Los nombres de una crisis que ha generado desconfianza en la afición

El mismo día que Asier Garitano tomaba las riendas del Sporting, el pasado 8 de abril, a pocos metros del campo de entrenamiento, José Riestra anunciaba la llegada de cambios en la estructura del Sporting. El máximo responsable del área de fútbol en Orlegi Sports admitía errores en la gestión del club –“nos hemos equivocado,”, dijo-- y la necesidad de tomar decisiones. “Tenemos una filosofía que hoy no está funcionando y tendremos que ver si hay que hacer cambios”, afirmó el dirigente mexicano, consciente de la desconfianza que el proyecto tiene en estos momentos entre la afición.

La victoria del Eldense sobre el Málaga ha impedido que el Sporting haya podido certificar aún la permanencia matemática, pero se da por hecha; el equipo alicantino debería ganar los tres partidos que quedan y el gijonés no sumar un solo punto si es que no falla incluso alguno de los equipos que están por medio (Zaragoza, Eibar, Castellón y Málaga). Por tanto, el tiempo apremia y la planificación de la próxima temporada, también, pues se debe acometer con urgencia.

José Riestra e Israel Villaseñor, el director de Gestión Deportiva del grupo, han asumido el papel protagonista para acometer los cambios que reclama la estión en el Sporting. Villaseñor lleva unos cuantos meses instalado en Gijón y se ha dejado ver en todos los viajes del equipo rojiblanco; le ha llegado la hora de tomar decisiones junto a su jefe directo. Y sobre la mesa están los tres nombres de los responsables de las grandes áreas del club.

David Guerra, el presidente ejecutivo, es el máximo responsable en la toma de decisiones de la entidad. Los cambios en las presidencias de los otros dos clubes de Orlegi, Atlas y Santos Laguna, pueden llevar a pensar que el madrileño correría la misma mala suerte. Ahora bien, es poco probable. Guerra ha sido el encargado de trasladar e implantar la filosofía del grupo mexicano a plena satisfacción de sus dirigentes. Su mensaje ya no cala en la afición, pero su trabajo sigue siendo bien considerado entre Alejandro Irarragorri y su gente.

Gerardo García, director de Gestión Deportiva del club, y Fredi Lobeiras, su adjunto o secretario técnico, son los dos personajes que se encuentran de manera fundamental en el disparadero. El éxito de la gestión en un club de fútbol va ligado de forma inexorable a los resultados deportivos que, en el caso del Sporting, a la vista están: dos temporadas flirteando con el descenso y una con el espejismo (“ilusión óptica”, según la RAE) del playoff de ascenso.

El trabajo de la dirección deportiva y la secretaría técnica en estos años está en entredicho. Cuatro entrenadores (Abelardo, Ramírez, Albés y Garitano) en tres temporadas y, en lo que respecta a esta temporada, una plantilla muy corta y descompensada, sin entrar en el análisis individual de algunas incorporaciones, dejan en mal lugar esta parcela. Tanto Gerardo García como Fredi Lobeiras tienen responsabilidad directa en la elección de los fichajes, aunque la negociación de contratos, es decir, el remate de las operaciones no les corresponda a ellos.

El último nombre es Óscar Garro, máximo responsable de la cantera de Mareo, y que se encuentra desde hace tiempo en el ojo del huracán. Algunas informaciones apuntan desde hace tiempo que será la primera víctima. Difícilmente se pueden relacionar los resultados del primer equipo con la base en una sola temporada, pero los resultados de los equipos de cantera han sido nefastos y la proyección de futbolistas hacia el primer equipo es casi nula en estos momentos. De igual modo, la imagen de Mareo ha sufrido un grave deterioro como consecuencia de los métodos aplicados por Garro tanto en las relaciones con los padres como con otros clubes.

La referencia con el Oviedo de manera fundamental deja en muy mal lugar a la otrora señera y hegemónica Escuela de Fútbol de Mareo. Solo el primer equipo juvenil ha sido capaz de superar al eterno rival El fracaso del filial, metido en el playoff de ascenso pero que acabó la liga a 22 puntos del campeón Vetusta, y que todos los demás equipos se hayan clasificado por debajo del conjunto carbayón pone en cuestión los métodos utilizados en la cantera sportinguista marcada también por la implantación de una Academia Internacional que ha sido un fracaso más del pretendido proceso fijado desde México.

La crisis en el Sporting es tan profunda como el análisis y las soluciones que se reclaman en el seno de Orlegi Sports. El grupo mexicano había recuperado las mejores cifras de una masa social de nuevo desencantada. La entidad gijonesa, con casi 23.000 abonados, ha vuelto a colocarse en las cifras más relevantes de su historia en cuanto al respaldo de los aficionados, pero la paciencia empieza a agotarse entre los sportinguistas.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí