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Mucho más no se le puede pedir a esta Real

La Real Sociedad vuelve a estar en semifinales. Y la última vez que lo hizo, ya saben cómo acabó la historia: campeones de la Copa del Rey. Así que... ¡cómo no vamos a soñar! Más cuando se consigue de manera tan brillante. Volviendo a ganar fuera de casa y con todo el merecimiento del mundo. Esta Real de Imanol es capaz de lo imposible, no hay barreras que puedan frenar su ilusión y su ambición. Porque cuando parecía imposible superar lo que había hecho otras campañas, llega ésta y vuelve a elevar el listón a la enésima potencia. Sólo así se puede explicar que esté en semifinales de la Copa, sexto en liga y en octavos de final de la Champions. Y compitiendo como jabatos en cada una de las competiciones, dignificando cada partido que esos jugadores defienden la camiseta txuri-urdin. Seamos sinceros, mucho más no se le puede pedir a este equipo.

Porque la Real se metió en semifinales después de volver a ganar en Balaídos contra el Celta de Vigo, haciendo trizas la teoría no escrita de que no se puede ganar dos veces seguidas al mismo equipo en el mismo escenario. Pues sí se puede. ¡Vaya que sí! 0-1 en liga. Y 1-2 en Copa. Y con jugadores y esquemas diferentes. Recordaremos siempre estos cuatros días en Vigo, porque Imanol le dio un baño táctico a Rafa Benítez de campeonato. Y fue capaz de utilizar todo su fondo de armario con una capacidad brillante. Eso es lo que se llama sacar partido de todos tus recursos. ¿El resultado? De nuevo entre los cuatro mejores de la Copa del Rey, y otra vez a disfrutar de dos partidos para plantarse en otra final, la final con público que prometieron a sus aficionados cuando ganaron en La Cartuja hasta por el 2020. Marcó el de siempre, Mikel Oyarzabal (tres goles en los últimos cuatro partidos) y el recién llegado, un Sheraldo Becker, que lo tiene todo para meterse en el bolsillo a la grada de Anoeta.

Veníamos hablando de que la Real estaba agotada físicamente, que si tenía muchas bajas, que si faltaba frescura, que si no tenía la chispa y el juego de diciembre... Y de repente su respuesta es tres victorias en tres partidos fuera de casa. No hay mejor reivindicación que la que se hace sobre el terreno de juego. Y aunque sea verdad todo eso de que el equipo está tocado en lo físico, lógico por otra parte cuando ha jugado diez de sus últimos doce partidos fuera de casa... todo lo contrario en lo moral. Porque sino no sacas adelante este momento de la temporada que se presentaba como crítico. Porque el esfuerzo de los jugadores es encomiable, y porque Imanol ha sabido repartir juego, demostrando que hay fondo de armario. Bueno, y cantera, que ahí están los minutos de Magunazelaia y Aramburu. Pero demostrando, por encima de todo, que es un equipo grande, porque así se ha comportado en el momento más delicado. Porque sólo los equipos grandes sacan adelante un momento tan crucial de la temporada, de esos que marcan el devenir de un año.