La Real quiere pasar página de la polémica del Metropolitano
El club donostiarra habla de seguir “mirando hacia adelante”; y aunque en el vestuario sigue el enfado, no habrá comunicado ni queja pública.
La Real Sociedad quiere pasar página del polémico arbitraje que sufrió por parte de Munuera Montero en el Metropolitano este pasado domingo. Pero el enfado, la indignación, la rabia y la confusión siguen instalados en el vestuario realista. Los jugadores no terminan de comprender cómo gestionó el colegiado andaluz las dos jugadas polémicas del partido y la razón por la que peritó de manera distinta dos acciones iguales, una en cada área. “El partido lo decide una mano que no se ni cómo explicarla, creo que hay que buscar una solución al tema de las manos, porque nadie lo tiene claro, ni los jugadores, entrenadores, ni los árbitros incluso. Es un tema complejo, pero hay que buscar una solución por el bien del fútbol“, señala Brais Méndez, todavía escocido por lo que considera una total injusticia contra la Real.
El club txuri-urdin ha querido mantener una postura moderada a la hora de protestar por el arbitraje sufrido contra el Atlético de Madrid. Más allá de alguna voz que se levanto más alto que otra, como la de Mikel Oyarzabal como capitán o el propio Brais Mendez, no ha querido hacer excesivo ruido. Es cierto que en sus redes sociales dejó patente su malestar, pero hay querido dejarlo ahí y no seguir por ese camino. De hecho, ya este lunes pedía que se dejara atrás toda esa polémica y se mirase “hacia delante”. Tanto es así, que en la entidad donostiarra no se tiene pensado hacer ningún comunicado protestando por el arbitraje sufrido o pidiendo que se mejore la norma de las manos dentro del área que tanto le ha perjudicado esta última jornada. Tampoco tiene previsto elevar una queja pública con alguna declaración de alguien relevante dentro de los órganos de decisión del club. La única previsión es la rueda de prensa que ofrecerá en Zubieta este martes Ander Barrenetxea y el miércoles Igor Zubeldia. En el club entienden que solo serviría para hacer más ruido, pero que no va a darles nada, ni que con eso vayan a recibir mejores arbitrajes o tener más respeto por parte de los colegiados.
En la Real están muy satisfechos por la gestión que se ha hecho de las horas posteriores a la finalización del partido en el Metropolitano, porque en un contexto de mucho enfado, los jugadores supieron controlarse y desde el ámbito institucional también supieron mantener las formas. Es cierto que se pidieron explicaciones al colegiado tras el partido, ya en el interior del estadio. Fueron a hablar con él Mikel Oyarzabal como capitán y Roberto Olabe como Director de fútbol. Pidieron que le explicarán sus decisiones, pero no recibieron explicaciones que les terminarán de convencer. Así que la indignación fue en aumento. La vuelta de Madrid fue dura, hacía tiempo que no se veía en la expedición realista una sensación tan desagradable de sentirse perjudicado. Pero aún así se prefiere mantener una postura moderada y no intentar condicionar en el trabajo de los árbitros con declaraciones explosivas o amenazantes en la opinión pública como se ha hecho en otros clubes. Consideran en la Real que eso no ayuda a mejorar el arbitraje y que sólo le puede acarrear más problemas. En el club realista expresarán su malestar en el foro adecuado y en el momento oportuno. Ahora quieren pasar página, a pesar de su enfado. “Sigamos mirando hacia adelante”, dicen desde la Real.
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