Messi y Barça: un amor de culebrón
El jugador quiere volver y Laporta quiere enmendar su biografía, pero la realidad económica es tan tozuda como la sintonía entre los negociadores.
Leo Messi aprovecha cada ocasión que tiene un par de días libres para regresar a su casa de Castelldefels, donde es un vecino más. Donde puede ir al supermercado con su familia, ir a jugar a la playa con sus hijos o ir a su restaurante italiano favorito sin que nadie le moleste. Este fin de semana, Messi volvió a Barcelona y según informó el periodista Gerard Romero, lo hizo con 14 maletas de equipaje y el lunes por la noche cenó en el restaurante Enigma (el nombre daría mucho juego a la situación) de Albert Adrià con Jordi Alba y Sergio Busquets.
Los rumores sobre el regreso de Leo Messi a Barcelona están más vivos que nunca en Barcelona, donde la noticia de su posible retorno ocupa más espacio en las portadas que el más que cantado título de Liga del equipo de Xavi.
No obstante, esta es una historia que tiene muchas intenciones y pocas realidades. Hay dos enamorados, pero parece que su historia parece complicada pesar de los años de relación. Es decir, Messi está dispuesto a volver a Barcelona. Una opción que ve con buenos ojos, especialmente a nivel familiar y el presidente Laporta desea fervientemente su regreso para arreglar su hoja de servicio, porque quiere corregir su biografía. Fue el presidente que despidió a Messi y aspira a ser el que le traiga de vuelta. Tampoco hay que obviar que este último hecho hace sospechar a los Messi, que no se fían demasiado de las intenciones del pretendiente, que ya les dejó plantados en el altar hace dos años.
Pero ante esta declaración de intenciones existe también, como en cualquier folletín romántico, el problema del dinero. Para traer a Messi, se tiene que pagar y si eso podría llegar a arreglarse porque el argentino (que llegaría libre del PSG) estaría dispuesto a rebajar su ficha, parece ilógico que llegue al club blaugrana no siendo el jugador mejor pagado de la plantilla. Y luego está el tema del límite salarial. Si el Barcelona no rebaja en 200 millones su dispendio en salarios deportivos la operación es imposible. Y aun así, faltaría la aprobación de LaLiga. Ayer, Xavi, preguntado por este aspecto, respondió que “es una pregunta para Tebas, hay un reglamento y nos adaptaremos a él”.
Puede ser esta la razón por la que, de momento, sobre la mesa de Jorge Messi haya sólo dos ofertas: la de renovación del PSG y la astronómica del Al Hilal de Arabia Saudí. El Barça, sigue con el cortejo, que es bien recibido, pero todo apunta a que va a ser un amor de culebrón. De esos muy complicados.