Nico Williams: “No sé ser famoso"
El extremo rojiblanco muestra su faceta más sencilla: “Muchos niños quieren ser como yo y a veces me sorprende"
Nico Williams está a punto de culminar un año espectacular, en el que ha ganado la Eurocopa con España y la Copa con el Athletic e incluso fue nominado al Balón de Oro. Una explosión que no le hace despegar los pies del suelo, porque para eso tiene a su hermano Iñaki. “Muchos niños quieren ser como yo y a mí a veces me sorprende. No me acostumbro a que nadie quiera ser como yo. Se podría decir que no sé ser famoso. Pero me enorgullece mucho que los chavales quieran parecerse a mí”, confiesa en una entrevista para la revista GQ.
Asimismo, y dentro de esa burbuja de fama que le envuelve desde su paso por la Eurocopa, confiesa que “también hay mucha gente que me pide tocar a los niños, que los coja en brazos… son cosas diferentes que me pasan, lo hago con mucho orgullo”. El menor de los Williams pensaba que después de la Eurocopa su vida iba a seguir siendo normal, como la que tenía un mes antes de la convocatoria, pero todo se le puso patas arriba. Iñaki le decía: “Tú, chaval, no eres consciente de la que has liado con la Selección”. Y Nico asiente: “Una vez más, tenía razón. Me di cuenta de que había pasado a otro nivel cuando fui a Cerdeña de vacaciones después de ganar la Eurocopa. Pensaba que iba a pasar totalmente desapercibido y me encontré todo lo contrario. La gente sabía quién era y me pedían fotos. Lo tomé con la máxima normalidad posible. Sí que es verdad que me ha costado mucho y me sigue costando mucho esa transición de persona conocida a más todavía, pero bueno, siempre cojo sus consejos, estoy muy contento de ser lo que soy a día de hoy".
Resalta que han sido momentos difíciles, “porque se han publicado muchas mentiras”, en alusión a todo lo que se publicó sobre su posible salida al Barcelona. “Es injusto, porque te ves envuelto en cosas que ni has dicho ni has hecho. Son situaciones muy complicadas, sobre todo para un chaval de 22 años. Menos mal que tengo a mi familia y que creo que soy una persona madura y puedo pensar con claridad. Fueron meses muy jodidos para mí. Ese mes yo creo que ha sido el peor de mi vida, porque al final ver a gente que decía ciertas cosas de mí… pues me molestaba. Tanto de un lado (el entorno del Barça), como del otro (el del Athletic)“.
En un año tan frenético tanto en lo colectivo como en lo individual, el 10 admite que siente que todo ha ido a una velocidad vertiginosa. “Debuté en el primer equipo con apenas 18 años y ahora tengo 22, he ganado una Copa del Rey, una Eurocopa, la nominación al Balón de Oro. Ha sido todo muy rápido, muy caótico y muy difícil de entender”. E insiste que el apoyo de Iñaki ha sido clave para no desviarse del camino correcto: “Por suerte tengo el hermano que tengo, que es una grandísima persona, siempre me cuida como el que más, siempre recibo sus consejos al pie de la letra y tenerle a él me tranquiliza un poco, porque sé que va a estar ahí. Es mi escudo protector, es el hermano que todo el mundo quisiera tener”.
Como suele pasar en sus entrevistas, no deja pasar la oportunidad para condenar el racismo, que vivió en primera persona en el Metropolitano en abril. “Obviamente no es bonito que alguien te insulte por tu tono de piel”. Siempre pienso que si a mí me insultan siendo futbolista y famoso, que le dirán a un chaval negro que no tiene absolutamente nada”.
Sobre cuál sería el remedio para acabar con este tipo de episodios despreciables, el extremo rojiblanco duda. “Al final el racismo es muy difícil, siempre ha existido. Creo que va a ir a menos. En el caso de que se localice a un racista dentro de un estadio, quiero que haya medidas fuertes. Cuando dices algo racista y no hay castigo, no pasa nada. Si hay una multa fuerte o incluso la posibilidad de entrar en la cárcel, la cosa cambia. Se pueden implementar medias severas para acabar con el racismo, al menos en el fútbol”.
Asimismo pone el ejemplo de sus padres para entender el contexto de estas personas. “Es importante entender las diferentes formas de vida. Ellos han venido de África, no venían con ningún tipo de maldad, solo querían trabajar, buscar el pan para sus hijos y poco más. Eso es lo que mucha gente busca y yo creo que lo que deberían hacer es abrir su mente e intentar ayudar a la otra persona, escucharla para conocer el porqué viene aquí, saber lo que necesita y respetarlo como ser humano”, concluye el internacional.
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