VALENCIA
Morigi: “El Valencia siempre fue de raíz, pero ahora perdió su identidad”
El exjugador ché atiende a AS desde Argentina, donde es coordinador del fútbol base de Vélez. Con la excusa de aquel 3-4 del Valencia en el Camp Nou, analiza su paso por Mestalla y lo que aprendió en pocos meses.
Guillermo Carlos Morigi (Buenos Aires, Argentina, 1974) sólo disputó 23 partidos con el Valencia, pero tuvo tiempo de sobra para conocer el ADN blanquinegro. No triunfó en Mestalla porque le faltó paciencia y tranquilidad, según relata a AS desde Argentina, donde es coordinador del fútbol base de Vélez. Contactamos con Morigi para que nos cuente cómo fue aquella remontada ante el Barça, en enero del 98. Perdía el equipo de Ranieri 3-0 en el Camp Nou y terminó ganando 3-4, en una de las hazañas que más se recuerdan en territorio culé. Morigi marcó el 3-1, el primer gol que dio paso a la remontada. En ese partido, anotó su único tanto como valencianista.
Sin embargo, Morigi pronto se lía a hablar del Valencia, de ese ADN tan específico que siempre tuvo el club ché. Parece que conoce la casa como si hubiese estado una década en Mestalla. Incluso, asegura que al actual equipo le falta ese sentimiento de pertenencia tan marcado que siempre corrió por las venas de los jugadores del Valencia. Para Morigi, el Valencia ganador pasó por tener en su plantilla “jugadores valencianos y argentinos”. Ahora, ve a un equipo “frío”, que ha “perdido su identidad”. Reza para que no baje el Valencia, del que se declara un hincha más pese a su paso fugaz por la capital del Turia.
¿Cómo le va la vida a Morigi?
Ahora mismo estoy como coordinador general de todo el fútbol base de Vélez. Hasta 2020, estuve dirigiendo al Reserva, como si fuese el filial. Luego, presenté un proyecto del fútbol base y estoy aquí desde 2020. Estoy contento porque tengo mucha incidencia en la formación de los chicos. Vélez es un club formador y no nos podemos quejar. Ha vendido jugadores por valor de 100 millones de euros en los últimos cinco años y el 95% de esos futbolistas eran de la cantera. Vélez es un club social con 60 actividades y todo gira en torno a la venta de jugadores.
Pero usted se retira muy joven...
Dejo el fútbol a los 31 años, pero el último partido lo disputo con 29 por culpa de una tendinitis crónica rotuliana. Pude hacerme el tonto y disimular para ocultar la lesión, pero no quise quedar mal con nadie. Decidí retirarme y estuve como representante durante seis años. En 2010, me involucré más en el fútbol. Lo comercial no me generaba ninguna adrenalina.
Y ahora está en casa...
Yo me formé en Vélez, soy del barrio e hincha del club. Tengo la suerte de poder estar en un lugar en el que tengo mucho sentido de pertenencia. Creo al Valencia le falta justo eso en sus jugadores. El Valencia siempre trabajó bien con el fútbol base, pero un gran club se construye con filosofía, idiosincrasia y ADN. Y el Valencia siempre que estuvo en la pelea por los títulos lo hizo con jugadores valencianos y sudamericanos. Ahora mismo, veo muchos jugadores fríos. El Valencia es muy de raíz y creo que falta eso.
Siga, siga...
El resumen es que hay que sacar un Farinós, Angulo, Juanfran, Albelda, Camarasa... El ADN del Valencia es eso y está en este momento porque perdió su identidad. Ahora tiene a Baraja, pero no alcanza con eso. El mejor Valencia se vio con argentinos y valencianos y algún europeo. Me vienen a la mente Ayala, Pellegrino, Mendieta, Albelda, Farinós, El Piojo... Y luego, se acopló gente con carácter como Djukic o Carboni.
“El Valencia que estuvo en la pelea por títulos lo hizo con jugadores valencianos y sudamericanos”
Igual tiene que ver con que la propiedad esté a 10.000 kilómetros...
