Laporta: “Nunca nos rendiremos”
El presidente blaugrana aprovechó su discurso en la cena de Navidad para enviar un claro mensaje de apoyo a Xavi y al equipo: “Ahora más que nunca hay que apoyar al entrenador y a los jugadores”.
El FC Barcelona celebró este jueves por la noche la tradicional cena de Navidad en el Palau Blaugrana. No faltaron a la cita todas la secciones profesionales, así como también la plantilla del primer equipo de fútbol, encabezada por Xavi Hernández. De hecho, sólo hubo dos ausencias: Ter Stegen y Gavi. Ambos convalecientes tras haber pasado por el quirófano en las últimas semanas. El resto de la plantilla acudió a la cita con el objetivo prioritario de hacer piña y conjurarse de cara al partido de Mestalla del sábado.
Antes de entrar al recinto se recordó a los presentes que tendrían que esperar al discurso de Joan Laporta para marcharse. Y es que el dirigente blaugrana iba a enviar un mensaje institucional claro y conciso, aprovechando que el primer equipo de fútbol, motor y máximo generador de recursos, no estaba pasando su mejor momento.
Laporta se subió a una pequeña tarima, instalada para la ocasión, con globos blaugrana como fondo, para empezar su discurso, repleto de referencias para Xavi y sus jugadores. “A pesar de las decepciones deportivas, que también forman parte del mundo del deporte”, abrió fuego el presidente, “nunca nos rendiremos mientras día a día nos sintamos orgullosos de representar al mejor club del mundo”.
En este sentido, el máximo dirigente blaugrana ahondó respecto a la situación del equipo de fútbol masculino: “Saldremos a competir las cuatro competiciones que tenemos por delante. Estoy hablando de la Supercopa, Copa, Liga y Champions”. Laporta no tuvo reparos en llegar a pedir a todos los estamentos del club que se arremanguen las mangas para hacer un frente común a favor del primer equipo: “Os pido que apoyemos, hoy más que nunca en estos días, a nuestros jugadores y nuestro entrenador para acompañarles en el camino de la victoria, Juntos lo podemos conseguir”.
Laporta, que acabó brindando con una capa de cava con el resto de asistentes por los éxitos del club, abandonó el Palau al filo de las once de la noche, acompañado por Enric Masip, y con un semblante bien distinto al que salió veinticuatro horas antes del estadio del Amberes. Su rostro sonriente reflejaba que la derrota en Bélgica estaba ya olvidada y que ahora tocaba pensar sólo en Mestalla y en ganar los tres puntos al Valencia para asaltar cuanto antes el liderato.
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