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BARCELONA

La maldición de los sustitutos

Desde que Puyol y Valdés abandonarán el Barça en 2014, ninguno de los recambios fichados para sustituir a los pilares del Barça de Guardiola ha triunfado.

Arthur llega para sustituir a Iniesta

Sustituir a un jugador del Barça nunca es sencillo, pero si además reemplazas a una leyenda la tarea se complica más. No cualquiera es apto para jugar en Can Barça. La presión que supone jugar en el conjunto blaugrana se ha llevado por delante a innumerables jugadores de gran talento, y eso es exactamente lo que les pasó a los sustitutos de las principales bases de aquel gran Barça de Guardiola.

Desde que Puyol y Valdés abandonaran el Barça en 2014, ninguno de los recambios fichados para sustituir a los pilares del Barça de Guardiola ha triunfado, es más, ninguno de ellos ha superado las tres temporadas en el Can Barça. El primer tótem en bajar del barco fue Víctor Valdés. Con una oferta millonaria del Mónaco sobre la mesa, que posteriormente se cayó, decidió que su ciclo como meta culé había finalizado. Para suplirle llegó Claudio Bravo de la Real Sociedad por 12 millones de euros. El chileno duró apenas dos temporadas, y aunque estas fueron completamente exitosas y sus prestaciones fueron notables, se marchó al Manchester City en busca de una titularidad asegurada que en el Camp Nou le disputaba Ter Stegen. El alemán llegó, también, en 2014 para suplir a un Pinto que colgaba los guantes, aunque con vistas a largo plazo. Quien también colgó las botas esa misma campaña fue Puyol, lastrado por las lesiones. El eterno capitán dejó un hueco enorme y se recurrió a Mathieu (del Valencia por 20 millones) y a Thomas Vermaelen (del Arsenal por 19 millones). El exvalencianista duró tres temporadas en la ciudad condal, y aunque anotó goles importantes, nunca logró hacer olvidar a ‘Puyi’. Por su parte, Vermaelen, estuvo dos temporadas en las que no participó casi nada debido a las lesiones.

La tercera salida traumática es la del actual técnico barcelonista, Xavi. El de Terrassa se marchó a Qatar por todo lo alto tras levantar el triplete. Para llenar el vacío que dejaba se fichó a la estrella del Atlético de Madrid, Arda Turán por 34 millones de euros. El turco, que venía con cartel casi de estrella, nunca llegó a ofrecer el nivel esperado y tras dos años de blaugrana se marchó a Turquía. El año siguiente tomó la puerta de salida Dani Alves. El brasileño, que volvería más adelante, emigró a la Juventus. Al no haber opciones apetecibles en el mercado, Luis Enrique se inventó a Sergi Roberto como lateral derecho y apostó por André Gomes (del Valencia por 37 millones) para ocupar la posición que abandonaba el canterano. El portugués, que abiertamente reconoció que el Barça le vino grande y le pudo la presión, tampoco dio los servicios esperados y se fue de Can Barça a los dos años. En verano de 2018 llegó el turno de Andrés Iniesta. El autor del gol de Stamford Bridge se marchó a Japón y para sucederle se fichó a Arthur Melo, proveniente de Brasil por 31 millones de euros. El brasileño, pese a comenzar con buen pie y ser comparado con Xavi, fue perdiendo presencia y partió hacia Italia tras dos temporadas como culé.

Aunque el Barça siempre cuenta con grandes jugadores, las primeras opciones para reemplazar a sus leyendas no acaban de encajar estos últimos años. Con la reciente salida de Sergio Busquets, última figura que quedaba de aquel gran Barça de Guardiola, el Barça se vuelve a ver en la tesitura de buscar un gran reemplazo. Está por ver si esta vez, el reemplazo, funciona.