LaLiga se pone fuerte

Ez Abde. Javi Guerra. Rodri Sánchez. Dani Ceballos. Suso. Samu Omorodion. Son solo algunos de los futbolistas que se prepararon con un entrenamiento personal para llegar en la mejor forma posible a este inicio de pretemporada. El factor físico toma una relevancia notable en el fútbol actual y nadie quiere comenzar con desventajas. Son cada vez más numerosos los casos de futbolistas que adelantan su vuelta de vacaciones o incluso la complementan con trabajos particulares a las órdenes de especialistas en la mejoría del estado físico. Más músculo. Más velocidad. Más capacidades para convencer al entrenador de estar más preparado que nunca.

Hay cambios más visibles que otros. Algunos jugadores tratan de no perder la forma durante el periplo vacacional y otros pretenden evolucionar para ganar más variantes y virtudes para su juego. Abde sorprendió estos días con unas fotografías en sus redes sociales en las que se refleja un estado de forma óptimo. Tras varios veranos sin apenas ‘normalidad’, el marroquí tiene un plan específico para acudir a los Juegos Olímpicos y regresar al Betis con todas las cartas a su favor en relación a su estado de forma. Otro que quiere asaltar el once inicial de su equipo es Dani Ceballos. El utrerano estuvo condicionado por las lesiones en campañas anteriores y ahora sueña con convencer a Carlo Ancelotti desde el primer día. El pasado sábado fue homenajeado en su pueblo, Utrera, por una Peña Madridista y llegó con un estado de forma sorprendente después de estar preparándose de forma individual y bajo unos parámetros específicos. Ese mismo día, regresaba de Granada después de un entrenamiento en el Pico Veleta. Ya lo hizo, eso sí, en veranos anteriores.

Algunos como Rodri Sánchez, Isaac Romero o Samu Omorodion comparten centro de entrenamiento en el VS Sport, dirigido por el exfutbolista del Sevilla Víctor Salas. “Supone una regeneración de su cuerpo y mente después de una temporada de estrés. Ellos dieron al máximo, la profesionalización del fútbol y tener que estar en un estado de forma de élite les requiere eso. Lo físico es cada vez más importante. Se analiza qué tipo de temporada han tenido, si han tenido lesiones, qué les hace falta. Son muchos los condicionantes y se mira qué se puede hacer para ayudarles”, asegura Víctor.

Víctor, tío del ahora sevillista Kike Salas, tiene claro que el resultado está en escena: “Cada uno tiene un objetivo concreto. Unos quieren dar un paso más en su club, otros jugar más, otros prepararse para los Juegos Olímpicos. Se previenen lesiones porque es el momento idóneo y también se analiza lo nutricional para llegar al peso óptimo que te permita volar. También se trata la mente de los jugadores porque están sometidos a mucha presión. Hay que conocerlos. Algunos deben recobrar la confianza y que vuelvan con hambre de competir”.

“Va en aumento en el fútbol de hoy. Cuando yo era jugador éramos pocos los que hacíamos este tipo de entrenamiento. No es sólo asesoramiento físico, son muchas cosas. Cada vez hay más profesionales. Hemos superado los números respecto al año pasado. Este verano hemos tenido a más de cien jugadores de élite, me llena de orgullo poder contribuir a que estos jugadores puedan buscar su mejor versión. Pienso que a veces los jugadores están al 40 o al 50 % de sus posibilidades, hay que exprimirlos para que estén mejor. Les metemos mucha profesionalidad y guía para que ellos hagan lo demás desde el convencimiento y puedan estar al 80 o al cien por cien de sus capacidades”, insiste Salas sobre la importancia de este trabajo previo al inicio de la competición oficial.

El bético Rodri lo tiene claro al hablar de su cambio físico en este verano: “Soy otro. Llego más fino, más rápido. Eso marca la diferencia en pretemporada, te hace dar un pasito más. Me noto más rápido y con eso le ganas ese segundo al adversario. El fútbol es tiempo y espacio”. El extremo quiere más oportunidades en este Betis y su aspecto físico dio un giro visible.

En Valencia el rol de Javi Guerra es creciente. A sus 21 años es uno de los líderes del centro del campo de Baraja y este verano estuvo en manos de un nutricionista y un fisioterapeuta para ganar musculatura, un paso que puede ser diferencial a la hora de ganar duelos. Tres kilos de masa muscular con un objetivo: ser más fuerte sin perder explosividad. Un viejo ídolo del valencianismo como Ferran Torres también evolucionó en su día de forma sorprendente: durante los días de confinamiento instaló un gimnasio en su domicilio y ganó cuatro kilos de músculo para evidenciar posteriormente unos registros físicos óptimos en su regreso.

Pero no es cuestión de modas. Hubo numerosos casos en las últimas campañas sobre jugadores que evolucionaron a nivel físico de forma sorprendente. Pedri, que acudió a la Eurocopa con la Selección española, dio un cambio a su físico el pasado verano cuando se puso en manos de un entrenador personal y equipó su casa con un gimnasio. El resultado llamó la atención: cinco kilos más y músculo para brillar en el Barça.

Abde tiene en el Betis a otro ejemplo de cambio físico que resaltó a nivel de rendimiento. Marc Roca creció en el Espanyol hasta convertirse en una roca en su medular. Y su empeño en mejorar en ese aspecto tuvo continuidad cuando se ganó un billete al Bayern de Múnich. Allí, en el cuadro alemán, dejó de pesar unos 74 kilos para llegar hasta los 83. “Gano más duelos, soy más fuerte y más dinámico”, aseveró cuando llegó a Heliópolis. El empeño de los jugadores en estar a un nivel físico notable resulta creciente. Es quizás el camino más certero para dar un paso adelante. Lo intentó Jesé hace tres años cuando jugaba en Las Palmas cuando ejecutó un plan exhaustivo tras sumar demasiados meses sin jugar en el PSG. “Todo futbolista debe hacer siempre un trabajo fuera de los focos, es fundamental”, explicaba en aquel entonces Belinda Oliva, su entrenadora personal.

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