Las Palmas no se pone de acuerdo con la posesión
El curso pasado fue el tercer mejor equipo y ahora desciende al sexto puesto. De sus tres victorias, en dos quedó totalmente a merced del rival.
La tradición futbolística de Las Palmas certifica que el equipo grancanario siempre se hizo fuerte a través de la posesión del balón, ni que fuera un mantra tantas veces repetido dentro y fuera del césped sin importar categoría ni condición. Otro asunto es, claro, el uso que sus futbolistas le hayan dado al cuero. Sea como fuere, el debate se ha alimentado en las últimas semanas.
Ocurre que Las Palmas le puso freno a su alarmante cuesta abajo en el presente curso futbolístico desde la victoria 2-3 en Mestalla, además en el partido que suponía el estreno de Diego Martínez en su banquillo. Contando aquella cita de Valencia, acumula tres victorias en cuatro partidos con el nuevo entrenador, en los que además se ha confirmado el cambio de tendencia a la hora de enfocar los mismos.
La temporada pasada solo el Barcelona tuvo más posesión que la Unión Deportiva, según la métrica de Opta 64,66% y 59,71%, respectivamente, ocupando el Real Madrid el tercer lugar de este particular pódium con el 59,32%. Ahora, tras la disputa del primer tercio de la actual, Las Palmas baja a la sexta posición con ese 53,51% de una clasificación que domina sobradamente el equipo ahora dirigido por Hansi Flick: 67,98%.
Atlético
Los datos evidencian además que la hueste insular, con Martínez al frente, supo comprender que, a veces, menos es más. De hecho, en los cuatro partidos con el entrenador gallego en la banda, solo le ganó la posesión al Valencia (52,63%) y la perdió sobradamente contra Girona (43,39%), Atlético de Madrid (42,6%) y especialmente ante el Rayo Vallecano (36,17%), en el último duelo antes del actual parón de selecciones. De estos encuentros únicamente perdió con el equipo del Cholo Simeone, ganando los otros tres para sacar la cabeza y abandonar los puestos de descenso.
En esa puesta en práctica del menos es más Las Palmas adoptó la táctica del camaleón, esta que tanto le gusta a Martínez. Supo adaptarse, salvo en el Metropolitano, al contexto de cada partido. Le ayudó también, claro está, aumentar su efectividad en ataque hasta el 53,85%, marcando siete goles en apenas 13 disparos a puerta, y alicatando su portería recibiendo, en estos cuatro partidos, cinco goles tras 21 misiles al marco de Cillessen. Cedió la posesión, con la que ahora no se pone de acuerdo, a cambio de multiplicar su acierto. No hay mal que por bien no venga. Al menos, de momento.
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