“Nuestra historia ha emocionado a mucha gente”
Los Williams presentan en Bilbao la película sobre los sacrificios de sus padres y su escalada hasta el estrellato en medio de una enorme expectación.
La figura de los hermanos Williams, Iñaki y Nico, trasciende las cuatro líneas de un terreno de juego. Se adentra por dos continentes, África y Europa. Sus padres huyeron de Ghana en busca de un futuro próspero y, tras mil vicisitudes, llegaron a Bilbao. Ahí arranca el milagro de dos chicos que en la actualidad son estrellas del Athletic y del fútbol mundial. Y eso es lo que repasa, de forma concienzuda, la película Los Williams, presentada en el Festival de Cine de San Sebastián la semana pasada y esta tarde en la Sala BBK de Bilbao, en medio de una enorme expectación como si fueran verdaderas estrellas de Hollywood. Un relato deportivo y personal conmovedor durante su casi hora y media de metraje. No faltó casi nadie, empezando por la directiva, cuerpo técnico y jugadores, excepto los porteros Agirrezabala, tocado por un golpe el domingo ante el Celta, y Padilla.
Acudió el alcalde Juan Mari Aburto, y el jinete Muñoz Escassi, un habitual de la prensa rosa que puso la Gran Vía bilbaína patas arriba. El Bilbao Basket estuvo bien representado por su presidenta, Isabel Iturbe, y el consejero Carlos del Campo, así como el canterano Elvis Ude, un verdadero influencer. Igualmente había rostros célebres como el actor Zorion Eguileor, mundialmente conocido por su papel en el El hoyo; los pelotaris Urrutikoetxea y Aretxabaleta; el piloto Joseba Iraola, que compite en el Campeonato de Europa de Rallies; la extriatleta Virginia Berasategi; y remeros de Lekittarra. En el patio de butacas se acomodaron Xabier Sagredo, presidente de BBK; y las productoras y guionistas Amaia Remírez, Rosaura Romero y Marias Recarte, además de parte del equipo técnico y un nutrido grupo de amigos y familiares.
La cinta, un conmovedor alegato en favor de los emigrantes con dos beltzas (negros) vascos, arrancó aplausos y más de una lágrima. Esa es la finalidad, “traspasar fronteras y cambiar mentalidades”. La madre de los protagonistas, María Arthuer, es uno de los ejes sobre los que gira la historia, que abarca el Mundial de Qatar y la travesía por la Copa del año pasado, que finalizó en semifinales contra Osasuna en un partido que nunca olvidará Nico por un par de fallos en acciones claras de gol.
Este retrato en primera persona de Iñaki y Nico abarca tres continentes y la etapa más crucial de su vida, con un acceso único y exclusivo a ellos y todo su entorno. “Fueron dos años de trabajo. En el primero en Qatar notamos que la película pedía más, teníamos la intuición de que en la siguiente Copa iba a pasar algo y decidimos prolongar la producción”, resalta el director, Raúl de la Fuente, ganador de tres premios Goya por sus documentales Minerita (2013), Un día más con vida (2018) y Maldita (2021). Y acertaron porque ese añadido recogió la Copa ganada por el Athletic, la fiesta posterior de la gabarra y la Eurocopa que se apuntó Nico con España el pasado mes de julio.
“Iñaki y Nico son personas tan bonitas por fuera como por dentro. Había gente que lo sabía, y ahora habrá más”, agrega el principal responsable de este trabajo, quien siempre trata de tener cercanía con los protagonistas, “es una marca de mi cine”, pero adentrarse en el deporte rey te lleva a otra dimensión. “Al principio no es fácil, he rodado en cárceles y minas, pero en el mundo del fútbol no es tan sencillo, había una barrera mediática entre mi cámara y ellos”. Otro pilar de la vida de ambos y del documental es George Williams, su abuelo, un venerable anciano de 90 años que fallece durante el rodaje del mismo. Los niños pescadores del lago ghanés de Volta y el agente Tainta tienen su papel destacado igualmente.
