Lezama fabrica mediocentros con profusión en el último lustro

Famoso por su talento coral era el triángulo que formaban en la zona ancha del Bilbao Athletic, Unai Vencedor (2000), Oier Zarraga (1999) y Oihan Sancet (2000). Los tres promocionaron al primer equipo, y, aunque lleven ahora mismo distintas velocidades en sus incipientes carreras, los tres obedecen a productos de calidad facturados por el Athletic en una posición tan sensible en el planeta fútbol. El centrocampista de Rekalde está cedido en el Eibar, pero con contrato hasta 2027, el getxotarra se marchó al Udinese italiano, y el de Mendillori ya es internacional y un pilar básico en el esquema de Valverde. De hasta dieciséis jugadores brotados de Lezama, ya consolidados o prometiendo, como mediocentros, puede presumir el club bilbaíno en el último lustro.

Apenas tres temporadas después, irrumpen en el primer equipo otro trío de canteranos con hechuras para ir rotando en la parcela de la construcción. El gol de casta con la testa en plancha de Unai Gómez Etxebarria (2003) a la UD Las Palmas, el poso que ha corroborado Beñat Prados (2001) ante Granada, Atlético y el equipo de García Pimienta encadenando tres titularidades, y el último en asomarse a la élite, el potente Mikel Jauregizar (2003), dan continuidad al trabajo que se realiza en el club rojiblanco de captación, formación e impulso rumbo a Primera. Además, Ernesto Valverde cuenta en su plantilla con otros tres mediocentros formados en su factoría ya contrastados como Mikel Vesga, atado hasta 2027 para dotar de equilibrio y altura a la zona por delante de los centrales, Iñigo Ruiz de Galarreta, que ha vuelto diez años después al equipo tras tres años en RCD Mallorca de empaque para aportar su magia y despliegue técnico, más Peru Nolaskoain (1998), ahora suplente, pero con mucho recorrido en sus piernas tanto de pivote defensivo como de central.

Además de todos estos mimbres, campan en la máxima categoría o en el segundo escalón, Unai López (1995), que ha encontrado su sitio en el once del Rayo Vallecano a base de calidad o Iker Undabarrena (1995), que deja su impronta en el Leganés con su juego posicional y último pase tras su periplo en la Primera de Portugal en las filas del Tondela. En el Bilbao Athletic, levantando la mano en puertas al ascenso, se hallan otros tres pivotes: Alejandro Rego (2003), Junior Bita (2005) y Beñat Gerenabarrena (2003), a los que el organigrama técnico del Athletic les tiene muy en cuenta y apuesta por ellos como relevo para el medio plazo atando de manera escalonada sus respectivos contratos. Y en el seno del Basconia, el segundo filial, que milita en la Tercera Federación, emerge Gaizka Alboniga-Menor (2005) y David Arredondo (2006), jugadores con ritmo y criterio.