La rebeldía de Jordi Alba
El catalán tiene entre ceja y ceja ‘su’ Mundial y busca cambiar su situación en Barcelona. Quiere la segunda estrella y convencer a Xavi.
Más de 17 días sin jugar y sin ser titular. Meses después de hacer su último gol (en la jornada 35 de la pasada Liga frente al Betis) y muchos más desde que lo hacía con España. Aunque acabó con derrota y eso siempre impide salir contento, Jordi Alba si gozó de una noche de buenas sensaciones en lo individual en el encuentro de La Romareda ante Suiza. Una que necesitaba y que sabía que podía conseguir.
El de L’ Hospitalet de Llobregat disfrutó de su segunda titularidad durante este mes de septiembre. Con el Barcelona, Xavi le colocó en el once inicial el pasado 7 de septiembre ante el Viktoria Plzen en la Champions, pero desde que terminó (victoria 5-1) el encuentro en el Camp Nou, no volvió a tocar el césped en partido oficial siendo suplente y sin minutos en Múnich ante el Bayern (derrota 2-0) y también ante el Cádiz o el Elche, con sendas victorias por 0-4 o 3-0. En las tres ocasiones, Xavi le hizo saber con sus cambios que Balde y Marcos Alonso parten por delante para él. El ex del Chelsea fue titular en Múnich y sustituyó a Balde en una ocasión, ya que este fue de la partida en los dos últimos compromisos antes del parón.
Este ha servido a Alba para recuperar sus mejores sensaciones y tratar de afianzar, aún más, su plaza para Qatar. El Mundial es su gran objetivo de esta temporada y pelea por estar allí y en la mejor forma. A sus 33 años, Alba quiere sumar la segunda estrella al palmarés de España y su primer Mundial en particular, ya que el lateral se unió a la generación de oro en su último gran baile, la Eurocopa de 2012, dos años después de Sudáfrica, donde fue Capdevila quien defendió esta parcela.
Sabedor de que Luis Enrique valora más el rendimiento ofrecido durante las concentraciones que lo que suceda día a día en el club, Jordi Alba se esforzó en demostrar en el encuentro ante Suiza que la banda izquierda de la Roja para el próximo mes de noviembre lleva su nombre.
Alba demostró galones y liderazgo. Este fue uno de los primeros en llamar la atención por la defensa en el gol de Akanji y también, se echó el equipo a la espalda en tareas ofensivas. Tanto, que añadió un gol a su cuenta particular con España para hacer el momentáneo empate. Asensio recibió en mediocampo y trazó una jugada individual que atrajo a toda la defensa helvética. El balear, que se encuentra en una situación parecida a la de Alba y también llegaba con ganas de demostrar, se marchó de dos jugadores suizos antes de llegar a la frontal y ceder al espacio el balón para la entrada, como un tren, del lateral del Barça. Este subió por su banda a toda velocidad, controló y pegó con su zurda para hacer el primero. Saltó y celebró con la rabia del que sabe que puede seguir siendo líder. Una celebración intensa, rebelde contra una situación que desea cambiar.
Su trabajo para demostrar que esta debe ser así, que él sea titular, aunque sea en la Selección, fue más allá del gol. Alba se apuntó en el grupo de los ‘importantes’ demostrando ser uno de los mayores argumentos ofensivos de una España que busca desborde. El catalán fue el jugador que más centros intentó (5), que más regates completó (2) y que más pases dio en el último tercio, haciendo hasta 24 entregas correctas en la ‘zona caliente’. El lateral fue el catalizador entre el ataque y la defensa sumando hasta 102 intervenciones en el juego, más que Busquets, Pedri o Gavi, directores desde el centro del campo.
En los remates, tampoco España generó una ocasión mejor que la suya (0,20 de xG). Esto coloca a Alba como una solución en ataque también como finalizador, algo que ya ha demostrado a lo largo de su carrera.
Para Alba, la Selección está siendo un ‘oasis’ en una temporada complicada para él en Barcelona. El Mundial es una obsesión y también un billete con un destino claro: el regreso como titular a la banda izquierda culé. El catalán está en un momento físico notable (marca mejores niveles de rendimiento que en temporadas pasadas en los indicadores físicos y de estado de forma) y quiere devolver a Luis Enrique la confianza que ha depositado en él con buenas actuaciones tanto en este parón como en el Mundial. Unas que Xavi considere que son indiscutibles para volver a probar a Alba en el once durante varias semanas. Este sabe que parte por detrás, pero conoce bien el camino de vuelta: trabajo y más trabajo. Volver con el oro y una retahíla de partidos de buen nivel de Qatar es el mejor argumento. En su busca, como un minero, Alba sigue trabajando y ‘picando piedra’.
Un trabajo y rendimiento que llaman la atención y contrastan con un final de mercado en el que el Barcelona ofreció al jugador al Inter de Milán. Este, de momento, solo querría regresar al Meazza (si tocara en algún momento) como visitante y con Xavi convencido para una vuelta a la titularidad.