La verticalidad, el mejor fichaje
Ante la pérdida de jugadores de buen pie, Joseba Etxeberria apostará por un fútbol más eléctrico, en el que los costados ganarán protagonismo.
La reestructuración en la que está sumergida el Eibar no solo se ve reflejada en el continuo flujo de jugadores, sino que además también está representada en su estilo de juego. Joseba Etxeberria busca darle una vuelta a la forma de jugar qué tantos frutos le dio el curso pasado, con la aspiración de poder conseguir esta vez el codiciado objetivo. Quizá, en cierto modo, esta decisión se ve supeditada a la marcha de jugadores con buen pie y la llegada de otros con diferentes registros. Jorge Pascual no tendrá la misma incidencia en el juego interior que Mario Soriano; Merquelanz no abandonará la banda continuamente para aprovechar los espacios que genere Bautista como lo hacía Stoichkov, y Alkain no convivirá en la mediapunta para generar superioridades y filtrar el último pase de la manera que lo hacía Aketxe.
Estos nuevos jugadores, en cambio, poseen una cualidad muy valorada en el mundo del fútbol y que la campaña pasada solo Konrad parecía aportar en Ipurua: la verticalidad. Esta temporada el Eibar dejará de elaborar tanto las jugadas, pasará más a la acción y será algo más decidido en el juego. Las premisas básicas seguirán siendo las mismas: fútbol asociativo, ofensivo e intimidatorio. El técnico elgoibartarra le sigue dando mucha relevancia al hecho de ir a presionar alto, robar en campo contrario y plantarse rápido en área rival. Con la diferencia de que en este curso, el hábitat natural de los armeros pasará a las bandas. En mayor medida, a causa de los tipos de extremos que residen en plantilla. Antonio Puertas, podría ser la excepción y ocupar el rol que ejercía el delantero gaditano, pero hasta ahora sus únicos minutos como armero han sido en punta de ataque.
Asimismo, el ‘Gallo’ espera que las transiciones defensivas no sean tan dañinas como en el pasado. El Eibar vivía expuesto durante muchos momentos del partido, por culpa de ese fútbol tan propositivo, y sufría con cada pérdida de posesión. Con tal de subsanar dichas pérdidas, Etxebe ha apostado durante la temporada por formar esa línea de 3 en fase de construcción con un lateral (Cubero o Arrillaga en la mayoría de los casos) y mantener en el centro del campo a los dos pivotes cubriendo la posición, cuando antes Matheus venía a cumplir esa labor y era Nolaskoain el único encargado de dar soporte y equilibrio. De momento, estos ajustes han sido transformados con éxito. Los armeros han dado una muy buena impresión en pretemporada, aunque ahora les queda lo más difícil. Hacer lo propio durante la temporada regular, aquella que pone a cada uno en su lugar.
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