Nico, ante su año definitivo
El pequeño de los Williams sigue lidiando con la pubalgia mientras no deja de pensar en el Mundial.
Nico Williams no para de levantar suspiros de admiración en San Mamés. Primero fue con su estreno como león, dejando claro que era una superestrella en ciernes. Después con los coqueteos con el Barcelona, zanjados finalmente con la renovación hasta 2035. Y ahora con una pubalgia que le está impidiendo jugar a su nivel y le ha obligado a perderse muchos compromisos. De momento no se va a operar, lo sigue intentando con dobles sesiones en Lezama en un plan de tratamiento conservador.
El 10 marcó el 17 de agosto ante el Sevilla, un penalti que le cedió su hermano, y llevaba seco hasta el pasado domingo, cuando metió un golazo al Oviedo, marca de la casa, regateando a rivales desde la banda izquierda hacia dentro. Ha anotado en 30 partidos en su carrera en el primer equipo y su influencia a la hora de sacar los puntos es enorme: 27 victorias, un empate y dos derrotas (3-1 ante el Atlético y 2-3 ante Osasuna). Ante los problemas en el pubis se ha ausentado en las dos últimas convocatorias de De la Fuente, ahora que la polémica rodea a cada lista en parte también por Lamine. Con el técnico de La Roja ha firmado 5 goles.
Ante el Oviedo actuó infiltrado. “Fue una apuesta arriesgada ponerle con dolor”, recalcó Simón hace unos días. El internacional rojiblanco tan sólo acumula nueve participaciones en los 16 choques oficiales disputados hasta la fecha por los rojiblancos. En Liga es el decimotercer león con más tiempo en el verde. Sus 537 minutos los reparte en ocho partidos, cinco de ellos como titular. En Champions es el vigesimoprimer rojiblanco (65), ya que solo ha jugado la cita ante el Qarabag.
Todo ello le está restando frescura. No atraviesa un dulce momento de juego. De hecho, al ser sustituido ante el Qarabag se escucharon pitos, algo censurado por el propio presidente, Uriarte. Ante el Getafe le tocó convivir con un runrún incesante. Además del pubis, se produjo una lesión muscular jugando con España y que le hizo perderse hasta seis encuentros con el Athletic, entre ellos los partidos de la Champions contra el Arsenal y el Borussia Dortmund.
Se ejercitó con un plan especializado en las fechas FIFA, hasta el punto de que apenas entrenó con sus compañeros. Ni Elche, ni Qarabag, ni Getafe, en ninguno de esos partidos fue determinante, hasta el día del Oviedo. Pero se le veía temeroso, circunstancia nada habitual en él. Le faltaba atrevimiento para encarar. La duda es si volverá a las tinieblas. Se sabe un jugador diferencial, un referente, un futbolista al que el rival trata son sumo respeto, como se demuestra con el hecho de que tiene siempre a dos contrarios encimándole, a la vuelta del parón San mamés confía en que vuelva a yener impacto en el juego.
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Tras coquetear con el Barcelona en los dos últimos veranos, terminó jurando amor eterno al Athletic, como así quiso demostrar con su renovación por ocho años. Todo el mundo da por hecho que seguirá su escalada a la cúspide. El Mundial es un gran escaparate que no se le quita de la cabeza. Quiere encadenar el título en la Eurocopa y la pelea por un torneo aún más prestigioso. Espera llegar a tope. Y si vuelve a liarla con su compinche Lamine seguro que regresan los cantos de sirena. Laporta cerró la puerta e incluso criticó a sus agentes. pero el PSG no le pierde de vista y el Arsenal, West Ham y Bayern de Munich no han perdido la fe en convencerle. Su cláusula, cercana a los 90 millones, no va a ser un impedimento.
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