Las expulsiones castigan al Eibar
El armero es uno de los clubes que más veces ha visto la cartulina roja. Esta temporada nunca ha ganado en inferioridad.
Hay consignas que no cambian en Ipurua. A lo largo de los años, el Eibar siempre se ha caracterizado por su agresividad para robar en campo contrario y someter así constantemente a su rival. Esta intención propositiva de ir continuamente hacia delante, le obliga en ocasiones a vivir situaciones límite en las que un cálculo erróneo de milésimas de segundo le puede costar caro. Desde que Etxeberria se hiciera con los mandos del equipo, esta actitud combativa ha sido una realidad, y tiene un fiel reflejo de ello en el cómputo global de cartulinas de color rojo. Con 5 expulsiones vistas hasta la fecha, el cuadro armero es junto a Córdoba, Eldense, Cádiz, Tenerife y Racing, el equipo con más expulsiones de la categoría. Dos menos que en la campaña anterior, donde fue el segundo en este aspecto.
En todas estas amonestaciones, los azulgranas tienen un claro denominador común: siempre se han materializado por doble amarilla y nunca han acabado en victoria. Sergio Álvarez fue el encargado de abrir la veda con su amonestación duplicada en Almería, Arambarri lo replicó una semana más tarde en Oviedo y Arbillla haría lo propio en Anduva, antes de que Carrillo repitiera en dos jornadas consecutivas. Puesto que tras ser expulsado en el Martínez Valero, el central murciano nuevamente encararía el camino de vestuarios de el El Molinón antes de lo debido. Al filo del descanso, Ávalos Barrera le enseñó la primera tarjeta amarilla por “sujetar a un adversario de forma ostensible” cuando este dirigía a encarar la frontal del área, mientras poco después de salir del descanso vio la segunda a causa de “pisar a un contrario de forma temeraria”.
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El propio Carrillo, consciente de sus actos, no replicó al colegiado y abandonó el terreno de juego a sabiendas de la repercusión negativa que esta iba a tener en su equipo. Porque, aunque el Eibar tan solo lograra un punto trabajado de El Molinón, los primeros instantes del segundo acto invitaron a pensar en un mayor botín para sus intereses. Después de unos primeros 45′ de alternativas, el conjunto de Etxeberria sobresalió en el segundo arranque. Amenazó ininterrumpidamente la portería de Yañez y hasta generó los primeros silbidos de una grada sportinguista que reclamaba más a los suyos. En inferioridad, las cosas tampoco le fueron mal a los azulgranas. Se juntó utilizando dos líneas de cuatro mediante un bloque más bajo y ni en esas, los asturianos inquietaron su portería. El trabajo de resistencia acabó dándoles sus frutos y, pese a no sumar de tres, el punto sabe mejor cuando todo parece ir en tu contra.
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