Veo que la afición pide la dimisión de la directiva, pero yo el problema lo vi desde hace tiempo. Por ejemplo, echaron a Marcelino cuando las cosas iban bien. Una cosa es una empresa, pero un club de fútbol tiene corazón, hígado, pulmón... No es una máquina que puedas encender y apagar. Hay que entender la realidad de este club. El día que lo entiendan los que manden, irán mejor las cosas. Por ejemplo. Simeone lo logró con el Atlético. Si el Valencia encuentra un mesias como el Cholo, el Valencia irá para arriba. Rezo para que el Valencia no descienda y espero que venga alguien que se dé cuenta de esto.
¿Qué recuerdos tiene del Valencia?
Muy buenos en todos los sentidos. Yo siempre recomiendo esa ciudad. El Valencia es un grande de España y de Europa. Tiene una gran masa social y me duele que ahora mismo esté sufriendo. De mi paso por el Valencia recuerdo que cuando me fui es cuando mejor me encontraba yo y el equipo. Pero yo siempre fui un amante de la competencia y me costaba mucho no jugar cada semana. Por eso, volví a Vélez. Justo en la firma, Pedro Cortés, el presidente, me dijo que me quería, que no me fuese. Me comentó que siguiese entrenando y comiendo una paella, pero yo quería triunfar. Ranieri también me dijo que había crecido mucho y que lamentaba que no tuviese minutos.
“Antes de volver a Vélez, Pedro Cortés me dijo que me quedase entrenando y comiendo paella”
¿Y por qué no triunfó?
Pues hasta que llegué al Valencia a mí me había pasado todo siempre muy rápido. Debuté pronto con Vélez y siempre logré mis objetivos. Pero en el Valencia no me tomé tiempo para aclimatarme. Al no obtener resultados pronto, opté por el camino fácil, el del atajo y decidí volver.
¿Se arrepintió en algún momento?
Nunca. Cuando tomas una decisión hay que asumirla. No existe el arrepentimiento salvo que hayas cometido un error muy grande.
¿Cuánto pagó el Valencia por usted?
Creo que pagó 2,6 millones de dólares, por el 50% de mis derechos. Luego, Vélez no pagó nada por mi vuelta, aunque ajustaron cuentas cuando Pellegrino fichó por el Valencia.
Vayamos al motivo de la entrevista. Aquel 3-4 con un gol suyo...
Insisto en el sentimiento de pertenencia. Estuve muy poco allí pero me hice hincha del Valencia. Sabía que el destino me iba a permitir dejar una huella allí y fue aquel gol y aquella remontada.
“Sabía que el destino me iba a permitir dejar una huella allí y lo hice con aquel gol al Barça y el 3-4″
¿Pensó que aquel gol podía marcar su carrera en el Valencia?
No lo vi así porque el fútbol te marca todo los días. Hay partidos clave que te ponen en la cartelera, pero el destino te lo marca el día a día. Sentí que me estaba empezando a mostrar, pero sabía que con un partido sólo no me iba a servir. Pero insisto, cuando mejor estuve fue el año siguiente porque cuando llegué al Valencia lo hice con una pubalgia tremenda que ya arrastraba de Vélez que me hizo pasar por el quirófano. Ya arrastraba esa pubalgia de Vélez y en el Valencia se hizo insostenible. Luego, me puse bien y me quedé a la cola del equipo. Nadie sabe qué hubiese pasado si hubiese aguantado un poco más porque pronto llegó Cúper, que ya me conocía. Pero ya le digo que no soy de arrepentirme por nada.
Justo ahora han sacado en España un reportaje sobre Romario y su vida nocturna. Usted coincidió con él en Mestalla. ¿Qué recuerdos tiene?
Recuerdo que era un buen compañero. Estaba siempre cerca de los jugadores sudamericanos. Los cracks como Messi, Romario o Maradona no disfrutan de los entrenamientos porque no los necesitan. Ellos cambian la historia en los partidos. Luego, estaba Luis Milla, que se te caía la baba como entrenaba. El mayor recuerdo que tengo es cuando dijo abiertamente que él no rendía si no salía de fiesta. Comentó eso y al día siguiente marcó un gol en Mestalla. Yo estaba en el banquillo y todo el campo empezó a cantar eso de “Romario, vete de fiesta”... Eso nunca lo voy a olvidar. También recuerdo cuando en algún ejercicio Ranieri nos pedía rapidez en la transición de la jugada, llegaba Romario, paraba la pelota y empezaba a hacer jueguecitos... Ranieri se mordía la lengua para no montar más quilombos, pero por dentro lo quería matar. Y nos reíamos todos.