La Real recupera sus señas de identidad en Mestalla
El equipo de Imanol vuelve a ganar dejando su portería a cero, por primera vez esta temporada, y también por fin sabe aguantar un resultado a favor.
La Real Sociedad ganó en Mestalla recuperando algunas de las señas de identidad que le habían caracterizado la temporada pasada, y que les llevó hasta la clasificación para la Champions League, y que esta temporada por una razón u otra habían desaparecido. Se puede decir que la Real de siempre, la de Imanol, volvió en casa del Valencia para sumar su primer triunfo a domicilio, aunque no fuera de la manera más ortodoxa. Volvió a ganar por la mínima, dejando su portería a cero y sabiendo defender con solvencia su resultado a favor, todo lo que hasta ahora en el presente curso se le había negado.
Con todo, la Real Sociedad sufrió demasiado para sumar tres puntos valiosísimos. Sufrió porque se mostró muy tocada físicamente, algo que debería preocupar de cara al derbi vasco de este sábado. Aunque de Valencia se regresara sin ningún jugador lesionado. Y eso que Imanol apostó por refrescar a su equipo, consciente de que no pueden jugar siempre los mismo, porque sino mata a su equipo antes de llegar a noviembre. Hasta siete variantes introdujo, dejando fuera a jugadores indiscutibles como Zubeldia, Le Normand, Kubo, Zubimendi y Brais Méndez. Y dando entrada a jugadores que hasta ahora habían tenido poco protagonismo como Pacheco, Urko, Turrientes, Cho, Carlos Fernández y un Aritz Elustondo que se había pasado más tiempo hasta ahora en la enfermería que sobre el terreno de juego. Y a pesar de eso, el conjunto donostiarra cuajó una primera parte notable, adelantándose en el marcador, llegando con ventaja al descanso, y forzando la expulsión del valencianista Amalah.
Pero aunque el escenario le fuera muy beneficioso para la segunda parte, se complicó la vida porque no supo interpretar el partido, o no pudo porque el cansancio le pesó en exceso. Sea como fuere, la Real rompió la dinámica peligrosa en la que había entrado esta temporada, la de no ser capaz de aguantar un resultado a favor, porque en todos los partidos se había adelantado y en todos (salvo en Canarias) le habían empatado.
Precisamente si por algo se caracterizaba la Real de Imanol era por su solvencia defensiva cuando marcaba primero. En Valencia regresó esa Real sólida, aunque tuviera que sufrir más de la cuenta al jugar contra diez. Pero con más o menos cansancio, supo defender su botín y volver a Donostia con el primer triunfo a domicilio.