Las reivindicaciones de El Sadar

El partido copero de El Sadar, que terminó con victoria y clasificación para cuartos de final de la Copa del Rey de la Real Sociedad, dejó varios nombres propios en el bando txuri-urdin que aprovecharon para reivindicarse ante Imanol Alguacil. Es lo que llamamos una especie de llamamiento, demostrarle que están ahí y que pueden tener su cuota de protagonismo en sus esquemas de juego. Fue la reivindicación de El Sadar, porque todos los que recibieron una nueva oportunidad de destacar, la aprovecharon y dejaron claro que se puede contar con ellos.

El primer nombre propio de la templada noche pamplonica fue el de Urko González de Zarate. Ante la baja de última hora por lesión de Zubimendi, no se esperaba que el vitoriano tuviera una nueva oportunidad ocupando su hueco. Pero era la opción lógica, porque es su sustituto natural en la plantilla, y así se planificó en verano cuando se dejó salir al Alavés a Ander Guevara. Empezó con dudas, timorato y tímido, sin imponerse en la medular, pero fue creciendo con el paso de los minutos para hacerse dueño del centro de campo y ganar tanta confianza con balón que protagonizó varias combinaciones de mérito y empezó a coger la responsabilidad de pedir el balón en la salida jugada desde la defensa. Acabó pidiendo la hora, porque su cuerpo dijo basta en la segunda parte, después de tan poco partidos jugados esta temporada.

En su lugar salió Beñat Turrientes, que fue otro de los nombres propios de El Sadar. El bedaindarra se quedó en el banquillo por sorpresa y cuando saltó al terreno de juego, mostró unos galones, una confianza y una personalidad que no hacen más que indicar el paso adelante que ha dado esta temporada. Va camino de hacerse dueño de la sala de máquinas del equipo txuri-urdin.

Otro de los nombres propios de la noche fue el de André Silva. Nadie esperaba que fuera titular después de las palabras en la previa de Imanol Alguacil. A BiIbao el sábado había ido a hacer número y cuatro días después era complicado que fuera a ser titular. El caso es que portugués recibió un nuevo espaldarazo de Imanol, y aunque no tuvo ninguna ocasión clara, sí demostró que se asocia bien con sus compañeros y que es capaz de generar situaciones de peligro. Se le notó, como es normal, falto de ritmo y eso le llevó a no arriesgar en algunas decisiones. También mostró mejoría otro de los fichajes, Arsen Zakharyan. El ruso jugando por dentro conectó más con sus compañeros y estuvo más activo, llegando con peligro a posiciones de remate. Se puede decir que dio un paso adelante en El Sadar.

Y luego están los chavales del filial que salieron en la segunda parte y cuya labor es impagable, porque dan descanso a titulares del primer equipo sin que el nivel del equipo se resienta. Hablamos de Jon Magunazelaia, que ya es habitual en la rotación y siempre cumple. Y de Jon Mikel Aramburu, que tuvo que jugar en el lateral derecho por las molestias con las que acabó Aritz Elustondo. El venezolano tuvo muy buenos minutos, y reivindicó su sitio en un puesto que está bajo mínimos por las ausencias de Traoré y Odriozola. Para Vigo seguro que se hizo pensar a Imanol. Y el atacante eibarrés va poco a poco, con mucho trabajo y sin hacer apenas ruido, haciéndose con un sitio en el primer equipo de la Real. En Bilbao jugó por la izquierda, en Pamplona por la derecha. Siempre está preparado para cuando se le necesita, y exprime cada minuto que juega. Contra Osasuna fue muy incisivo y, además, estuvo cerca del gol con una buena ocasión. Y luego ya lo de Sadiq merece mención aparte. Salió al final y en Nigeria seguro que aumentó su enfado y estupefacción. Son las reivindicaciones de El Sadar en la Real. Imanol habrá tomado cuenta cuenta de ellas.

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