Manu García se despide del fútbol profesional

El centrocampista alavés ha enviado una nota a todos los medios de comunicación y a la afición de Vitoria. “Repasando mi trayectoria, me siento satisfecho, agradecido y muy feliz por todo lo que hemos conseguido, pero sobre todo, por cómo lo hemos conseguido. La evolución personal que he vivido, desde ese niño inocente que acudía a Mendizorroza, hasta la persona que hoy soy, es el resultado de un aprendizaje, que no se puede explicar sin este deporte tan apasionante que ha guiado mi vida. Me gustaría agradecer a todas y cada una de las personas que desde su posición han compartido esta etapa de mi vida”, señala en el comunicado.

Lo primero que recuerda es el apoyo de su gente. “Gracias principalmente a mi familia. Desde los primeros torneos hasta el último partido habéis estado junto a mí, apoyándome, guiándome y luchando por lo que siempre he querido. Agradecer a todos los equipos, en los que he jugado. Empezando por mi colegio, San Viator, los primeros torneos, los primeros goles, la kuadrilla, una etapa llena de ilusión, inocencia y alegría. Desde ahí sin darnos cuenta llegamos a Zubieta, 8 años de la mano de la Real Sociedad, de niño a adulto, del Cadete Txiki al Sanse, moldeando un futbolista y asentando unos valores que me acompañan hasta el día de hoy”, añade.

Posteriormente llegó su etapa lejos de casa. “Nos tocó hacer las maletas, hasta Girona, apenas un mes para descubrir el lado menos agradable de este oficio, sin embargo, aquél verano acabó en Irún, disfrutando de un año histórico, con las apasionantes eliminatorias de Copa y el ansiado ascenso, tras 44 años, de mi querido Real Unión. Tras el éxito, vivimos dos veranos difíciles en la SD Éibar, que acabaron en un mercado de invierno con la salida a la UD Logroñés. Un nuevo entorno, un nuevo equipo y goles, muchos goles, temporada y media de buen rendimiento que hizo posible la llamada, esa llamada con la que todo jugador sueña, llegó un verano de 2012″, explica.

Fue cuando llegó al club de sus amores. “Era el Deportivo Alavés. Un ascenso, el debut en Segunda División, Jaén, otro ascenso, el fantástico debut en Primera División, la histórica final de Copa, las sufridas últimas temporadas. 9 años, 9 temporadas, las más especiales, las que más he disfrutado y donde mayor nivel deportivo he alcanzado. Eskerrik asko, gracias Alavés ya que me cambiaste la vida para siempre, haciéndome vivir momentos únicos y cumpliendo todos y cada uno de mis sueños”, comenta en el comunicado oficial de su despedida.

Aunque aún le quedaba alguna aventura más para vivir. “Cerrar la etapa en casa e irnos lejos, muy lejos, a la desconocida entonces, ciudad de Limasol. La sorprendente y entretenida liga chipriota, nos trajo una clasificación europea, numerosos amigos y un país al que estaremos unidos para siempre. Y por último el CD Mirandés, como si fuera necesario tener a mi familia en la grada para que disfrutásemos juntos de mis últimos goles. No hay sensación tan especial como lo que uno siente en los segundos posteriores a marcar un gol. Goles, abrazos, éxitos y sonrisas… de todo esto, hemos logrado más de lo esperado”, indicó.

Toda una vida ligada al fútbol. “Todo lo que soy es por mi relación y paso por el fútbol. No sé que tipo de persona sería si no hubiera formado parte de este viaje en este deporte. Ahora tengo dos hijos, una mujer y unos padres que son la prioridad en mi vida. Este viaje que empezó sin darnos cuenta un abril de 1994 en el polideportivo de Las Gaunas, acabó con gol el 27 de mayo de 2023 en el Carlos Belmonte de Albacete”, sentenció el histórico jugador vitoriano que se está formando para labores vinculadas al fútbol. En realidad llevaba temporada y media sin equipo y las opciones que le llegaron no le convencieron del todo.

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