Juan Carlos Arteche, Tomás Reñones, Julio Prieto, Roberto Simón Marina, Jesús Landáburu, Ricardo Ortega Mínguez, Hugo Sánchez y Juan José Rubio...

Con decir que el delantero centro era Hugo Sánchez... no era cualquier equipo. Entonces no se le dio tanta importancia, ha sido después cuando hemos visto que nadie conseguía algo parecido cuando tomamos conciencia de lo que significa. Fue una copa que tuvo cinco ediciones y que en las otras cuatro las ganaron Barcelona y Real Madrid y que la pensaron para que si uno de estos dos no ganaba ese año algún título pues tuviera una opción más y se encontraron con que en el 1984 fue el Real Valladolid, fuimos nosotros los que nos la quedamos. Al final la quitaron para no sobrecargar precisamente el calendario de estos equipos grandes. Quizás para el Barcelona o el Madrid no era importante, pero para nosotros sí lo fue.

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Volviendo al recuerdo reciente de la Gala de la SER, el cariño que les mostró la gente fue tremendo, algo que seguirán notando en el día a día imagino...

Los que jugamos aquel partido lo recordamos con una ilusión tremenda y me atrevería que ahora mismo también con emoción de ver lo que conseguimos y el orgullo que tenemos. Por una parte, ojalá que pronto gane el Valladolid otro título, pero mientras tanto seguiremos disfrutando nosotros de este logro que nadie más ha hecho.

¿Usted cree que volveremos a ver al equipo en Europa o jugando otra final de Copa del Rey?

Lo que hay que conseguir por encima de todo es que el equipo siga en Primera y esto es así, lo primordial. El Valladolid podrá tener jugadores buenos, pero no los puede retener si vienen equipos más potentes, por lo que crecer es complicado y tener un equipo de cierta entidad como para estar tranquilo y mirar cada años más arriba. Por lo tanto, que el equipo se mantenga y deje de usar el ascensor, porque estos años ha salido bien, pero tenemos ejemplos, el Sporting o el Zaragoza, que te quedas en Segunda años y después sin las ayudas al descenso se vuelve muy complicado regresar a Primera. No hay que dejar escapar lo que acaban de conseguir.

Eche la vista atrás, ¿volvería a ser jugador?

Lo tengo muy claro, si vuelvo a nacer quiero ser futbolista y volver a vivir lo que que viví de jugador. Se me fue el fútbol de jugador a los 35 años, pero yo quería seguir jugando mucho más, hasta los 38 o 39 por lo menos, pero una jugada tonta en una disputa de balón en un partido precisamente en el campo del Atlético de Madrid con Rubén Bilbao me lesioné la rodilla y eso precipitó el final de mi carrera.

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