“Es una película ambiciosa, honesta y muy entretenida”, resalta la guionista Marias Recarte. “Cuando empezamos, sus vidas estaban a punto de cambiar. y estábamos ahí para ser testigos de lo que pasaba”. Nico confesó que trata de llegar a la primera jornada de la Europa League en Roma el jueves tras la contusión en el tobillo izquierdo que sufrió en Leganés. “No lo sé, sigo trabajando para ello, para intentar llegar al máximo rendimiento al partido. Se tendrá que ver hasta al jueves si llegaré o no”. El 10 rememora sus raíces en Pamplona, sus pachangas con los colegas.
“La película transmite mucho sentimiento, trabajo y humildad, le ha llegado a mucha gente y esa era la intención. Al verla en la concentración con nuestras selecciones empezamos a llorar los dos. Ver cómo atraviesan el desierto nuestros padres te conmueve... si no llegan a tener esa valentía, estaríamos como esos chavales que están en la peli sin un futuro claro. Es una imagen de ilusión y sacrificio”, añade el menor de los Williams. El rodaje se desarrolló durante tres semanas por tres continentes: Europa (en España, por Bilbao, Pamplona, Madrid y Sevilla; y Alemania, en Berlín), África (Ghana y Angola) y Asia (Qatar).
La figura de Iñaki queda reflejada ejerciendo de ese padre ausente durante mucho tiempo porque éste, Félix, tuvo que marcharse a Londres en busca de trabajo. Mientras, su madre caminaba largos kilómetros todos los días para ganar dinero como limpiadora en el aeropuerto pamplonica de Noáin. “Somos dos hermanos que se quieren y se odian de vez en cuando, que están cumpliendo un sueño y disfrutan el día a día como dos niños”. Y dan por bueno el resultado: “Nuestra historia ha emocionado a mucha gente. Ojalá ayude a que el mundo vaya un poquito mejor”.
Los protagonistas se enfrentan a los conflictos que han marcado sus vidas: identidad, ambición, frustración y desarraigo, mientras se reencuentran con el pasado y proyectan su futuro. María sufrió mucho ante tanta miseria y cuando no tenían para pagar el agua y la luz, Iñaki se rompía por dentro. “Mamá no llores, que me voy a hacer futbolista”, le lanzó. Su acogida en Bilbao por el padre Iñaki Mardones, que incluso prestó nombre al primer hijo de María, también cuenta con un episodio en la cinta. Además, se lanza un mensaje de ‘no’ al racismo, dando altavoz a los episodios que tuvieron que vivir Iñaki en Cornellà y Nico en el Metropolitano. “Queremos que se vea que la gente que viene de fuera no viene a hacer ningún mal, sino a buscarse el pan, a trabajar y a lograr un futuro mejor, la película es un claro ejemplo de ello y espero que llegue a mucha gente”, constata el menor de la saga. Y su hermano asiente: “Ese es el legado que queremos que quede del documental. En el País Vasco ya se conocía nuestra historia, pero creo que puede llegar más lejos y, sobre todo, que la gente empatice y ayude sin recibir nada a cambio, que es lo que hemos tenido la familia Williams de mucha gente que nos ha ayudado sin recibir nada a cambio”.
Y el director, De la Fuente, remata: “Esta es una historia de una saga familiar, el objetivo es tender puentes entre Euskadi y Ghana, Europa y África, para crear referentes, como son Nina Simone, Martin Luther King o Muhammad Ali. Me apetecía crear una leyenda en torno a otros dos. Eran como dos espadas que atravesaban la defensa rival, esculturales, veía una gran belleza en esto, resaltaban en el césped por su color, la potencia, el vigor... y luego está la relación de hermanos. Lo hacemos para compartir con el resto del mundo. Lo importante es que la historia viaje y los Williams sean conocidos en todo el mundo”.
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