Las expulsiones tempraneras están penalizando en exceso a la Real
Con el Alavés, el Lazio, el Betis y el Barça se quedó con diez jugadores muy pronto y siempre acabó perdiendo. Imanol Alguacil trabaja para corregir los errores de concentración que las provocan.

Minuto 17 del partido de Montjuic entre la Real Sociedad y el Fútbol Club Barcelona. Aritz Elustondo agarraba por la espalda a Dani Olmo y lo derribaba siendo el último hombre de la defensa txuri-urdin. El colegiado no se lo pensaba dos veces y le sacaba la tarjeta roja. Los entrenados por Imanol Alguacil se quedaban con un jugador menos, con todo el partido todavía por descubrir y disputar. ¿Les suena? Seguro que sí, porque no es la primera, ni la segunda, ni la tercera vez que le pasa algo así esta temporada a la Real Sociedad. De hecho, es la cuarta ocasión. Y todas han acabado de la misma manera: con derrota.
Se trata de un mal endémico que está penalizando en exceso al cuadro donostiarra, especialmente en las últimas semanas. Porque la primera expulsión fue al comienzo de la campaña, en el Reale Arena contra el Deportivo Alavés. Y fue una imprudencia de Mikel Oyarzabal que el colegiado castigó, quizá, con extrema dureza. Porque el capitán txuri-urdin ni siquiera estaba mirando al jugador babazorro como para hacerle esa entrada. Fue fruto de la casualidad, una fatal casualidad que luego se ha visto que se ha peritado de esa manera, al considerar que la entrada era muy alta y que podía haber riesgo de lesión. Sea como fuere fue el principio de todo, el primer momento para entender que la Real no sabe jugar en inferioridad numérica, como si son capaces de hacer otros equipos. Perdió ese partido, claro, 1-2, en uno de los pocos triunfos del Alavés fuera de casa en la presente liga.
Después llegaron los partidos contra el Lazio en la UEFA Europa League, y contra el Betis y el Barcelona en Liga, estos dos últimos separados sólo por dos semanas en el calendario. Expulsiones totalmente evitables que condicionaron sus partidos y que acabaron en goleada en contra. En Italia fue Aihen Muñoz el que se fue a la calle después de no medir en dos entradas consecutivas en las que vio amarilla. A la Real le dejó tan tocada la expulsión del lateral de Etxauri que recibió tres goles en apenas quince minutos. El partido en el Olímpico de Roma tirado a la basura por un momento de desconexión, por un error de concentración totalmente evitable.
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Y luego en la liga contra el Betis, hace dos jornadas, y el Barcelona, en la última, han sido expulsiones calcadas, iguales, separadas al nacer. Aunque los protagonistas sean diferentes. En Sevilla fue Igor Zubeldia el que hizo la falta siendo último hombre, y en la montaña mágica Aritz Elustondo. Aunque el azkoitiarra fue una entrada abajo y en la que llega tarde, y con compañeros alrededor que podían llegar a la jugada. Y contra el Barcelona el besaindarra agarra a su rival cuando se le escapaba y le había ganado la espalda. Pasado de revoluciones, tuvo que medir mejor las consecuencias de su acción. Porque también había compañeros cerca para hacerle la cobertura. Sea como fuere, y sin tener que buscar culpables, ni personificar en nadie, Imanol Alguacil ya trabajar para corregir esos errores colectivos que provocan una expulsiones que le penalizan tanto a los donostiarras y que no pueden volver a suceder.
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